Capítulo#12 (Editado)

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Despierto más azorada que una pulga en un oso de peluche hasta que recuerdo donde estoy y llego a la conclusión de que luego de dormirme en el sofá Dante me debe haber traído a su habitación.

Sintiéndome perezosa me estiro en el suave colchón de la enorme cama king-size mientras bostezo.

—Estás despierta. —La profunda voz de Dante me sorprende haciendo que dé un respingo en mi lugar.

¡Jesús! ¡A este hombre deberían ponerle un cascabel!

Pienso llevándome una mano al pecho.

—¡Por Dios, Dante! Me asustaste, no te escuché entrar. —Hablo exteriorizando mis pensamientos.

Él camina hacia la cama y se sienta a mi lado sonriendo.

—Lamento haberte asustado bellezza. —Se disculpa sin parecer arrepentido en lo absoluto.

Fijo mi vista en su hermosa sonrisa y no puedo evitar recordar las palabras de Matteo.

¡Maldición! Si no pretendía explicarse era mejor que no me hubiese dicho nada porque ahora no paro de darle vueltas.

Maldigo en mi fuero ineterno.

Dante acaricia mi mejilla con su pulgar y yo cierro mis ojos dejando de lado esos pensamientos y disfrutando de su tacto.

—¿Dormiste bien principessa? —Inquiere en voz suave.

Yo asiento con mi cabeza mientras él aparta los mechones de cabello que están sobre mis ojos y deja un pequeño beso en mi nariz.

Sonrío y dejo salir un suspiro de puro deleite.
Lo único que me falta es empezar a ronronear como un jodido gato pero no me importa en lo absoluto.

Sonrío de nuevo, entonces su mano se enrosca en mi nuca acercándome para tomar mis labios en un delicado y sensual beso.

Su boca se mueve despacio sobre la mía y su lengua acaricia mi labio inferior, saboreando y robándome uno que otro suspiro de placer.
Luego se aparta y quiero lloriquear como bebé porque deseo que continúe.

—Es hora de cenar bellezza, vamos. Debes estar hambrienta. —Comenta  mientras coloca de nuevo tras mi oreja los mechones rebeldes de mi cabello.

Mi estómago gruñe en acuerdo y él ríe sonoramente.
Yo le doy un pequeño golpe en su costado.

—¡No te burles! —Exclamo falsamente airada.

Él solo niega divertido mientras se pone en pie y toma mi mano para guiarme a la cocina.

Al llegar vemos que Matteo ya está en la habitación y por lo visto no ha perdido el tiempo. Está robando bocadillos.

Dante le da una mirada asesina y él solo se encoge de hombros poniendo en su cara una sonrisa inocente.

Yo observo el entretenido intercambio por unos segundos y sin poder evitarlo estallo en carcajadas.

                                                                         ❤💚❤

Luego de una tranquila cena nos sentamos en la terraza a disfrutar de la brisa fría mientras charlamos amimadamente sobre nuestros planes para mañana.

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora