Capitulo 11: Vaciar las arcas.

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Aiden estaba rodeado de multitud de documentos que la gente de Yacob había conseguido para él, más fidedignos de lo que habían sido en su momento los proporcionados por Viktor. Detalles de cuentas bancarias, movimientos entre ellas en diferentes países y un sinfín de datos que le estaba costando asimilar. Si Clay le ayudara sería mucho mejor por su habilidad en la informática pero no quería involucarle. Pudo verlo al poco de recobrar la conciencia y no parecía demasiado animado. Aunque tener a esa sombra de Dimitri por todos lados no debía ser precisamente agradable. Elevando el rostro cuando vio a Yacob que abría la puerta de la habitación, vestido y listo para irse.

"¿Vas a la reunión?" Aiden mirando el reloj vio que eran casi las siete de la tarde, supo que la primera reunión con la hermandad había ido bien, todos los cabecillas estaban de acuerdo en quitarse de en medio a Yamada, no solo por engrandecer sus propios beneficios sino para mandar un mensaje a la yakuza: la mafia del este era intocable.

"Si, me voy con Dimitri." Yacob sonriendo internamente por ver a su pequeño tan enfrascado con el trabajo que se había impuesto a él mismo, abrió más la puerta para que Clay entrara detrás de él. Viendo como los ojos negros de Aiden se transformaban en un odio momentáneo. "Se lo he contado y ayudará, no rechistes."

"Voy a matarte Yacob." Aiden serio por haber metido de nuevo a Clay en esas mierdas, vio como su comentario no hizo más que engrandecer la sonrisa torcida del rubio. Realmente a veces dudaba de su salud mental.

"Esperaré por ello. Nos vemos pequeño." Yacob guiñándole un ojo al de cabellos negros que parecía tener una mezcla de odio y deseo en esos momentos, le hizo un gesto a Dimitri que no le sacaba ojo al pelirrojo para irse. "Vámonos."

Quedándose de nuevo Aiden en esa habitación a solas pero esta vez con su mejor amigo que le miraba fijamente. Clay no tardó en averiguar que el pelinegro no dudaría en abalanzarse de nuevo al peligro y en cuanto pudo hablar con Yacob, este se lo corroboró con una basta naturalidad. Esa forma que tenían en esa casa de actuar con plena normalidad ante todo tipo de actos ilegales y violentos, le trastocaba. Aunque después de estar con Dimitri no debería ser así.

"¿Te pensabas que no iba a ayudarte?" Clay acercándose a su mejor amigo, se sentó en una de las sillas, cogiendo los papeles y revisándolos. "Antes de que preguntes, me encuentro bien... me ha ido bien descansar."

"¿Lo hiciste con ese hombre persiguiéndote?" Aiden visiblemente molesto por todo lo que estaba sucediendo, no quiso mirar al pelirrojo. Sabía estaba actuando quizás de un modo infantil pero Dimitri no le gustaba para nada y mucho menos después de enterarse de toda la historia que habían vivido.

"No tardará en acabar todo, Aiden." Clay sonriendo tristemente, por fin pudo encontrarse con los ojos oscuros de su amigo. Era cierto, que Dimitri no le hubiese dejado el otro día alejarse no quería decir que las cosas habían cambiado, si todo seguía del mismo modo, abandonaría a Dimitri y todo lo que conllevaba estar con él. "Cuando termine esto, me iré de la ciudad, quiero empezar de nuevo. Yacob me ha prometido conseguirme papeles falsos."

"¿Y la sombra lo sabe?" Aiden refiriéndose a Dimitri, vio como Clay negaba con la cabeza. Las cosas parecían complicarse para su amigo y no era algo que le gustara. Pero también conocía a Clay a la perfección y sabía que si decidía algo como eso, no había sido a la ligera. Y debía respetarlo. "Deberías decírselo, Yacob no se lo esconderá... es como si fueran hermanos."

"Me facilitará las cosas, hablar con Dima es como no hacerlo." Clay riéndose para amenizar un poco la situación, se estiró como un gato, viendo todas esas pantallas de ordenador que le habían puesto a su amigo y decidiendo ayudarle. "Tu eres muy malo con la informática, me encargo yo..."

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