Capítulo 31

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-Solo mantente tranquila - Me susurro Oliver, primero jamás pensé en hacer esto y segundo creo que no me quejó.

Esta apuntó de bajarme el pantalón cuando huelo algo quemandose.

-Mierda el aceite - Lo apartó de un golpe y corro a la estufa.

Apago el sarten y susoiro. Mierda esta todo quemado. Acabo de comprarlo.

-Esto es tu culpa - Lo apuntó con mi dedo.

-Por qué mía? - Se toca el pecho.

-Porque tu me distraes, ahora no puedo hacerte nada, salgamos a desayunar - Propongo.

Oliver asiente, lo veo irse de nuevo a la habitación.

Me sentía acalorada, uff.

-No dejaré que me haga eso otra vez.

Tomó mi bolso y chaqueta espero a Oliver vuelva y salimos a la calle.

Caminamos de la mano, mientras busco un buen lugar para desayunar.

-Ven, vamos aquí - Él me lleva hasta la segunda calle, entramos en una cafetería pequeña.

Nos sentamos en una mesa al lado de la ventana.

-Entonces, has sabido de tu padre? - Pregunta él.

-Hace poco hablé con él, planea irse a California unas semanas para reposo, ya sabes ha estado enfermo.

-Espero que se mejore de verdad, ese viejo es un toro - Sonrió.

-Lo es, no deja que una simple gripe lo detengq, pero esto es otra cosa.

Él frunce el ceño, me ha dicho sus síntomas es lo mismo que padeció mi abuela antes de fallecer.

-Crees que sea algo grave? - Pregunta preocupado.

-Los doctores aún no tienen los resultados de sus exámenes pero pienso que es leucemia linfoblástica aguda. - Oliver suspira mientras niega con la cabeza.

-Dios santo, tranquila mi amor que eso no es - Me toma la mano - Debe ser algo menos grave - Besa mi mano.

Aún no estoy segura de nada.

Me quedo en silencio con la mirada perdida en una mesa vacía.

Llegando el mesero le pido unos huevos revueltos con tostadas.

Yo guarde lo que iba a desayunar en casa?.

No lo hice. Mi casa olera a guacamole.

-Provecho - Nos dice el camarero al traer la comida.

-Gracias por invitarme a desayunar, debo ir a mi apartamento para ayudar a Tony con su tarea - Me da un beso largo en los labios y luego uno corto en la frente - Te veo el lunes.

Me despido de la mano y lo veo irse hacia el elevador.

-Señorita Nancy, tiene una llamada de su amigo Masón - Jamie me avisa entrando en mi oficina.

-Pasamela - Él asiente.

Tomó el teléfono y lo pego a mi oreja.

-Masón.
-Oye, te llamo porque paso algo con tu padre - Parece que hubiera llorado, su respiración es lenta.
-Masón - Mi voz empieza a temblar - Qué le paso a mi papá?.
-Nos dieron los resultados y cuando los vio tuvo un ataque - Me tapó la boca con la mano antes de que dejara salir el sollozo.
-Ya esta bien? - Consigo hablar aunque se me haga imposible.
-Si, esta despierto pero algo mal.
-Ya voy para allá, dime el hospital.
-No!, tu padre me prohibió hablar contigo sobre esto.
-Pero, por qué?.
-Dice que no quiere que te preocupes pero te digo algo, tu padre puede morir y es mejor que lo sepas. Tampoco quiere que sepas que está aquí, me dijo que cuando ya estuviera mejor te llamaría.
-Viejo más terco - Me pellizco la Puente de la nariz dejando salir las lágrimas.
-Te mantendré al tanto pero por ahora Nancy es mejor que tu y yo estemos listos por si algo ocurre.
-Gracias por no obedecer a mi padre, pero por favor cuidalo.
-Lo haré, adiós Nancy.

Por ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora