Capítulo 1

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Y así comenzó la aventura, la mejor aventura de mi vida.

Capítulo 1.

Habia regresado más temprano de que pensé.

-Papá, llegué de la universidad! - Grite, pero solo se oyó el echo de mi voz.

No estaba en casa, como siempre.

Deje las cosas en el armario de mi habitación y no pude evitar no percatarme del gran silencio que reinaba en la casa Stone.

Al cambiarme de ropa baje a la cocina por algo de agua.

Pase al lado de la habitación prohibida en este hogar.

Hace años hubo alguien en esta habitación pero, se marchó hace mucho tiempo.

Baje a la cocina y ahí pude obtener lo que quise.

-Oh, señorita Stone, llegó antes de lo esperado - Casi me atrganto con el agua cuando llego la señora Russo.

-Hola señora Russo, el profesor no llego a la clase entonces salimos antes - Limpie el poco de agua que había caído a la mesa.

La señora Russo es la sirvienta principal de la casa, ha sido la compañía de mi padre desde años, y con compañía me refiero como si fuera una madre, es una mujer de cincuenta y dos años de edad, con su cabello corto hasta las orejas de color oscuro con tonos claros en las puntas, siempre va vestida con ropa cómoda en las tardes. Lleva puesto un vestido largo a las rodillas suelto color crema.

-Y como ha ido todo en casa de su hija señora Russo? - Ella pareció recordar algo y se marchó de la cocina para luego volver con su bolso.

Sacó de ahí un paquete de galletas dentro de una caja de plástico transparente.

-Aquí le manda mi hija, es un agradecimiento por haber cuidado de mi nieta el viernes pasado - Tomé la caja y la abrí, que olor tan agradable.

-Dígale a su hija que muchas gracias por las galletas, huelen delicioso.

La señora Russo me observó con una grán sonrisa de orgullo.

-Y dime mi niña, iras hoy a ver al chico misterioso? - Preguntó haciendo un movimiento con sus dedos.

Reí y saqué la galleta de su caja.

-Tengo que escapar de Masón, así puedo verlo esta noche. - Ella solo entre cerro los ojos y sacó algo de su bolso.

-Le diré a tu padre que iras conmigo a acompañar a mi hija a su trabajo, sabes que ella sale en la noche justamente cuando vas a ver ese muchacho.

Tenía una mirada complicidad, oh Señora Russo, vaya que me sorprende su agilidad de engañar a mi padre.

-No creo que mi padre esté de acuerdo.

-Qué no este de acuerdo en qué? - Salte de la silla y me di la vuelta para ver a mi padre entrar a la cocina portando su semblante serio de todos los días.

-Qué Nancy venga conmigo para acomparme al trabajo de mi hija.

Mi padre observó a la señora Russo y luego a mi.

Observó su reloj de bolsillo, aún lo conserva.

-Está bien, puedes ir Nancy - Salió de la cocina y oímos como se encerraba en su oficina.

Ambas suspiramos y nos dimos algunas miradas divertidas.

Me prepare para salir cuando mi teléfono sonó.

Un mensaje de mi madre.

Cuando aprenderá que no quiero ningún tipo de contacto.

Abrí el mensaje y leí.

Por ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora