Capítulo II. La Fiesta

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Eran las 10:03 pm en el reloj de mi teléfono móvil y yo apenas terminaba de vestirme, me miré al espejo, estaba conforme con el vestido rosado pastel que había elegido, tenía un escote que dejaba ver la división de mis senos y otro en la espalda que llegaba hasta la espalda baja, terminando algo más arriba de mis rodillas. En ese momento recordé que era una noche fría, por lo que un gabán del mismo color que el vestido y unos que otros detalles en dorado, era perfecto para cubrirme de la fría noche.

Cuando llegué a la fiesta pasaban de las 10:40pm, estaba segura que Daniela estaría furiosa por esperar tanto. Inmediatamente me vio, hizo un mohín con sus labios al tiempo que con sus manos gesticulaba para que me acercara a ella.

-¿Porqué tardaste tanto?- preguntó Daniela abrazándome

-No decidía que ropa usar- dije con una sonrisa en el rostro - Es que... hacía tanto tiempo que iba a una fiesta que ya no recordaba como vestirme.

-Te creo amiga, pero ya eso se acabó. Ven que te presentaré a los demás- exclamó de felicidad a la vez que tomaba mi brazo.

Todos eran amigos suyos y compañeros de trabajo, daban la apariencia de ser personas muy cultas, educadas y sobre todo bien posicionadas, en lo que a economía respecta. Uno de los hombres allí presente, no dejaba de mirarme, sabía que estaba muy bien vestida y que quizás por eso llamaba su atención.

-Carlos no te ha quitado los ojos de encima, desde que llegaste – dijo Daniela levantando una ceja.

-Qué dices, si tu más que nadie sabe que no puedo andar de coqueta en mi situación.

-No te digo que coquetees, pero puedes llevar una conversación amistosa y divertirte un poco. ¡Es una fiesta!

-Haré el intento, pero no te prometo nada, ¿ok? - respondí y ella asintió.

Nos acercamos a una mujer rubia de verdes ojos, era joven y muy hermosa. Daniela la saludaba con mucho afecto.

-Acércate para que conozcas mi amiga de infancia- exclamó Daniela con entusiasmo en dirección a la rubia.

-Hola, un placer conocerte. Mi nombre es Laura.

-Soy Larimar, el placer es todo mío.

-Laura es la administradora de ésta sucursal y fue quién me pidió que te invitara- añadió Daniela, en dirección a mi.

-Gracias por tu amabilidad, Laura. Fue muy lindo de tu parte  — Agregué.

- No fue nada- comentó Laura muy simpática – Además, Daniela  dijo que necesitabas salir, así que no dudé en extender la invitación.

-¡Ah ,sí!- Exclamé, abriendo exageradamente los ojos a la vez que pellizcaba el brazo de Daniela.

-¡Auch!- se quejó Daniela, alejando su brazo de mis dedos. – Deberías de darme las gracias, no un pellizco.

-Gracias, pues- dije sarcásticamente. Las tres reímos a unísono.

Al terminar Daniela  de mostrarme todo el lugar y de presentarme a todos sus amigos, decidió ir a bailar a la pista. Como yo no estaba de humor para eso, decidí sentarme en la barra y pedir un trago algo ligero para comenzar la noche.

Estuve allí unos minutos mirando a mi amiga bailar hasta que sentí a alguien acercarse.

-Buenas noches preciosa- dijo una  voz muy varonil.

Me giré sobre mi asiento para ver de quien se trataba, pero la iluminación del lugar no me permitió distinguir su rostro.

-Buenas noches- dije en tono de pregunta.

¿Lo hacemos otra vez? (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora