Habían pasado tres días desde aquella noche de lujuria y placer, noche que aún podía representar con solo cerrar un poco los ojos. En los últimos días había evitado a Nicolás de todas las formas pasibles. Todas las mañanas me quedaba acostada hasta que saliera temprano a trabajar, luego en las noches me metía en la cama justo antes que llegara, cuestión de no tener que pasar palabras con él.
Hoy no había sido la excepción. Luego que se había ido al trabajo, pasé un rato en la mañana a saludar a mi madre y me había pasado toda la tarde en mi cuarto mirando la televisión. Había caído la tarde y el reloj de mi teléfono marcaba las 6:45pm. Me metí al baño para darme una ducha y bajé a la cocina para ver si Luisa y María estaban preparando la cena. Efectivamente, allí estaban ambas en la cocina.
- Buenas noches Sra. Miller ¿se le ofrece algo?- preguntó María con mucho respeto.
- No, sólo quería saber si estaban preparando algo de cenar- negué, sentándome en la barra.- pero veo que sí lo están.
- No se preocupe que en unos minutos estará lista- expresó Luisa con una leve sonrisa a la vez que movía una olla.
- Asentí. Me quedaré aquí mismo esperando- Ambas asintieron.
Había estado muy pensativa en los últimos días y el estar encerrada tanto tiempo hacía darme cuenta lo sola que estaba en aquella enorme casa. Necesitaba la compañía de alguien, así fueran las dos mujeres del servicio.
Estuve sentada en la barra por un largo rato, veía a Luisa y María cruzar de un lado a otro dentro de un mismo lugar. Asi mismo me sentía yo, acorralada en una vida que no me prometía felicidad, sólo repetía mi rutina diaria una y otra vez.
- Va a querer cenar en el comedor, Sra. Miller? preguntó Luisa, haciéndome salir de mis pensamientos.
- Sírvelo aquí mismo- negué - Hoy cenaré con ustedes- dije sonriente.
- De acuerdo, ya se la paso- respondió.
Acabadas esas palabras pude notar la incertidumbre que se había dibujado en el rostro de ambas, pero sabía que era normal que se sintieran extrañadas puesto que era la primera vez que bajaba a cenar con ellas; así se acabara el mundo, siempre me quedaba a cenar yo sola. Definitivamente algo extraño había cambiado en mí, sí que me sentía sola de verdad.
- Quiten esas caras- Exclamé, sólo es que con Nicolás afuera por tanto tiempo, me siento muy sola.
- No se preocupe Sra. Miller, nosotras siempre estamos aquí por si quiere conversar un poco- Dijo María con una sonrisa muy simpática.
- Gracias- añadí.
Al cabo de unos segundos, María me invitó a tomar la cena y por primera vez las tres juntas cenamos en la cocina. María estuvo contándome de su vida, su marido había fallecido hacía años y su pequeño hijo y ella quedaron muy solas, lo que la obligó a tomar un trabajo de tiempo completo, mientras su madre la ayudaba con el niño. Hoy en día su hijo Carlos, así se llamaba, pudo salir adelante y la ayudaba a mantenerse.
Nos tomamos un buen tiempo conociéndonos, mientras Luisa sólo se mantuvo en silencio. Al parecer no le gustaba mucho conversar.
Pasadas unas horas decidí subir a acostarme, ya eran las 9:45pm, me había entretenido mucho hablando con María y sabía que Nicolás llegaba alrededor de las 10pm. Mi tiempo para acostarme se acababa, así que me despedí de María, me puse en dirección a la escalera.
De repente vi la puerta principal abrirse. Me puse blanca, sabía quién se encontraba detrás, pues sólo dos personas entraban por dicho lugar y sólo una de ellas estaba fuera. Vi la silueta de Nicolás aparecer frente a mi y todos mis miedos entraron junto con él. Todo por lo que había estado luchando por evitar días atrás, se presentó con un huracán frente a mi.
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¿Lo hacemos otra vez? (+18)
RomanceLarimar es una jóven en un matrimonio con un hombre millonario, pero disfuncional por lo que le gusta alguien más y así que decide divorciarse pero no vuelve a ver aquel hombre que le gustó hasta un tiempo después, así que ahora debe volver a enamo...