[14] Omega de vainilla

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Era hoy.

¡Hoy SooBin iría a su casa!

El omega se permitió chillar de emoción mientras se levantaba de la cama, miró la hora, eran las diez de la mañana. Se dejó la pijama y bajó a la cocina para preparar su desayuno, marcando el número de la beta de limpieza.

—Necesito que venga a limpiar, por favor, es decir, quitar mi olor de la casa, usted sabe como es el proceso —habló. Si, YeonJun ya había maquinado la "sorpresa" de su olor en su mente, la casa olería a desinfectante y él se tomaría un supresor una hora antes de la llegada del alfa para luego él mismo poder soltar su aroma.

Muy lindo, ¿no?

Sonrió cuando la mujer le confirmó su llegada en algunos minutos y subió a la habitación de su mejor amiga, omega.

—¡ChaerYoung! —gritó arrojándose encima de la omega durmiente que gruñó abriendo los ojos con dificultad— ¡Es hoy! ¡Es hoy!

El omega Lucía tan emocionado por la visita del alfa que ChaerYoung no tuvo corazón para empujarlo de la cama como tenía pensado.

Más despierta, también recordó algo.

—¡Hoy es mi cita! —chilló emocionada también, abrazando al omega confundido.

—¿Cita? ¿Con quién? —preguntó YeonJun peinando los cabellos desordenados de su amiga.

—¡Con el Hawaiano! —exclamó feliz. El omega carcajeó por el apodo al pequeño Hyuka.

—Con que Hueningkai te invitó a una cita —dijo al terminar de acomodar el cabello ajeno.

ChaerYoung asintió y se levantó para empezar la rutina que muy poco hacía gracias a su trabajo.

Por otro lado YeonJun se fue a su habitación a buscar que ponerse, después de todo no recibiría al alfa en pijama, mientras buscaba su ropa más cómoda, su teléfono sonó.

Era de su trabajo, atendió y contestó todas las preguntas sin ningún tipo de molestia por lo repetitivas que eran, nada ni nadie podría arruinar ese día tan importante para él.

Era de su trabajo, atendió y contestó todas las preguntas sin ningún tipo de molestia por lo repetitivas que eran, nada ni nadie podría arruinar ese día tan importante para él

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SooBin se sentía estresado, ya había tomado una decisión, había dejado ese tema de lado para concentrarse en qué colocarse para ir a casa del peligris.

Si, eso es lo que le tenía estresado, no le juzguen.

La mitad de su armario estaba encima de su cama, dividida en tres montañas, la de la derecha un rotundo no, la de la izquierda un si y la del centro un tal vez.

No irían a otro lado, así que los jeans quedaban descartados, estaba haciendo algo de frío a pesar de ser mediados de marzo así que las bermudas también estaban descartadas, por eso eligió luego de minutos unos pantalones deportivos de tela gruesa junto a unos tenis blancos que combinó, luego de numerosos descartes, con un gran sweater celeste.

Sweet Trap || SooJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora