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Los dos salieron de ahí tomados de la mano, con Tine seguía resonando en su cabeza aquellas palabras dichas por Sarawat "Te prometo que si hay uno, yo lo voy a vencer" muy lindo y todo pero acababa de recordar algo.

—Sarawat.

—¿Sí?

Sarawat apretó mas la mano de Tine y trató de evitar las partes del camino que estaban rocosas, Tine sonrió un poco y habló.

—¿Recuerdas lo que dijimos hace un rato atrás? Cuando nos peleamos...

Sarawat se quedó pensando un poco y Tine soltó una risa para después dar un brinco.

—¡Sí! ¡dijimos que quién hablará primero sería un perro! ¡Haz hablado primero al ir a buscarme! ¡Sarawat eres un perro, rompiste nuestra promesa, lo hiciste, lo hiciste!

Tine estaba casi dando saltos por todo el lugar, Sarawat le soltó la mano y comenzó andar solo.

—Sí, soy un perro, un perro solitario que no necesita de un dueño, así que ¡Adiós!

Tine dejó de brincar y reír al ver como Sarawat se iba de su lado, corrió hacía él y pidio disculpas.

—Ah, no te creas Sarawat, es mentira, no eres un perro, yo lo soy.

Los dos llegaron a las demás cabañas donde sus compañeros de clase esperaban impacientes a Sarawat que había salido corriendo de la nada. Al verlo llegar con Tine todos sintieron paz.

—¡Estpido Sarawat, nos hiciste preocupar mucho, solo fuiste por tu novio!

—¡Casi se me sale el corazón al ya no verte aquí!

—¡Hay que  golpear a Sarawat!

—¡Sí!

Gritaron los demás chicos y Sarawat entró en pánico pero todos se detuvieron al ver que Tine estaba comenzando hablar.

—Es que... Sarawat fue por mi, sabe de mi miedo a la oscuridad, mi cuarto—apunto al bosque. Estaba muy muy oscuro, tenía mucho miedo... ¡Pero Sarawat llegó y me rescató! ¡Incluso dijo que si encontrábamos un monstruo el lo vencería!

Finalizó Tine, todos los miraban, Sarawat estaba ya listo para los golpes pero nunca llegaron, todos estaban muy conmovidos por lo que había hecho Sarawat, además estaban muy felices.

Al poco rato todos quisieron ir a dormir de nuevo, Sarawat no pensaba volver con esa chica a ese cuarto y Tine no pensaba regresar al suyo, el profesor bastante adormilado les consiguió una habitación nueva. Los dos chicos estaban cada quién en una cama separada pero Tine no dejaba de moverse, era ya muy de madrugada como para que Tine no tuviera sueño.

—Tine ¿Podrías dejar de moverte tanto?

Sarawat apretó las sabanas que cubrían su cuerpo y cerró con fuerza los ojos.

Mientras que Tine dio una última vuelta.

—Es que no tengo sueño...

Sarawat soltó un bostezo y asintió.

—Mira, vamos a jugar algo ¿Te parece?

Tine se emocionó bastante y asintió frenéticamente.

—¡Sí!

Sarawat aún con los ojos cerrados comenzó a decir el juego que iban a tener, Tine estaba atentó a lo que su compañero dijera.

—Vamos a jugar a los utensilios de cocina ¿Sí? Yo empiezo, yo soy una olla de caldo, y tú eres una cuchara.

Crayola (SarawatTine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora