✿ | • treinta y nueve • | ✿

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Intento marcar el número de Sergio una vez más, ya he perdido la cuenta de las veces que he intentado llamarlo, pero como en las veces anteriores, no recibo un respuesta.

Entro al edificio del medio para el que trabajo, es tan evidente que no tuve una buena noche. Mis ojeras lo dicen todo, pero me lo merezco, me lo merezco y eso es más que claro.

Al entrar a mi oficina me limito a ir directo a mi escritorio, me siento en la silla quedando frente a mi ordenador y dijo mi mirada en alguna parte. No siento ánimos de estar aquí, pero trabajo es trabajo.

— ¿Te encuentras bien? — La voz de Amanda me saca de mis pensamientos.

— ¿Qué? — Si voz hace que vuelva en sí, la miro sorprendida.

— ¿Si estás bien? Se ve que no pasaste una buena noche — Reí levemente.

— Estás en lo correcto, no tuve una buena noche — Respondí cabizbaja.

— ¿Quieres contarme? Sabes que estoy para lo que necesites — Negué como forma de respuesta.

— Lo agradezco Amanda, pero estoy bien. Ya se le pasar, mejor volvamos al trabajo — Ella asintió entendiendo.

El resto del día intenté prestar atención y enfocarme en mi trabajo, para mí mala suerte mañana me toca ir a la ciudad deportiva del Real Madrid y cubrir el entrenamiento.

Por un lado no quiero ir, pero por otro es una oportunidad para ver a Sergio e intentar hablar con él. No mentí en absoluto cuando le dije que lo quería, lo quiero de verdad, lo amo más que a nada en este mundo.

La noche cayó sobre la ciudad, recogí mis cosas antes me despido de cada uno de mis compañeros y salí de la oficina y en general del edificio.

Le hago la parada a un taxi y le pidió que el lleve a la casa de Sergio, en el camino miro las calles de la ciudad pensando en todo lo sucedido, hasta que una lágrima resbala sobre mi mejilla, las palabras de Sergio retumban en mis pensamientos.

Soy una completa estúpida, una estúpida.

Entro en si cuando me doy cuenta que hemos llegado a la casa de Sergio, salgo del taxi y le pago al señor.

Suspiró y camino hasta la puerta de Sergio, tengo aún la llave que me dió, pero decido tocar el timbre.

— ¿Quién es? — Escucho su voz al otro lado de la puerta, un escalofrío invade mi cuerpo.

— S-Sergio soy yo Liz — Respondo nerviosa ante su reacción.

— ¿Qué es lo que estas haciendo aquí? ¿Acaso no fue claro con lo que te dije? ¡No quiero volver a verte Lizbeth! — Grita y puedo detectar cierto odio y rencor en su voz, me lo merezco.

— Por favor Sergio, de verdad yo te quiero... Solo hablemos — Mi voz amenaza con quebrarse, miro al cielo tratando de contener las lágrimas que amenazan con salir.

— No te quiero ver Liz, vete... — Miro al suelo y doy permiso a las lágrimas para salir.

Un sollozo se me escapa, me dormía vuelta y comienzo a caminar alejándome de su casa.

— ¡Espera! — Su voz hace que voltee a verlo ¿Acaso ha cambiado de opinión?

— Sergio... — Sonrío y me acerco a él.

— Olvidaste algunas cosas tuyas, toda las guarde en esta maleta — Sergio saco una maleta color negro.

Asentí decepcionada, tome la maleta y lo mire una vez más, aunque sentía cierto temor que fuera la última vez en verlo.

Me duele todo esto que está pasando entre nosotros, me duele en le alma, pero yo soy la culpable, yo y nada más que yo.

Cómo quisiera poder regresar el tiempo y remediar cada error que hice, daría lo que sea por remediar mi gran error.

— Y vete Lizbeth, habló enserio cuando digo que no quiero volver a verte — Menciona para después entrar a su casa y cerrar la puerta de un portazo.

Me alejo de su casa con pequeños pasos, estábamos tan bien en nuestra relación, tan bien y simplemente lo arruiné.

Sergio lo dió todo por mi y yo le pagué de la peor manera...

𝐕𝐀𝐒 𝐀 𝐐𝐔𝐄𝐃𝐀𝐑𝐓𝐄 || SERGIO REGUILÓN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora