♥°La cura para un corazón Roto°♥

3. Una paleta para ti

HOSPITAL PRIVADO REPÚBLICA UNIDA, 6 AM

-Buenos días Doctora Sato- unas enfermeras saludaban muy alegre a la ojiverde que llegaba para poder empezar un nuevo día de trabajo- ese uniforme se le ve muy bien.

-Muchas gracias, espero tengan un hermoso día ustedes- la ojiverde sonrió amablemente y fue a su consultorio, cuando entró se tomó un café y reviso su agenda,hoy tenía dos consultas, los exámenes con Korra Waters y cubriría urgencias en la noche, tenía que preguntarle a Senna si podía quedarse en su apartamento para cuidar a Merlín, aunque a la ojiverde no le gustará demasiado las visitas tenía que ofrecerle también al esposo de la tribal, sabía que su apartamento podría ser bastante agobiante por lo grande.

Al levantarse, se acomodo su uniforme y se colocó unos cómodos tennis, su bata, su estetoscopio y se recogió el cabello para estar hoy más cómoda, al salir camino hacia la habitación de su paciente Korra, era bastante temprano así que aprovecharía para revisarla y salir a preparar todo lo necesario para los exámenes de la morena. Al entrar, miro que el tribal no estaba, seguramente había ido a tomar aire o a recoger ropa a su casa, su sospecha fue confirmada al ver una nota dirigida a la morena en la mesa. La mujer tomó el expediente de Korra y miró que en la noche tuvo una recaída, eso a Asami no le había gustado para nada pues significaba que su problema iba empeorando.

-¿Aún duermes?- Asami se acercó a la morena y suspiró, hasta ella misma se había sorprendido de tratarla tan informal, no debía hacer eso, ella era su paciente- que suerte, quisiera poder dormir así- la ojiverde reviso el pulso de la morena y aprovecho que estaba de espaldas para revisar su corazón, al escuchar todo en orden anoto los reportes, ella no contaba con que la morena se había despertado desde que la escucho entrar al cuarto.

-Buenos días Doctora Sato- Asami se asustó cuando sintió una voz muy cercana, al girarse unas manos sujetaron su cintura y la pegaron en contra de la pared- Mira lo hermosa que estas con ese uniforme, ayer te subiste a tu apartamento sin darme si quiera un beso, ¿Quieres verme sufrir?- al parecer Kuvira tenía el mismo turno de ella hoy.

-Kuvira, ¿que estás haciendo?- Asami susurró asustada- se puede despertar, sal de aquí, ¿quieres que Zhu li nos sancione por este tipo de cosas?

-Vamos Sami, no seas cruel conmigo- ¿Acababa de llamarla Sami?- señorita Sato, déjeme decirle que no pude evitar pensar en usted toda la noche, ¿Que me hiciste Asami?

-Kuv.. Kuvira porfavor- Asami podía detestar el contacto físico, pero su cuerpo estaba respondiendo ante Kuvira, la ojiverde había durado seis años sin estar con nadie, y ella también tenía sus necesidades, además no podía negarlo, la neurocirujana era bastante atractiva- Kuvira, tienes que parar, porfavor.

-Dame un beso y me iré en paz, te lo prometo..

Esas palabras fueron una daga para la morena que estaba escuchando esa conversación, al parecer si eran novias, ¿Cómo Asami podía estar con una mujer tan aprovechada e irrespetuosa como Kuvira? La morena se tocó su pecho y pasó saliva abrazando su almohada, al abrir un poco los ojos se arrepintió pues vio como Asami tomó a Kuvira con sus suaves manos y le acarició el rostro, la ojiverde dejo un cálido beso en los labios de la neurocirujana quien la envolvió en su fuerte agarre. La morena sintió que sus ojos se aguaban, ¿Porque su pecho dolía tanto? Ella tenía novio, y Mako era maravilloso, no podía negarlo, la noche anterior mientras su padre dormía averiguo todo lo que pudo de Asami en internet.

La morena había descubierto que ella era Hija de Hiroshi y Yasuko Sato, pero en muchas de las fotos que ellos tenían,la ojiverde solamente salía  en unas y hasta los 15 años, ¿Porque Asami no había vuelto a verse con su familia? Ahora que lo recordaba, Asami le había dicho que tenía que agradecer tener el apoyo de sus padres, se preguntaba si la ojiverde aún tenía relación con ellos, y sobre todo, que otras cosas podían atormentar a la mujer de tal modo que su carácter fuera tan frío y sus palabras sonarán llenas de rencor. La morena volvió a abrir sus ojos y miró a Asami en los brazos de Kuvira, al girarse para no ver más, las dos médicos abrieron sus ojos sorprendidas, pero ver la respiración suave de la morena les dio a entender que seguía "dormida"