35. Mentiras aclaradas

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"¿Korra? Cariño, es la séptima llamada que te hago, espero que te estés divirtiendo pero porfavor recuerda que no puedes beber mucho. No olvides que debes tomarte los medicamentos del corazón cuando llegues, cielo porfavor cuídate mucho, cuando enciendas tu teléfono me marcas, yo estaré atenta a cualquier cosa. Te amo con todo mi corazón"

Asami dejó su teléfono en la mesita de noche y se asomó por la terraza, el frío de Zaofu se sentía cada vez más fuerte. Eran las 3 de la mañana y su esposa ni su amiga llegaban, la preocupación empezaba a crecer y sentía mucha ansiedad. La morena no podía consumir mucho alcohol y le causaba pánico que se hubiera excedido,lo que menos quería era correr al hospital con ella por un descuido.

-¿En donde estará mamá? - Asami susurró- no sé ustedes, pero tengo un mal presentimiento- con sus manos acarició a sus pequeños y los sintió patear, al parecer ellos también estaban angustiados. Un apretón en su corazón era lo que la tenía así, y las pataditas de sus pequeños se intensificaron, ¡Definitivamente iría a buscarla!

Al entrar al cuarto, rápidamente se sentó en la cama para ponerse los zapatos, una vez acabó se fue a levantar pero una mano la detuvó, la somnolienta voz de Kuvira se escuchó al otro lado de la cama, la neurocirujana bostezó agotada y no la dejo levantarse.

-¿Sami? ¿Qué tienes? Vuelve a la cama.

-Estoy preocupada, Korra y Jinora no llegan, tenemos que ir a buscarlas, despierta porfavor.

-¿No han llegado?- con agilidad,la neurocirujana se sentó a su lado y miró su teléfono- las 3 de la mañana, que extraño, le marcaré a Jinora.

-Ya lo hice y no contesta- Asami le mostró- Korra tampoco, nadie me contesta, nisiquiera Suki o Jeffrey.

-¿Ellos están juntos no? ¿Entonces de qué te preocupas? deben estar todos celebrando, ven, vamos a dormir otro poco, te aseguro que cuando despiertes ella ya estará a tu lado.

-Pero sabes que Korra no puede beber mucho, estoy preocupada, ¿Y si algo le pasa? Kuv, no puedo dormir, tengo muchos nervios. Quiero que vayamos a buscarlas porfavor, o déjame ir yo sola, quiero que venga ya a casa.

-No, espera, cálmate, tampoco te estreses de esa manera que no le hace bien a los niños- Kuvira se agachó y le quitó los zapatos dejándola descalza nuevamente- vamos a bajar y tomas un poco de agua, no tienes de que preocuparte, sabes que si fuera algo malo ya se hubieran comunicado. ¿No lo crees?

-Bueno, creo que tienes razón- Asami se levantó y ambas salieron del cuarto- pero no puedo evitar preocuparme- al llegar a las escaleras tomó la mano de la neurocirujana- por Raava no veo nada,no me sueltes.

-Maldito sistema ahorrador- La neurocirujana prendió las luces de emergencia y bajaron las escaleras juntas- ¿Quieres algo para dormir? Un té puede ser bueno.

-Quiero leche y galletas, tengo ganas de comer.

-¿Leche y galletas a esta hora?- Kuvira negó- demasiado dulce no te dejará dormir, ¡Y a mí sí que menos!

-si, leche y galletas, no me mires así, estoy ansiosa- la cardiologa calentó la leche y sirvió unas cuantas galletas, su teléfono no daba señales de vida- es que con un solo mensaje, con que me escriba un solo mensaje yo quedo tranquila.

Las dos sirvieron la leche una vez estuvo caliente para ir a sentarse en el sofa, Asami apoyó el platito en su vientre y bebió de su leche. Kuvira aprovechó y la abrazó por la cintura para recostar su cabeza en el hombro de la cardiologa,moría de sueño, pero no podía dejarla sola.

-Ya, come, shhh cierra esa linda boquita- con su mano, acarició en círculos su vientre y cerró los ojos para dormir, las patadas de los pequeños se sentían fuertes, ya comprendía porque asami tampoco podía conciliar el sueño.

♥°La cura para un corazón Roto°♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora