Capítulo 4

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Habían recibido una llamada por parte del padre de Yoongi, a la mañana siguiente, mientras se encontraban desayunando.

Resulta que querían felicitar a Jimin por su cumpleaños y de paso dar una noticia importante o eso fue lo que alcanzó a escuchar Jimin cuando Yoongi había contestado, aun estando los dos sentados en la mesa de la cocina.

Los habían citado a ambos justo a las ocho de la noche. Algo que complicaba el horario de Jimin, ahora tendría que ir a ver a Jungkook hasta que terminara la cena y estuviera de regreso a casa. Al parecer ya se estaba haciendo costumbre. Aunque Jimin estaba seguro que su pequeño lo estaría esperando a la luz de la luna para ambos darse las buenas noches.

Debido a que el compromiso había salido de forma imprevista, Yoongi tuvo que permanecer en el departamento de Jimin por más tiempo de lo normal, aunque si le llegasen a preguntar él no negaría que en lugar de resultar inconveniente se encontraba muy cómodo pasando más tiempo con su esposo.

Después del desayuno se habían encaminado a un supermercado a buscar cosas para la despensa de Jimin quien realmente no tenía nada en su refrigerador, no le era común comer en casa o si quiera cocinar ocasionalmente, pero ahora que la estancia de Yoongi en el departamento se había prolongado, el pelinegro había propuesto que no comieran en algún restaurante, sino que volvieran a tener una comida casera, a lo que Jimin no se había rehusado.

Nunca habían hecho algo tan rutinario juntos, pero inexplicablemente se sintió agradable.

Recorrieron los pasillos juntos buscando aquello que les fuera a hacer falta. Jimin llevaba una canasta en mano porque estaban seguros que un carrito sería demasiado. Solo comprarían lo en verdad indispensable para cocinar, no más. Yoongi iba a su lado, parándose en los lugares en donde tenía que escoger alguna cosa y acomodando todo en la canasta para que nada se maltratara y para que todo alcanzara ahí.

Hablaban de cosas sin importancia, pero si se hubieran visto a través de otros ojos seguramente se hubieran dado cuenta que parecían un matrimonio normal que hace sus compras de lo necesario en casa habitualmente. Un matrimonio en donde ambos comparten sentimientos por el otro y no uno en donde raramente se ven.

La comida fue muy buena. Jimin casi podría afirmar que Yoongi cocinaba mejor que Jin, aunque no lo diría nunca enfrente de su cuñado porque seguramente se enojaría.

Yoongi se había ofrecido a lavar los platos sucios mientras Jimin comenzaba a alistarse para ir a casa de los padres de Yoongi.

Había decidió ir de forma informal, no se había esmerado en verse sumamente elegante o glamuroso. Había colocado un poco de maquillaje, muy poco realmente.

Una vez listo, había salido de su cuarto y bajado hasta el estacionamiento, se encaminó al auto de Yoongi. Seguramente lo estaría esperando ahí. Era algo raro si le preguntaran pero era de las pocas costumbres de Yoongi que conocía. En todas las ocasiones que habían salido juntos a algún compromiso el pelinegro siempre lo esperaba dentro del auto. Solo podría recordar un par de veces que no lo había hecho. Una de ellas el día de su boda, en donde ambos habían ido juntos al lugar en donde se realizaría la alianza.

Mientras tanto, Yoongi se encontraba esperando en el carro tal y como Jimin lo pensó. Había decidido esperar de esa forma después de evidenciarse el día de su boda. No quería evidenciarse nuevamente delante de Jimin, que no notara el sonrojo que justamente se formaría en su rostro al verlo bajar de las escaleras del edificio o al salir de su cuarto en el departamento, el cual sería imposible de ocultar tal y como le pasó el día de la boda.

El pelinegro fue sorprendido cuando Jimin de repente había abierto la puerta del auto y se había sentado en el lugar del copiloto.

—Listo, vámonos— Jimin había hablado una vez instalado en su lugar, pero se extrañó al no recibir respuesta de Yoongi, así que se volteó a verlo.

Hold Me Tight - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora