Cap 32

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Eddie

- Tengo noticias para usted.

Nada más oír aquello mi cuerpo entero se tensó.

-¿ Cómo está Richie? ¿Ya ha salido ya de quirófano?

-¿Richie? No, yo quería hablarle de otro paciente, esta mañana trajo a un niño con una herida grave en el abdomen ¿no?. Henry, me parece haber leído en el informe. Eh.. La verdad es que los médicos no saben explicar que ha pasado. Tras una larga intervención, el paciente estaba en reposo para examinar su evolución. Pero cuando han ido a verlo los médicos hace apenas unos minutos... La herida había desaparido por completo, no había ni rastro. El pequeño ha despertado y dice de no recordar nada del accidente. Supongo que querrá pasar a verlo ¿no?

- ¿Que? ...Sí, sí claro. - dije procesando lo que acababa de contarme. Con todo lo que había pasado ya casi me había olvidado de Henry. ¡Ay, mi niño!

Si todo lo que decía esta señora era verdad, se había curado. Tras haber vencido al hijo de Pennywise sus conjuros y enredos habían desparecido.

Le hice una señal a Sally para que me seguiese junto con los demás niños tras la enfermera. Giramos por unos cuantos pasillos hasta llegar a una habitación.

- Es aquí- dijo mientras abría la puerta la especialista.
Ante nosotros apareció la imagen de Henry,  quien sin haber perdido su energía característica, se acercó a mí con una gran sonrisa.

- ¡Eddieeeeee! - gritó con alegría mientras me abrazaba. Le había echado tanto de menos.

- ¿ Qué tal te encuentras Henry? -pregunté algo preocupado.

- Muy bien, no me duele nada. No sé qué hago aquí la verdad.

- ¿Me permites? - dije levantando un poco su camiseta para poder ver su tripa. La enfermera tenía razón, la herida había desaparecido.

- Je je, me haces cosquillas- dijo entre risas el pequeño, que nada más ver de nuevo a sus amigos, fue corriendo junto a ellos.

La sala se llenó en menos de un minuto de risas, bromas y abrazos. Después de la tormenta llegaba la calma ¿no?

Miré la escena con una inevitable melancolía y felicidad. Me alegraba mucho que las cosas volviesen a ser como antes.

- Ha hecho un buen trabajo con estos chicos. - dijo la enfermera que nos había guiado hasta allí mientras se sentaba junto a mí en la cama donde hace apenas unas horas Henry había  luchado entre la vida y la muerte- Se nota que le adoran y eso no se consigue fácilmente.

No supe qué responder así que le mostré una sonrisa sincera. Había sido muy amable con nosotros.

- ¿ Quién quiere desayunar? - preguntó esta levantando la voz.
Todos los niños de la sala levantaron la mano mientras decían "Yo, yo"

- Pues vamos a la cafetería, ahora tengo un turno libre así que os invito.

Sin apenas darme tiempo a rechazar la oferta, salió por la puerta seguida de los campistas.

Los seguí hasta llegar a la cafetería donde la profesional pagó a cada niño un vaso de leche y unas tostadas.

Una vez sentados todos en una de las mesas, le di las gracias y me ofrecí a devolverle el dinero.

- No quiero su dinero, os he invitado. Al fin y al cabo, que me dejéis estar con vosotros es un placer. - dijo guiñando un ojo.

- ¿Por qué haces esto? - pregunté sin mala intención. Había sido muy maja desde el principio y no sabía si buscaba algo en especial.

- Ya te lo he dicho, los niños me encantan. Además, ser enfermera, aunque a veces mole mucho, no suele ser un trabajo muy divertido.

Nada más decir aquello, se giró para hablar con Luke, Sally, Wendy y Mike. Encajó con ellos como una adolescente más y a mi parecer se lo pasó muy bien. Aquella imagen era un tanto cómica así que no pude evitar soltar una risita, que inevitablemente me hizo pensar en Richie.

Sally
Parecía que habíamos viajado en el tiempo, otra vez los cuatro juntos Mike, Luke, Wendy y yo, contando estupideces y jugando a las cartas como si nada hubiese ocurrido.

Bueno, aunque ahora incluíamos una novedad; aquella enfermera chismosa y con un entusiasmo contagioso.

- ¡Siii! He vuelto a ganar, tomar esa- gritó con alegría ella mientras nos sacaba la lengua tras haber ganado la octava partida de cartas.

- Esto es imposible- comentó Mike dejando las cartas sobre la mesa.

- Bueno, basta de cartas por un rato, quiero saber más de vosotros. Sé que pasar la mañana en un hospital no es algo muy propio de un campamento, pero ya que vuestro amigo esta bien ¿que tal os lo estáis pasando? Yo recuerdo cuando fui a mi primer campamento, la verdad es que fue una experiencia inolvidable.

La pregunta me sorprendió bastante, pensé que antes preguntaría cómo un niño de ocho año había acabado con el abdomen ensangrentado en un campamento de verano.

-Pues yo... - empezó a contestar Luke.- Para mí este campamento ha sido, y espero que siga siendo ya que todavía quedan algunos días, increíble. Me ha cambiado la vida. Jamás llegué  a pensar que podría aprender tanto. Me he dado cuenta de los que de verdad significa la amistad y darme cuenta de que no estoy solo. Siempre estoy rodeado de gente que me quiere, y, aunque a veces no sepa darme cuenta, siempre habrá alguien ahí que me ayude a levantarme cada vez que caiga. Además, he aprendido a pasar página y dejar atrás el pasado. Durante muchos años me he centrado tanto en mirar para atrás, que no me daba cuenta de lo que sucedía ante mis ojos.

Todos nos miramos sorprendidos ante aquel discurso pronunciado por la persona que menos esperábamos que contestase.
¿En serio se sentía así? Me sentía tan feliz de oír aquello.

-Me alegro, me alegro mucho- dijo la enfermera y sin dar más importancia al asunto, agarró las cartas- ¿Echamos otra partida?

Eddie

Dejé a los chicos a cargo de la enfermera para poder ir a baño. Ya no recordaba la última vez que había ido.

Tras lavarme las manos, me eché agua en la cara para refrescarme y ayudarme a despejar la mente.

Cuando alcé la mirada, el espejo me devolvió la imagen de un Eddie un tanto pálido y con dos grandes ojeras debajo de sus ojos.

Pero aún así,  tenía la sensación del que el Eddie que me mostraba el espejo era una persona completamente renovada; era valiente, bueno con los niños y sobre todo, feliz. Esta últimas semanas (sin contar ni ayer ni hoy) había disfrutado al máximo. Y todo gracias a la idea que tuvo Richie de montar este campamento. Había pasado unos momentos increíbles  con aquellos niños que parecían ser ya parte de mi familia.

Salí del baño con una sonrisa de satisfacción todavía dibujada en mi rostro.

- ¿Es usted el acompañante de Richard Tozier? - dijo acercándose a mí una enfermera que no había visto nunca.

- He de informarle...

SUMMERCAMP - ReddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora