Cap 25

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Sally

Cuando abrí los ojos ya ni estaba en el baño del campamento.
Era como una especie de descampado donde la Luna era la única farola que alumbraba.

¿Donde estaba?

Se oían unas voces, pero esta vez no eran susurros de niños pequeños, eran más bien risas de diversión.
Giré la cabeza, hacia donde procedían y vi la carpa de un.. ¿Circo?
A mí llegaron olores de palomitas, algodón de azúcar, ruidos de elefantes...
Me acerqué a echar un vistazo y tras correr una de las cortinas de la carpa pude ver el escenario donde un mago, con una chistera y varita, hablaba a los niños que no paraban de sonreír emocionados sentados en las butacas . 

Me senté en uno de los asientos, esto no me daba buena espina pero no tenía otro sitio al que ir.
Si Pennywise quería jugar, jugaría.
-... Y ahora , el último truco.He dejado lo mejor para el final- decía el mago- ¿algún voluntario?
La mayoría de los niños levantaron las manos y comenzaron a gritar "yo, yo" Pero el mago tenía una persona ya en mente. 

- Vaya, parece que aquí tenemos a nuestra voluntaria. Por favor Sally sube al escenario.
El artista me tendió la mano y mientras los niños aplaudían entusiasmados, subí por las escaleras al escenario. 

Tranquila Sally, esto no es real.
Todo va a salir bien. 

- Para el último truco , mi voluntaria se va a tener que sentar aquí. 

Quitando una sábana, desveló una silla de color rojo, que se encontraba en medio del escenario.
Miré al mago con duda, pero este, con la sonrisa que no había quitado desde el principio me dijo;
- Venga, no tengas miedo. 

Lo niños vitoreaban.
Tragué saliva y me senté donde me decía.

-Ponte cómoda - me decía el hombre de la chistera mientras sacaba una cuerda.
Al principio no entendía nada pero al ver que empezaba a atarme a la silla quise levantarme.
¿Que quería hacer?
Pero con fuerza me apretó el hombro y me empujó de nuevo al asiento. Sin quitar la sonrisa falsa de su cara susurró;
-Disfruta del viaje. 

Entonces todo volvió a estar negro otra vez.
¿Viaje ?
¿A donde?
¿Que quería de mí?
Como para contestar a mis preguntas un foco de luz iluminó otra vez la estancia, pero ya no estaba en el circo, sino en... ¿Mi colegio?
Lo reconocería en cualquier sitio. 

Recuerdo mis primeros días de colegios llenos de mucha alegría y sorpresas: acababan de ascender a mi padre y mi madre había conseguido un comprador bastante famoso que le flipaban sus obras y no paraba de comprarlas.
Y como no, de la noche a la mañana, conseguimos una gran cantidad de ingresos que nos permitía comprarnos casi cualquier cosa.

Juguetes, consolas, coches, perfumes, joyas ... Digamos que se nos fue todo de las manos, aunque tardamos mucho tiempo en darnos cuenta. 

El primer día de primaria estaba muy nerviosa, no conocía a nadie ya que los pocos amigos que había hecho en infantil se habían mudado a otras ciudades.
Mi madre me dijo que no pasaría nada, pero al igual que hoy, era una niña muy tímida.
Y por desgracia, una ingenua. 

Cuando vi que nada mas entrar a clase todos se acercaban a hablar conmigo, pensé "Esto no es tan horrible como había pensado"
-Me encantan tu mochila ¿donde la has comprado?
-¿Te gustaría ser mi mejor amiga?
-No, ¡yo quiero ser tu mejor amiga!

Y así, en menos de una hora me había convertido en la niña mas popular del curso.
Estaba flipando ¿tan increíble era que no hacia falta ni que hablase con ellos para que quisiesen ser mis amigos?
Con aquella idea en la cabeza, la Sally de 6 años no se daba cuenta del verdadero motivo. 

SUMMERCAMP - ReddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora