SUMMERCAMP - Reddie

Cap 30

Luke

De pronto sentí que mis pulmones estaban llenos de algo que me dificultaba la respiración.

Como respuesta a aquello, mi cuerpo se puso a toser y de mi boca salió un liquido viscoso, parecido a la sangre pero de color negro.

Toqué mi labio todavía manchado... ¿Que narices...? Me quedé un rato mirando la sustancia, ¿Tendria esto que ver con el encantamiento del que había sido preso hace apenas unos minutos?

Alcé la mirada. Estaba de vuelta en el baño, había sobrevivido. Había ganado a mi tío.

Entonces me fijé en una esquina de la sala donde pude ver que la figura de un mago que luchaba cuerpo a cuerpo contra Eddie.

Eddie

Me abalancé sobre el monstruo para evitar que hiciese daño a Sally. Lo agarré y lo empujé con todas mis fuerzas contra una pared situada en uno de los extremos del baño.

No permitiría que hiciese daño a más personas, no permitiría que nadie más sufriese.

El mago intentó levantarse pero tras el golpe que había recibido estaba muy débil.

Sally, que se encontraba detrás de mí, observando absorta la escena, se acercó y me ofreció el bate de baseball que apenas unos minutos antes había usado para defenderse.

Yo, sin apenas dudarlo ni un instante agarré el objeto.

Por Sally.

Golpeé a la criatura con fuerza.

Por Luke

Volví a golpearlo ahora con más ira que antes.

Por los Perdedores.

Otro golpe.

Por el campamento.

Sentía el poder corriendo por mis venas.

Por Richie.

En ese instante, el mago que me miraba con una expresión que nunca olvidaré, se empezó a convertir en polvo y fue desapareciendo hasta que no quedaron más que un puñado de diminutas cenizas en el suelo.
¿se había acabado toda aquella locura?

En el silencio de la habitación ya solo se oían mis respiraciones agitadas. De pronto una mano se posó en mi hombro, y yo me giré al instante temiendo lo peor.

Pero me encontré con la figura de Luke, quien por primera vez desde que le había conocido me dedicaba un a sonrisa.

Se había despertado, ahora todo tenía sentido.Lo habíamos hecho, juntos habíamos matado al hechicero.

Un poco más atrás se encontraba Sally quien también mostraba sus dientes alegre de que todo se hubiese acabado.

Sin pensarlo dos veces me acerque para envolverlos en mis brazos.
Estaba tan orgulloso de ellos.
Habían sabido luchar, plantarle cara a ese ser y lo habían vencido.

No sabía que habría hecho sin ellos.

Y en ese cálido abrazo lleno de esperanza y consuelo, recordé a Richie.

Solté a los dos campistas y corrí hasta donde se encontraba mi marido. Seguía inconsciente y sus respiraciones parecían cada vez más débiles. Decidí abrirle la camisa para ver la zona golpeada con más detenimiento.

Casi se me para el corazón al ver la piel del torso de Richie ahora con un tono morado.

Hemorragia interna.