Capítulo 5

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- Hola nonna.
- Hola Ignazio.

La buena señora Julieta abrió la puerta e Ignazio entró. La casa de sus abuelos era casi como un refugio. Allí, Ignazio sentía más como se fuera su hogar que el lugar que era su verdadera casa.

Los dos se fueron a la cocina donde ella ofreció un poco de té. Julieta siempre lo hacía cuando Ignazio aparecía durante la noche y sin avisar.

- Nonna, ¿puedo dormir aquí esta noche?
- Por supuesto. Sabes que tienes tu habitación y puedes venir cuando quiera.
- Es que yo no te advertí que iba venir.
- Nunca me adviertes, amore.

Ambos sonrieron e Ignazio bebió un sorbo de té mientras su abuela lo analizaba. Ella lo conocía mejor que nadie en este mundo, siempre sabía cuando estaba bien o no, cuando quería hablar de algo o cuando él tenía alguna duda acerca de la vida. Contrariamente a lo que la "regla" decía, él nunca hablaba con su abuelo, que debía a ser el consejero... Su mayor apoyo ha sido siempre su abuela.

- ¿Qué sucedió Ignazio?
- Nada nonna. ¿Por qué?
- Sus ojos están más triste de lo normal. Me pareces aún más triste. - comentó como si fuera algo casi imposible.
- No sé si quiero hablar de ello.
- Siempre terminas diciéndome todo. No ha motivo para ahora ser diferente. - Ignazio suspiró.
- Mi padre ha comenzado con la conversación de que tengo que tener a mi familia. Ya dije que no me importa que nuestra familia sea mafia, pero yo no quiero involucrarme en eso.
- Tal vez él quiera un nieto. Su hermana tiene sólo una chica.
- Él no ve como nietos, él quiere herederos. Tengo más hermanos, ¿por qué no alguno de ellos?
- ¿Por qué está tan reacio Ignazio? Una mujer e hijos podrían ser grandes alegrías para ti.
- ¡La señora es la única que entiende la verdadera razón nonna! Hoy hace cinco años que conocí a la mujer de mi vida... ¿Y qué hizo ella? ¡Se fue! ¡Se casó con otro!
- No puedes tener miedo de amar y cerrarse para el mundo porque una mujer rompió tu corazón.
- Pero yo la amaba... A veces me enojo conmigo mismo porque sé que aún la amo. - Sus ojos eran cristalinos. - Yo sólo quería saber cómo ella dejó de amarme tan rápido, o si ella estaba mintiendo todo el tiempo...

Julieta le puso la mano en la de Ignazio y sonrió con tristeza. Él la miró a los ojos y suspiró de nuevo para no llorar.

- Mejor me voy a dormir nonna. - Ella asintió con la cabeza.
- Descansa querido... Es mejor lavar su cara y tragar este nudo en la garganta, si su nonno se da cuenta de que estaba casi llorando te da una bofetada en la cara como la última vez.
- Es cierto. - Él susurró y sonrió. - Buenas noches nonna.
- Buenas noches.

Julieta le dio un beso en la frente e Ignazio se fue. Pronto se arregló para ir a dormir.

- Mañana es un nuevo día. - Cerró los ojos y pronto se quedó dormido.

*****

- Mañana es un nuevo día.

Francesca dijo a sí misma mirando por la ventana del hotel en Roma que le permitía ver el Coliseo un poco lejos.

Ella decidió hacer una parada en Roma y dejar el niño descansar y al día siguiente el viaje iba a ser de tren y Leo estaba muy emocionado. Ahora su nuevo día también acompañaba a su nueva vida, o eso deseaba desde el fondo de su corazón.

Besó al niño que ya estaba profundamente dormido y luego se fue dormir también.

Sicilian Heart (Corazón Siciliano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora