Capítulo 22

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El resto del día fue difícil para Francesca e Ignazio. Él porque creía que había tenido el niño con su ex marido; ella porque debería haber dicho la verdad, pero estaba tan asustada que no podía hacer eso. Mientras Francesca hablaba llorando con Rita acerca de lo que había pasado, Ignazio hizo lo mismo con su abuela.

Pasaron tres días y hasta el mal tiempo y la lluvia dejó incluso la noche más oscura, que parecía coincidir con sus estados de ánimo. Francesca miraba por la ventana de la sala de estar cuando Leo sacó la barra de su camisa y ella lo miró.

- Mamá, me duele la garganta y tengo frío.

Francesca se agachó y miró a su garganta, estaba roja. Con razón que no había comido nada durante toda la tarde. Entonces ella puso su mano sobre su frente y su temperatura parecía mayor de lo normal.

- Creo que tienes fiebre amore... - ella lo empujó suavemente por la espalda. - Siéntate aquí en el sofá que voy a buscar un remedio para ti.

Después de algún tiempo Rita llegó y la fiebre Leo pareció bajar. Francesca lo puso temprano en la cama y se quedó hasta las 11 horas hablando con su prima. Ellas estaban decidiendo sí iban o no a dormir, ya que la lluvia era muy fuerte, y los relámpagos y truenos venían sin parar.

Estaban distraídas cuando Leo apareció allí, llevando a su osito de peluche y una manta.

- ¡Leo! - Fran corrió hacia él y puso su mano en su frente. Él estaba ardiendo de fiebre, tremía y estaba empapado en sudor.

Su tez era pálida y estaba claramente mal.

- Me desperté con las mariposas mamá...
- La fiebre debe ser alta, él está delirante. - Rita habló con preocupación.
- Llame a un taxi, tenemos que ir al hospital ahora Rita.

Francesca tomó Leo en sus brazos y lo puso tumbado en el sofá mientras tomaba el termómetro.

- ¡El teléfono no funciona! – gritó Rita.
- ¿Qué?
- ¡No funciona! La tormenta debe haber dañado la línea telefónica.
- ¡Mi teléfono tampoco llama! – Gritó agarrando su móvil.

Francesca miró a Leo y él parecía estar desmayándose.

- ¡¿Leo?! ¡Amore mírame! - Él no reaccionó. - ¡Leo! – gritó.

Francesca se levantó del sofá rápido.

- Rita, quédate con él voy en busca de ayuda.
- ¿Qué? ¡No se puede salir de esta manera en el tiempo!
- ¡Mi hijo necesita ayuda!... ¡No puedo esperar! - Dijo desesperadamente, iría llorar en cualquier momento, tenía miedo.

Ella salió y cerró la puerta, se echó a correr, no podía acelerar porque las pesadas gotas de lluvia golpeaban sus ojos. No había caminado muchos metros cuando sintió una mano que sostuvo su brazo y giró.

- Francesca, ¿A dónde vas?
- ¡Ignazio ayúdame, por favor! - Ella empezó a llorar. - Mi hijo está muy mal, por favor, ayúdame...

Sicilian Heart (Corazón Siciliano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora