- ¿De verdad pensaste que no iba a venir?
Se abrazaron y luego Lino que vino con él, la abrazó también.
- Fue sólo un retraso y nada más. – comentó Leopoldo. – Parece que no se puede confiar en los coches de la familia Boschetto. - Lino rió.
- No tienes idea de lo que significa para mí verte aquí. – ella dijo emocionada.
- Por eso estamos aquí hoy. – dijo Lino – Ahora vamos a ser una familia y teníamos que venir... Hoy ganaré una hija... Yo deseo toda la felicidad del mundo para ti, Francesca. - le sonrió. - Si me disculpas ahora tengo que abrazar a mi hijo. - Se fue.
- Hija... ¿Puedo entrar contigo en la iglesia? - Una lágrima cayó de su ojo.
- Por supuesto que sí...Rafael y Julieta entraron, pronto Paolo y Rita. Después Leo acompañado de su prima de la misma edad, y cuando Ignazio miró...
Ahí estaba Francesca, con su largo y hermoso vestido blanco que realmente la hacía parecer una princesa, para Ignazio la más bella del mundo. Llevaba el pelo suelto y ondulado con sólo una tiara, maquillaje sencillo y suave que dejó sus ojos con un brillo aún más hermoso de lo normal. Llevaba un ramo de flores blancas con detalles en verde para contrastar. Leopoldo estaba a su lado y cuando comenzaron a caminar hacia Ignazio, su corazón se hizo aún más acelerado. Finalmente, después de tanta lucha, lágrimas y tristezas podrían estar juntos y ahora sería para siempre. No existía momento más perfecto que ese, el amor de su vida ahora sería una mujer de verdad.
Leopoldo y Francesca llegaron al altar y él abrazó a su hija, después Ignazio.- Espero que seáis muy felices juntos. - Ambos sonrieron.
- Te ves hermosa... - susurró él y le besó la frente.
- Bueno, vamos a empezar la ceremonia. – dijo el sacerdote.Leopoldo salió del altar y Giorgio comenzó la ceremonia, habló del verdadero amor y todo lo que representaba. Ignazio y Francesca apenas podían oír además de mirar el uno al otro casi todo el tiempo. Esto era simplemente el cumplimiento de un sueño.
A veces Francesca miraba a Leonardo y sonreía. Ahora él iba a tener la verdadera familia que se merecía y tal vez más uno o dos hermanos.
Miró a Ignazio y él le susurró un "Te quiero", ella sonrió y asintió con la cabeza como diciendo "yo también". El sacerdote llegó a la pregunta más importante y estaban uno frente al otro.
- Ignazio y Francesca, habéis venido aquí para celebrar su matrimonio. ¿Es de vuestro libre albedrío y con todo corazón que tienen la intención de hacerlo?
- Sí. - Los dos respondieron.
- Ignazio Boschetto, acepta Francesca Martinelli...
- ¡Acepto!
- Tiene que esperar que yo termine la frase.
- Oh, lo siento. - Todos rieron bajito.
- ¿Acepta Francesca Martinelli como su esposa promete amarla y respetarla para el resto de tu vida?
- Sí, acepto.
- Francesca Martinelli, ¿acepta Ignazio Boschetto como su marido prometiendo amarlo y respetarlo por el resto de tu vida?
- Acepto.Los dos intercambiaron anillos y el sacerdote miró.
- Ignazio, puedebesar a la novia. - Se sonrieron.
Ignazio puso una mano en su cuello y la otra alrededorde su cintura, para la sorpresa de Francesca, él la giró yla inclinó, Francesca sonriósorprendida, y luego se besaron mientras escuchaban los aplausos de todos en la iglesia.
FIN
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Sicilian Heart (Corazón Siciliano)
RomansaPara Francesca Martinelli no era sorpresa que su familia era una de las mafias más importantes y peligrosas ítalo-americanas y, de hecho, ella nunca se había importado por ello antes, hasta que se enamoró. Trágicamente el hombre que le había robado...