Capítulo 4

97 9 0
                                    


Francesca dejó caer su bolsa al lado del sofá. Miró a todas esas cosas para asegurarse de que todo estaba allí, no quería volver para buscar algo y encontrarse con Fillipo allí. Simplemente no quería verlo y no quería volver a este apartamento para nada.

- ¿Dónde estaba? - Fran se asustó. Con el tono de la pregunta podría ver Fillipo estaba furioso. - ¡¿Usted es sorda?!
- Estaba en la casa de mis padres.
- ¿Y quién te dio permiso?
- No eres mi dueño.
- ¡Usted es mi esposa! ¡Mi mujer! ¡Desapareció dos malditos días, y ahora recibí esta petición de divorcio! ¡Está loca si cree que voy a firmar este documento!
- Voy a separarme de ti.
- ¡No! ¡No!

Fillipo avanzó hacia Fran y la empujó hasta que ella cayó sentada en el sofá y él levantó la mano. Sería una bofetada dolorida.

- Toca mi hija y hago más que mandar arrancar uno por uno de sus dedos Fillipo. - dijo el padre de Francesca con calma mientras sostenía un cigarro entre los dedos. Fillipo estaba tan enojado que él no se había dado cuenta que estaba allí de pie en un rincón oscuro.
- Leopoldo, yo...
- No diga nada Fillipo. Mi hija va conmigo y usted firmará cualquier documento que necesita, de lo contrario tendrá problemas. ¿De acuerdo?
- Sí, señor.

El señor Leopoldo llamó el conductor para recoger las maletas y llevar hasta el coche. Los dos bajaron y entraron en el vehículo. Francesca cerró los ojos y apoyó una mano sobre su cabeza. Su suspiro mostró el alivio que sentía, después de todo, ¿que podría haber pasado si su padre no estaba allí?

- Cuando me dijiste que él te amenazaba con golpearte no sabía si te creía. - ella lo miró. - En otras situaciones mentiste para mí, pero me doy cuenta de que puedo confiar en su palabra hija.
- Gracias por todo papá. Nunca pensé que me iba a divorciar tan rápido.
- Tengo algunos amigos que me debían favores. Y cuando todo esté listo puedes ir a Italia.

Fran sonrió. Ahora sentía que sería capaz de vivir de nuevo.

*****

(Italia)

- ¿Por qué te fijas tanto en esta ventana Ignazio? - Preguntó Lino.
- Por nada papá... Es sólo un hábito, nada más.
- Habían pasado varios años desde que te he visto lucir tan distraído mirando por la ventana... Desde que ella se fue.
- Es mejor no hablar de ello, ¿no crees?
- Sólo tengo un sentimiento que tú no puedes olvidar el pasado.
- Ya olvidé. Es por eso que no quiero que me recuerdes. Me tomó mucho tiempo para olvidar todo esto, así que por favor no me hagas volver malos recuerdos.

Ignazio salió del edificio y comenzó a caminar sin rumbo. Siempre había tratado de olvidar los mejores y los peores momentos de su vida, pero no pudo. Hizo todo lo posible para fingir que no recordaba o que no extrañaba esa hermosa chica que le dejaba con los ojos brillando y su corazón tan acelerado como si fuera salir del pecho.

Su corazón se sentía triste y traicionado. ¿Cómo ella podía haberlo dejado después de decir varias veces "Te amo"? Por mucho que quería seguir adelante con su vida, no podía. Sabía que, si no dejaba el pasado no sería feliz... Sabía que la pregunta "¿Por qué?" nunca sería respondida y que iba a vivir para siempre sin esta respuesta.

Sicilian Heart (Corazón Siciliano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora