En 365 días, Yuta tomaba, al menos, 365 tazas de café, eso era ya no era secreto para nadie que tuviera internet y le interesara un poco el japonés.
Sin embargo, cuando Mark observa la delgada figura, vestida con una camiseta extra large y un par de bóxer, merodeando en la cocina preparándose un café, no puede evitar preguntarse como puede verse tan hermoso si todavía no se ha molestado en lavarse la cara y lleva su pelo a duras penas sujetado en la misma coleta con la que se fue a dormir la noche anterior. Mark niega con un leve movimiento de cabeza, reteniendo una carcajada, porque con el ceño fruncido, mientras se rasca el estomago esperando que salgan las últimas gotas de café, Yuta parece que es un niño que ha sido despertado de su siesta antes de tiempo. Algunas veces Mark no puede evitar olvidar que ese hombre es realmente su hyung.
Mark espera a que dé el primer sorbo a su café y suelte el primer suspiro, sonriendo casi sin querer, antes de acercarse despacio, sin hacer ruido, y abrazarle por la espalda. Mark se pone un poquito en puntitas para estar más cómodo. Yuta parece ronronear, relajado por el sabor de su bebida, dejándose mimar por el calorcillo del cuerpo de su pareja. Sujeta con su mano libre las manos que se entrelazan en su estomago. No hablan, aún es temprano y son extraños los momentos en que el piso 10° se encuentra en tanto silencio. Mark apoya su mentón el cuello de Yuta, y el mayor se estira lo suficiente como para dejar un besito en sus labios. Mirándolo tan de cerca, Mark puede notar un par de lagañas colgando de sus pestañas, pero sabe que pareja es demasiado perezoso y mucho muy hombre como para lavarse la cara si luego tendrá que ducharse. Sin embargo, cuando se miran a los ojos, y los ojos de Yuta se arrugan en una sonrisa mientras se da la vuelta para seguir bebiendo su café, Mark cree que podría acostumbrarse a todo eso.
Con cuidado suelta sus manos y deja un besito en el cuello de Yuta antes de sentarse sobre la mesada en la que el mayor apoya su taza. Luego comienzan hablar de trabajo, Yuta se queja porque hoy tiene muchas horas de prácticas y Mark le promete que le esperará para cenar. Mientras hablan, Yuta le prepara una taza de té porque "Mark, no deberías tomar tanto café" y sirve un poco de fruta para comer, sólo porque aún faltan unas horas para que llegue la tía de la casa para hacerles el desayuno.
Aún es temprano, apenas son las 5 de la mañana, pero Yuta quiere comenzar a ensayar desde temprano y la agenda de Mark con SuperM había terminado hacía unas horas. Era raro, porque algunas veces no podían evitar pensar que se veían más seguido cuando sólo eran amigos. Intentaron volver a serlo un par de veces, pero era tonto ¿cómo podrían volver a serlo cuando Yuta ya conocía la textura de los labios de Mark contra los suyos?¿por qué querían volver a ser sólo amigos cuando Mark ya había tenido la dicha de ser lo primero en reflejarse en los ojos de Yuta al despertar? ¿Acaso había algún lugar a donde volver cuando, viéndose reflejado en los ojos de Yuta, cuando los primeros rayos de luz entraban por la ventana, Mark ya había escuchado a su compañero decir por primera vez la palabra con "a"?
Era simplemente estúpido siquiera volver a intentarlo. Ellos encontrarían la manera de estar bien, siempre lo hacían.
Mark sonríe.
Yuta también.
N/A: dejo este espacio para sugerencias de parejas (o situaciones) sobre las que les gustaría leer ¡Saludos!
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Pausa para el café (NCT-GAY)
FanfictionColección de escritos independientes, suaves y gais sobre NCT, WayV y SuperM. Se aceptan pedidos. Advertencias: fluff, vida cotidiana, non-au.