Edward POV
El clima estaba congelando mis articulaciones, no sé porqué no estaba tapado así que jalé la sábana que ni siquiera volteé a ver, no me apetecía abrir los ojos a estas horas de la mañana. El olor a tocino llegaba hasta la cama, no me di cuenta a qué hora entró el servicio a cuarto pero quizás Tara lo habría pedido así que le resté importancia, el dinero solo lo restaba de mi tarjeta así que ella no debía preocuparse por ese gasto.
El olor me atrajo tanto que no tardé en pararme de la suave y esponjosa base en la que me encontraba acostado, arrastré los pies hasta la sala de la suite pero no había ningún carrito con comida, mis ilusiones se vinieron abajo por un par de segundos hasta que comencé a cuestionarme el porqué había olor a comida y no había comida, a veces podía ser demasiado idiota por las mañanas eso que ni se dude. La tenue luz de la cocina apenas se veía y la silueta de Tara se asomaba entre la isla y la alacena.
-¿Qué haces despierta tan temprano?- Pregunté haciendo que pegara un pequeño brinco, bastante tierno por cierto.
-¡No me asustes así! Soy sensible.- Dijo sin responder a mi pregunta pero me causó gracia su respuesta a mi voz.
-Bien, bien, hay una pregunta más interesante que la que te hice, ¿Porqué cocinas sabiendo que hay servicio al cuarto?- Cuestioné con intriga descansando sobre la barra de la isla.
-Porque vi que había algo de comida en el refrigerador, ¿Porqué tu habitación tiene refrigerador? Esa pregunta es aún más interesante.- Su manera de decir las cosas era muy graciosa, ni siquiera decía cosas chistosas pero su voz y su cara me causaban risa pero en el buen sentido, una ternura inexplicable.
-Bueno, supongo que es parte del buen servicio aunque yo no cocino para nada, ¿Te gusta cocinar, cierto?-Confirmé al ver que tenía dos platos con comida y le daba vuelta a dos tiras mas de tocino, el chillido de la tetera llamó la atención de los dos y la conversación se esfumo junto con el vapor del agua para café.
Le ayudé a servir el café en dos tazas que se encontraban en la mesa, ambos caminamos hasta la pequeña mesa que estaba en el balcón de la habitación, la vista era preciosa pero el frío tremendo. Ella tomó su gabardina y yo mi saco para poder salir a desayunar cómodamente.
-¿Cómo dormiste? La cama es bastante cómoda a mi parecer.- Comenté mientras ella bebía de su café con suma paciencia.
-Pude dormir mejor si alguien no me hubiera quitando la sábana toda la noche.- Habló y volvió a beber levantando las cejas de una manera extraña y yo inconscientemente me reí.
-Tu pediste dormir en mi cama, tienes que adaptarte a mis formas de dormir.- Dije dejando caer mis hombros y ella rodó los ojos resignándose, quizá hoy dormiría en la otra habitación lo que me calmaba un poco, yo no duermo con nadie. Lo detesto.
-No hay problema, ya estoy lista para dormir en la otra habitación, tranquilo.- Dijo comenzando a comer y yo asentí levemente, ya tenía un peso menos de encima.
El frío se atenuaba o quizás nuestros cuerpos ya se habían acostumbrado a la corriente fresca y al par de copos de nieve que se posaban en el suelo cada medio minuto. Me di cuenta de que le estaba poniendo más atención a las cosas cuando estaba con ella, curiosamente extraño.
-¿Ya sabes qué usarás mañana?- Pregunté dejando mis cubiertos al lado del plato con algunas sobras pero ya casi vacío.
-¿Qué es mañana?- Dijo por poco ahogándose con el pedazo de comida que acababa de meter a su boca. Sonreí suavemente, fue casi involuntario sentir ternura por su gesto.
-Mañana es el concierto al que iremos, ¿Lo olvidaste?- Pregunté sabiendo la obvia respuesta y ella giró su cabeza repetidas veces como si de una caricatura se tratase.
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¿Seremos Una Historia Cliché?
RomanceToda mi vida la había pasado sin relaciones amorosas y con pocas amistades cercanas pero una decisión cambiaría el sentido de mi vida, personas nuevas haciendo que me pregunte, ¿Seremos una historia cliché?