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Cuando mi turno acabó salí corriendo de la oficina camino a casa para hacer la comida. Al llegar a mi casa aparqué el coche y subí a mi habitación para planchar el uniforme y buscar ligas, broches y mis listones para mi peinado.

Bajé y empecé a buscar pasta para espagueti, después de un par de minutos me encontraba calentando la salsa en el sartén, después de haber terminado de preparar el espagueti puse un par de pechugas de pollo en el sartén y lo cocine a fuego medio.

La comida ya estaba lista así que decidí esperar a mis padres para comer todos juntos. No pasó ni una hora cuando se encontraban cruzando el umbral así que fui por los platos y cubiertos para acomodarlos en la mesa y comenzar a servir.

-¿Cómo les fue hoy?- Pregunté acomodando los vasos.

-Han habido días peores.- Dijo mi padre restándole importancia al asunto.

-Supongo.- Dije y procedimos a sentarnos.

La comida continuó y hablamos de cosas irrelevantes, al terminar mi madre se ofreció a lavar los trastes y yo subí para arreglarme ya que el reloj marcaba las 3:36 pm y tenía que estar en la escuela a las 6:00 pm, me di una ducha y dejé que mi cabello se secara en lo que me maquillaba, use las pestañas postizas que jamás en mi vida creí llegar a utilizar, no me reconocía, no imaginé que algún día llegaría a ser una porrista. Estaba muy feliz.

Una vez que el reloj marcó las 5:13 pm supe que debía ponerme el uniforme, la emoción tenía a mi estómago revuelto. Al terminar de subir el cierre de la falda me giré para verme en el espejo de cuerpo completo, lo que veía me gustaba muchísimo, era de esas veces en que veías tus sueños cumplirse y no podías dejar de sonreír.

-¿Ya estás lista?- Preguntó mi madre tocando la puerta.

-Sí, ya bajo.- Dije en voz alta para que mi madre alcanzara a escuchar.

-Te esperamos en el coche.- Contestó y escuché el sonar de sus tacones en las escaleras de cristal.

Terminé de ponerme mis tenis, metí mi teléfono y mi botella de agua en el bolso de gimnasio para bajar corriendo. Me adentré en la parte trasera del auto ya que mi padre conduciría.

-Vámonos.- Dije emocionada y mi padre echó a andar el auto.

Tardamos 20 minutos en llegar ya que había mucho tráfico. Me dirigí a los vestidores para ver si alguna chica ocupaba de mi ayuda y aprovechar para guardar mi bolso.

-Hola.- Dije adentrándome a los vestidores.

-Que bueno que llegas, nadie ha podido delinear el párpado de Grace, ¿Nos ayudas, please?- Me pidió Danielle y asentí acercándome a grace que se encontraba casi llorando del estrés.

-A ver, ¿Quieres el delineado como el mío?- Pregunté sabiendo que diría que sí ya que el que yo tenía era alargado y estilizaba el rostro.

-Ay, me encantaría.- Dijo y yo tomé la pequeña brocha y después la pasé por la pomada de color negro.

-Listo.- Dije finalizando el segundo ojo.

-Ay Tara eres un amor, te amaré por siempre.- Dijo y yo reí dandole una mirada tierna.

-Bueno chicas, vayan calentando para salir a la cancha, está un poco frío pero por suerte nuestros tops son de manga larga, suerte a todas.- Dijo la capitana del equipo aplaudiendo y todas salimos detrás de ella para calentar en el pasillo ya que había mas espacio y la gente no nos vería.

Al terminar nuestro calentamiento esperamos a que dieran las 7:15 para que dieran nuestra entrada. Cada vez faltaba menos.

-¡Y ahora las porristas de nuestra institución!- Gritó el  comentarista del partido y todos los asistentes comenzaron a gritar y las porristas entramos con los pompones en nuestras manos agitándolos mientras corríamos hasta legar a nuestro lugar.

¿Seremos Una Historia Cliché?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora