¿Favores?

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Un leve dolor de cabeza hizo que me despertara, estaba en mi cama, me imagino que Chase me dejó en casa y papá me cargó hasta mi recamara, no había otra explicación. Revisé mi teléfono y vi que ya eran las 11:00 am así que ya no iría a la escuela pero llevaría una nota justificando mi falta. Llegué a la escuela pero no vi a mi mejor amigo así que decidí solo entregar en justificante e ir a la empresa como cualquier otro día normal. Al llegar se encontraba Kassandra en la recepción, la saludé e hice check-in para después entrar a mi pequeña oficina. Tenía un par de entregas por hacer así que no me demoré en empezar. Chase tendría una junta ejecutiva así que debía ir a comprar comida para todos, cuando kassandra me dio la lista tomé un taxi y rápido hice las compras, regresé a la empresa a tiempo y subí a la sala de juntas, di 3 golpes a la puerta y un hombre mayor abrió la enorme puerta de cristal y le sonreí en forma de agradecimiento.

-¿Gustan que reparta la comida?.- Comenté dejando las bolsas sobre la mesa.

-¿Otra vez tú? ¿No te dije que la corrieras, Chase?.- Dijo la misma chica que le vomité los tacones.

-No tengo porque correrla, Bianca.- Dijo Chase rodando los ojos.

-Ehm, creo que me retiraré, disculpen las molestias.-Dije retrocediendo y me giré hacia la puerta.

-No te disculpes, Bianca no tiene razones válidas para enojarse, por favor sírvenos.- Dijo una señora a la que Chase se le parecía mucho, imaginé que era su madre, le sonreí y comencé a servirle a todos.

-Cualquier cosa que necesiten estoy a sus órdenes, provecho, con permiso.- Dije saliendo de la sala de juntas.

Sinceramente no me molestaban los comentarios de la ex-novia de Chase y eso era raro, siempre ese tipo de comentarios me hacen sentir insegura, algo está pasando.

-Hey, voy a pedir comida, ¿quieres algo?- Dijo Kassandra tapando la bocina del teléfono.

-Ensalada.- Dije y saqué dinero de mi bolso mientras ella pedía.

-Descuida, las comidas corren por la cuenta de la empresa.- Dijo guiñándome y yo solo reí.

-Bien, me imagino que gastan mucho en comidas.- Dije saliendo de mi oficina.

-No realmente, Chase no deja que los de ego alto compren con el dinero de la empresa.- Comentó revisando su correo.

-Vaya, así que es un hombre de buenas acciones.- Me senté  un lado de su escritorio.

-Sí, siempre ha sido un buen ejemplo para muchas personas tanto mayores como jóvenes de tu edad, incluso yo lo admiro muchísimo.- Dijo viendo por su teléfono que el pedido estaba por llegar.

-Si quieres voy yo.- Dije y Kassandra asintió dándome un cheque con el que pagaría. Salí a recoger la comida y entregué el cheque y me despedí con una leve sonrisa.

-Comida lista, voy a estar en mi oficina haciendo tareas.- Dije metiéndome a mi pequeño cubículo y cerrándolo. Una compañera de clase me pasó unos apuntes que fui escribiendo y al mismo tiempo comía cuando recibí un mensaje de mis compañeros sobre el baile de bienvenida, nueva tarea: comprar un vestido.

Eran las 2:00 p.m. así que chequé si en mi bolso traía mi tarjeta de débito. Mis padres me la regalaron para que ahí guardara el dinero de los fines de semana y aprendiera a administrar mi dinero y por suerte la traía ahora mismo. Terminé de hacer los pendientes y le pedí permiso a Kassandra de salir un poco antes, estaba terminando de acomodar el escritorio cuando alguien tocó la puerta y esta se abrió.

-¿Ya te vas?.- Preguntó una voz masculina, al instante supe que era Chase.

-Sí, pedí permiso porque ocupo hacer unas compras.- Dije cerrando mi mochila y guardando mi teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón.

¿Seremos Una Historia Cliché?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora