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Nos sentamos en los bancos frente a la isla de la cocina, comenzamos a desayunar y Chase sacó un par de vasos y un jugo de la nevera.

-Gracias.- Dije tomando el vaso que me estaba ofreciendo.

-No es nada, dime, ¿Cómo te sientes ahora que oficialmente eres parte del equipo de las porristas?- Dijo dándome un codazo y solo reí.

-Demasiado feliz, no tienes idea.- Dije recogiendo mi basura y dejándola en la bolsa de papel donde nos entregaron la comida.

-Me alegra, ¿Quieres probarte el uniforme?, hay un baño justo a un lado de la entrada, puedes probártelo ahí si gustas, me daré una ducha rápida y ya bajo.- Dijo Chase dejando el regadero en la mesa y yo recogí en lo que el se bañaba, al final decidí por sí probarme el uniforme, me servía para saber de una vez si me quedaba o no.

CHASE POV

Subí a darme una ducha ya que me sentía realmente sucio, dejé a Tara abajo para que se midiera el uniforme.

Dejé que el agua corriera por mi cuerpo disfrutando del pequeño momento, salí y me cambié rápidamente para bajar y que Tara no se quedara tanto tiempo sola.

Cuando llegué a la sala ella aún no salía del baño.

-¿Todo bien?- Pregunté dándole golpes a la puerta.

-Sí, solo no puedo meter el brazo pero parece que ya.- Dijo y a los segundos abrió la puerta.

Salió luciendo como un angel, la tela pegada a su cuerpo como si la hubieran hecho a medidas exactas, la falda con su leve vuelo le quedaba perfecta, se dio una vuelta y toda ella lucía hermosa vestida por cortas prendas dejándome sin aliento, la ventana abierta dejaba que la corriente de aire entrara y la corta falda volara y ella solo pusiera sus manos tratando de cubrir todo su pequeño cuerpo.

-¿Cómo me queda? Creo que debería pedir una talla un poco más grande, está algo apretado.- Dijo bajando su falda.

No podía dejar de verla, se veía demasiado bonita.

-Te ves genial así.- Dije tratando de disimular lo sorprendido que estaba.

-Gracias, iré a cambiarme, ya vuelvo.- Dijo y se encerró nuevamente en el baño mientras yo iba a la sala para controlar mis emociones, tenía años sin sentir este alboroto de hormonas, llevo años acostándome con diferentes mujeres cada fin de semana y viene ella a mover todos mis sentimientos y pensamientos puros e impuros, ¿Qué pasaba conmigo? Ella solo tiene 16.

Puse una película y calenté chocolate porque comenzó una leve lluvia y me imaginé que a Tara le agradaría tomar chocolate y comer palomitas.

-Listo, tienes un bonito baño.- Dijo Tara desde el vestíbulo mientras yo me encontraba en la cocina.

-Gracias! También me gusta.- Dije asomándome por el umbral que me permitía verla observar detenidamente la ventana con algunas gotas que la adornaban.

-¿Dónde estás?.- Gritó alejando la vista del cristal.

-En la cocina, preparo chocolate.- Dije acercándome a la nevera donde guardaba el chocolate derretido y lo vertí en el recipiente donde calentaba la leche.

-¿Veremos algo?- Dijo sentándose frente a la isla.

-Yep, ¿Escoges tú?- Pregunté girándome con el recipiente en mano y un para de tazas en la otra.

-Claro, te esperaré para que vayamos juntos.- Dijo sonriendo y bajó de un brinquito de la silla.

-¿Segura? ¿A donde vas?- Dije al ver que caminó hacia a mi.

¿Seremos Una Historia Cliché?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora