18

27 1 0
                                    

Llegué a la escuela, caminé por los pasillos ignorando cualquier cosa que estuviese pasando fuera de mis audífonos. Alguien tocó mi espalda y me giré lentamente, era Luke.

-Buenos días llorona.- Dijo dándome un abrazo y yo le correspondí.

-Buenos días tonto.- Respondí retirando mis auriculares y guardándolos en el bolso de mi chaqueta.

-Adivina quien se va a Los Angeles a pasar navidad.- Dijo apuntandose con los pulgares.- Este nene.- Yo me reí ligeramente.

-¿Es por tus padres?- Pregunté sabiendo la respuesta.

-Sabes que no podría pasar una navidad sin ellos y recién se mudaron, iré a verlos.- Dijo feliz.

-Yo no quiero que sea navidad, veré a toda mi familia, junto con ellos Clarisse y Chase.- Corté abruptamente la frase para no llorar.

-Hey, deberías ir conmigo a Los Angeles, somos amigos desde muy chicos y nuestros padres se llevan muy bien, acompañameee.- Dijo y lo pensé por un instante.
No tendría que ver a Clarisse ni a Chase, no dolería tanto la navidad.

-Lo hablaré con mis padres, no me molestaría en lo absoluto tomar un avión y largarme de aquí aunque sea por un par de semanas.- Comenté con esperanza de que mis padres me dejaran ir.

El timbre sonó y ambos caminamos hacia nuestras clases, mi mente no estaba en la tierra, no podía concentrarme. Me parecía estúpido que alguien te hiciera sufrir tanto a tan corta edad, nunca experimenté algo así y no sabía si lo detestaba por completo. Chase no salía de mi cabeza, todos esos recuerdos atormentaban mi paz mental y mis lágrimas salían nuevamente, Jade me dijo que saliera del salón discretamente, le hice caso y pedí permiso para ir al baño, corría por los pasillos con las manos en la cara pero en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba en el suelo.

-Hey perdón, no te vi.- Dijo un tipo que apenas si podía ver por las lágrimas en mis ojos.

-Disculpa, fue mi error.- Hablé tallándome los ojos. Pude ver bien, era un chico alto, castaño de ojos oscuros y una cara muy bonita, me golpeé mentalmente por tal pensamiento.

-Te ayudo, ¿Porqué lloras? Por favor dime que no fue por mi culpa.- Dijo haciendo un puchero.

-No no no, descuida, es por otra cosa.- Dije mientras tomaba su mano que me ofreció.

-¿Puedo ayudarte?- Preguntó y yo negué con la cabeza.

-Te apuesto 2 dólares a que lloras por un tipo que no vale la pena.- Dijo y yo entrecerré los ojos.

-¿Adivino?- Pregunté riendo levemente.

-Curo almas.- Dijo alzando las cejas y yo sonreí.

-¿Ah sí? ¿Y cómo lo haces?.- Cuestioné con las lágrimas ya secas.

-Choco con las niñas en los pasillos para que se olviden del mal rato.- Dijo guiñando y yo giré los ojos regalándole una sonrisa.

-Eso es muy tonto.

-Pero sirve, ahora una pregunta super matemática, si tu número de teléfono fuera la distancia de aquí al sol, ¿Cuál sería la medida?.- Dijo y yo carcajeé pensando que era un tonto de primera pero me hacía olvidar el mal rato.

-Si te lo paso, ¿Vas a verme al partido de final de mes? Soy porrista.- Dije sonriendo.

-Va, acepto.- Dijo y le pasé mi número.

Regresé a mis clases, vi un par de veces a Luke y al salir de clases me dirigí a la oficina ahogada en un mar de lágrimas.

Subí por el ascensor y me encerré en mi cubículo cuando el teléfono de la oficina sonó y atendí, era Chase y quería que le llevara unos papeles, los imprimí y tomé fuerzas para salir de mi cubículo y caminar hasta su puerta.
Golpeé tres veces y Chase contestó del otro lado "adelante".

¿Seremos Una Historia Cliché?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora