Reencarnando En My Hero Academia (Editada)

¡Los tres grandes aparecen!

En heigh alliance Max se encontraba en la cocina mientras lavaba los platos y vasos que habían quedado del desayuno, mientras Midoriya y Bakugou se ocupaban de limpiar la sala.

  
- fantasía, ven a mi. Conquistarte quiero yo ¡juventud! Un misterio vas a descubrir. Todos quieren pronto vivir aventuras, mil y algo más ¡juventud!, conserva la inocencia que hay en ti - cantaba en voz baja Max mientras terminaba de secar los últimos vasos y los guardaba en sus lugares

    
En eso algunos de los gritos de Bakugou y Midoriya acababan con el ambiente tan calmado del lugar, con un suspiro Max se asomó por la puerta de la cocina solo para ver cómo Midoriya con una aspiradora se encargaba de limpiar el suelo mientras que Bakugou estaba limpiando las ventanas, la discusión parecía haber cesado, pero aún así Max sacó de su bolsillo sacó una piedrecita y la envolvió en su ki antes de lanzarla hacia Midoriya, la piedrecita voló directo a su cara pero a pocos centímetros de chocar con el distraído peliverde, la piedrecita cambió bruscamente de dirección ahora yendo hacia la cabeza de Bakugou y cuando impactó con su objetivo el rubio cenizo comenzó a gritarle a Izuku, posiblemente creyendo que fue su culpa.

    
- ya lo tengo dominado, al menos con objetos pequeños, aún tengo que probar si puedo manipular objetos más grandes o personas - se decía Max a si mismo

Bakugou se percató de Max, que estaba parado en la puerta de la cocina y su ira se dirigió a él - ¡vuelva a la cocina y termina con tu trabajo!

- ya terminé con mis tareas Bakugou, si me necesitas estaré en mi habitación

        
Bakugou solo rechistó ante esto y volvió a lo que hacía antes de todo el problema, por su parte Midoriya no se metió en el asunto y astutamente se alejó de Bakugou, yendo a limpiar el baño de los hombres. Cuando Max llegó a su habitación lo primero que hizo fue sentarse en su silla y agarró el manual, que descansaba sobre su escritorio ya solo le faltaban cincuenta páginas, decidido a terminarlo en ese mismo instante, Max activó se concentró y se alejó del mundo real, solo concentrándose en el manual.
Luego de media hora finalmente había terminado de leerlo, lo que significaba que en teoría estaba listo para usar su nuevo traje, lo malo es que como seguía castigado tendría que esperar hasta mañana para probarlo. Max se recostó en su cama, pensando en nuevas formas de usar su ki a su favor, él creía que no había explotado todo su potencial y estaba en lo correcto, recordó un detalle de la técnica que había perfeccionado para el examen de licencias pero que al final nunca usó, esos espirales que suponían aumentarían la fuerza en sus golpes, si era capaz de crear esos espirales podría crear muchas más cosas, luego recordó que como ahora era capaz de absorber y transformar energía podría impulsar sus límites mucho más allá, una sonrisa apareció en su rostro de solo imaginar las posibilidades.
Al día siguiente ya libre de castigo estuvo toda la mañana inquieto en su lugar, esperando con ansias el entrenamiento de la tarde y así probar las ideas que se le habían ocurrido durante el último tiempo.

- te ves mucho más animado Max - le decía Iida mientras se dirigían a la cafetería

- estoy emocionado Iida, no solo probaré mi nuevo traje esta misma tarde sino que también espero crear nuevas técnicas especiales

- ¿tendrás un nuevo traje? El actual no tenía nada de malo - le comentaba Uraraka

- aunque ese traje me fue útil durante el examen solo era temporal, el verdadero lo comenzaré a usar desde ahora - decía con suma emoción mientras apretaba sus puños y los elevaba al cielo

Durante el almuerzo, los cuatro, pues Todoroki se les había unido en su camino a la cafetería, se sentaron en la misma mesa para charlar, mientras los temas de conversación iban y venían Max notó algo extraño en el comportamiento de los profesores que pasaban por ahí, parecían buscar algo o a alguien quiso preguntarle a Iida si sabía algo de eso pero justo entonces Vasco apareció casi arrastrando a Max con él mientras le convencía de que debía decirle algo importante, sin muchas opciones y viendo que su amigo no lo dejaría hasta contarle lo que sea que quería contar aceptó y ambos salieron de la cafetería hasta llegar al jardín interior de la academia.