↱Jeon Jungkook, un gran youtuber de videojuegos escoge un usuario de manera al azar para una nueva partida. Sin idea de quien era hasta que subió el vídeo y todos sus seguidores reconocieron al mismísimo idol Park Jimin como su compañero de juego.
...
¡Quería poner más de una canción, así que en mi tablero dejó una playlist para que escuchen!
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- Cierra los ojos.- Rió Jimin.- No veas, no seas tramposo~
- Okey, okey..- Respondí.
Ambos ingresamos en el cuarto entre tropezones. Jimin tomaba mi mano con fuerza para que evite caer en el suelo al no tener idea de donde me dirigía.
No podía quitar la sonrisa de idiota del rostro. No hice muchas preguntas cuando Jimin me pidió que me pusiera una venda en los ojos una vez que terminamos de comer cuando el show finalizó. Habíamos cenado en el mismo estudio, la comida ya estaba lista para cuando Seokjin y Jimin pudieran descansar.
Pero, Park parecía algo inquieto toda la noche. Para empezar, me dijo que no coma nada.
Lo vi incomodo junto a Seokjin, quien no habló mucho, solo se limitaba a asentir o responder las eufóricas preguntas de Hoseok. Luego de un rato, noté que no estaba incomodo. Solamente se veía apresurado.
Su mano apretaba la mía todo el tiempo, por lo que pronto noté algo quería. Así que cuando, me preguntó si quería ir a su casa luego de la cena y me mostró la venda, me di cuenta que algo había planeado.
Ahora, no sabía donde estabamos. No tenía idea de donde estabamos, pero el camino del estudio a la casa de Jimin era de veinte minutos, pero estuvimos más tiempo sobre el auto.
Sentí que la pequeña mano del rubio me guiaba hasta un sitio en específico. Pronto, mis pies chocaron contra el borde de lo que parecía una cama. Con duda, mis manos bajaron hasta el colchón tocando la zona, era una cama bastante grande.
Las manos de Jimin me tomaron de los hombros, me hizo girar quedando a espaldas de la cama. Pronto me empujó del pecho para quedar sentado en la cama, donde se sentó a horcajadas de mi. Podía escuchar su risa traviesa frente a mi.
- ¿Jimin..?- Pregunté, ya curioso.
- Listo, quitatela.
Cuando mis manos fueron hasta la venda de color negro, la retiraron de mi campo de visión. Pero, cuando quise ver a mi al rededor, Jimin atacó mis labios mientras sus brazos iban hasta atrás de mi cuello. Mis manos fueron hasta su cintura, abrazandose de allí.
Sus belfos rosados chupaban mi labio inferior con fuerza. Como si se hubieran extrañado, nuestras lenguas chocaron, soltando suaves jadeos. Mis manos subían hasta su espalda y volvían a bajar hasta su trasero, donde tocaban descaradamente atrayendo más su cuerpo al mio.
Cuando se separó de mi, un delgado hilo de saliva nos mantuvo unidos. Mientras sus ojos color avellana me miraban expectantes y cargados de deseo, los míos estaban entrecerrados mientras mis labios se curvaban hacia arriba.
