YoungJae entró en el lugar después de que JaeBeom pagará por su entrada. Miró a todos lados en busca en aquellas obras magníficas que Park JinYoung tenía y preparaba especialmente para ese lugar. Quizás las personas no sabían admirar a la perfección todo el trabajo y juzgaban lo que les convenía, pero YoungJae sabía de sobra que el mayor se esforzaba en cantidades extremas.
No lo conocía como era debido al constante ajetreo de la gente a su alrededor, YoungJae comprendía que el mayor fuera famoso a sus 26 años, pero ¿Tan difícil sería acercarse sin tener que pasar por una turba furiosa de personas que buscaban una foto o un autógrafo?, es que YoungJae en realidad quería preguntar quien inspiraba sus obras.
Ya había visto dos que jamás antes había mirado, en chico de espaldas sentado en una banca del jardín cerca del Gravity, creía que quizás lo conocía por sus hebras retratadas en café oscuro y el abrigo azul suave que el chico en la pintura traía. Y había visto otra que le pareció, era el mismo chico, pero ahora leyendo un libro.
En ninguno de los dos se veía su cara y YoungJae quería saber por qué.Cuándo quiso caminar hacia el siguiente cuarto, sintió como lo sujetaban de la cintura y le sonreía en el oído. El cálido aliento lo hizo sonreír mucho.
-Tranquilo, sunshine, no nos iremos pronto. Tienes todo el día para admitirá lo que quieras.
-Lo sé, pero quiero, ¡no!, deseo conocer a Park JinYoung por fin. La primera vez que lo conocí, ni siquiera pude ver su cara.
Un puchero se formó en sus labios ante la bonita mirada del mayor. Quien apenas y parpadeaba al mirarlo. Si tan solo supieran que su corazón había latido con la misma fuerza hace unos siete años, en el mismo lugar en que ahora estaban de pie mirándose. Si tan solo JaeBeom no fuese tan cobarde...
-¡Hyung! Allá, ¿vamos a ver las fotos de este año?
YoungJae se soltó de su agarre para avanzar a la otra habitación donde, por muy extraño que se viera, existían varias fotografías suyas repartidas en las paredes siendo observadas por muchas personas que luego de darse cuenta de que era él, lo miraba. Para YoungJae fue incómodo verse en esas cuatro fotografías. Era incómodo porque no sabía en qué momento se las habían tomado.
Se adentro más en la habitación, mirando una foto en la que llevaba un abrigo azul con rosa y blanco, un pantalón negro y el cabello revuelto. Tenía 16 años en esa foto y se podía notar como reía muy feliz en aquella cafetería en especial. Solo estaba él a pesar de que Mark y YuGyeom también habían ido. Camino más y pudo ver una fotografía de él agachado dándole comida a un perro de la calle mientras una sonrisa aparece en sus labios.
Era incomodo y a la vez impresionante que alguien como Park JinYoung tuviera el tiempo como para tomarlo en cuenta como modelo de sus fotos y sin querer se encontró frente a esa fotografía que lo hizo pensar de más. Era de un niño de trece años mirando una pintura de un árbol en blanco y negro, dándole la espalda a la cámara e ignorando todo a su alrededor.
Esa foto había sido tomada, y sin mentir porque el marco tenía la fecha de captura, el seis de enero a las 7.30pm, justo después de conseguir el autógrafo con ayuda del extraño.
-¿Por qué hay fotos de YoungJae hyung aquí? - pregunto YuGyeom cuando todos llegaron a donde ellos.
Los cuatro sorprendidos menos que YoungJae, pero de igual forma. Y el único que no podía con la idea de saber que Park JinYoung estaba tras su sol era JaeBeom. Aquel famoso artista también había conocido a YoungJae el mismo día que él, pero a su diferente, JinYoung no se acercó hablarle, simplemente le había sacado una foto.
-"Porque incluso el sol más pequeño puede alumbrar una gran habitación"
Leyó Mark en la pequeña placa que descansaba frente a ellos como modo de explicación. YoungJae frunció las cejas notando que era él. Otra vez.
-"Una sonrisa de esas hace feliz al más triste de la historia. Sonrisa de mejillas rojas"
La última fotografía era una de YoungJae con las mejillas sonrojadas. Esa foto se la había tomado un chico de fotografía en la Universidad, antes de salir. Llevaba una gorra negra e iba muy cubierto. Más no se lo negó porque el chico iba acompañado de un profesor de la escuela. Le había sacado fotos a todos, incluso a Jackson. Pero ahora todo tenía sentido.
Ese supuesto fotógrafo era nada más y nada menos que Park JinYoung. El corazón de YoungJae no podía con tanto y pronto sus mejillas ardieron. JaeBeom se le acercó para mirarlo. El niño entre sus brazos estaba muy tímido escondido en su pecho. Impidiéndole a la gente que lo mirará por la vergüenza. Aún no estaba listo para eso. De hecho jamás iba a estarlo porque por eso había escogido Administración y no modelaje. YoungJae no estaba hecho para las cámaras. Ni de chiste.
-¿Te gusta la forma en que tu belleza es admirada, YoungJae?
Aquella voz ya la había escuchado antes, en un bar para ser exacto. Se separó de JaeBeom para mirar al muchacho y su sorpresa fue olímpica cuando lo vio. Era aquel sujeto que le cayó mal por coquetearle tan abiertamente frente a YuGyeom. El mismo que lo había mirado de pies a cabeza escaneando su perfecto cuerpo delicado.
¡Por todos los cielos! Habías conocido a su artista favorito en un bar y ni siquiera supo que era él. Pará rematar todo, había sido grosero. Pero no mas. En ese instante no sería grosero ni de chiste. Alejó a JaeBeom de su camino y le sonrió al chico frente a él para luego hacer una reverencia.
-Muchas gracias por tomarme como modelo para su exposición, pero no es ni remotamente parecido a lo que usted crea. Poner fotografías mías no lo hace mejor. - dijo apenado.
-El sol más pequeño puede iluminar la habitación más grande, pero yo necesitaba más luz y que mejor que poner cuatro fotos tuyas en lugares estratégicos.
YoungJae sintió morir cuando el chico terminó de hablar y extendió su mano hacia él para saludarlo.