PRÓLOGO

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El frío que se colaba de los enormes ventanales de la cafetería perturbó un poco al CEO de la GMMTV y ajustó sus lentes de aumento con fastidio al ver que su cita no llegaba y ya habían transcurrido más de treinta minutos de la hora acordada. ¿Cómo era posible que se diera el lujo de dejarlo plantado? Aun no estaba seguro de haber hecho bien al aceptar hablar con la competencia, pero tampoco podía dejar pasar la oportunidad de escuchar nuevas ideas que podrían ser benéficas para su empresa productora.

De pronto, se escuchó el sonido de una campanilla y a continuación, pasos apresurados hacia él.

—Lamento mucho la tardanza—el hombre se inclinó hacia adelante con las manos en posición de oración, haciendo énfasis en su disculpa. Tenía la frente sudorosa pese al frío. Retiró la silla y tomó asiento frente a él.

—Vamos al grano—le cortó el CEO de GMMTV con desdén y miró el reloj de su muñeca con desagrado—tengo una junta pendiente en menos de dos horas, así que apresúrese.

El sujeto se arregló las arrugas inexistentes de su traje y colocó un portafolio color negro sobre la mesa; extrajo una carpeta y la deslizó hacia su acompañante.

—Como representante legal de la empresa productora Studio Wabi Sabi, le adjunto los términos y condiciones de nuestra posible colaboración, que, desde luego, ninguno de los dos obtendrá más o menos. Todas las ganancias serán cincuenta y cincuenta.

El CEO de la GMMTV humedeció sus labios y le echó un vistazo a las hojas.

—Lo valoraré con nuestro representante legal mañana y en una semana, después del evento nacional, espero encontrarme con el CEO de Studio Wabi Sabi frente a frente para discutirlo—concluyó él, levantándose de la silla y agarrando la carpeta.

—Por supuesto—el abogado le sonrió con cordialidad, incomodándolo.

Al momento de salir de la cafetería, el CEO no pudo evitar sentir náuseas. ¿Y si no funcionaba? ¿Cómo podrían deshacer las parejas ficticias sin que las fanáticas no enloquecieran? Tragó saliva de solo pensar en la posibilidad de una histeria colectiva y no es que tuviera miedo de las jóvenes tailandesas de su país, sino las del resto del mundo, las cuales eran muy intensas, pero gracias a ellas, el éxito de las series era descomunal y no podía estar más agradecido.

Otro detalle que le inquietaba era que habían varias parejas muy populares y si aceptaban colaborar, tendrían que elegir los dos shipps más solicitados de ambas empresas. 




(AVISO: QUEDA ESTRICTAMENTE PROHIBIDO CUALQUIER TIPO DE COMENTARIO HOMOFÓBICO/RACISTA/DISCRIMINATORIO HACIA CUALQUIER PERSONAJE DE LA HISTORIA, PUESTO QUE SERÁN BLOQUEADOS DE INMEDIATO). 

SUNFLOWER SMILEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora