XV. Vínculo fraternal

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—¡Estuvieron increíbles, chicas! —alabó Joey cuando todos salieron de aquel lugar.

—Gracias, Joey —dijo Akemi sonriente.

—Todo fue gracias a tu valiente hermana, señor Wheeler —agregó Kytzia, sacándole los colores a Serenity.

—Oye, eso de "señor Wheeler" me hace sentir veinte años más viejo, llámame Joey —repuso el rubio.

—De acuerdo, Joey.

—En realidad, para ser el primer duelo de Serenity, ella lo hizo increíblemente bien —comentó Yūgi.

—Sí, se nota que es tu hermana, Joey —añadió Akemi, sonrojando al rubio esta vez.

—Y ustedes dos son una vergüenza —regañó Tea, mirando con severidad a Duke y Tristán—. ¿Ni siquiera podían ofrecerse a pelear en lugar de ellas?

—Oye, no fue culpa nuestra —excusó Tristán lagrimeando.

—Sí, ellas ni siquiera nos permitieron ayudar —apoyó Duke.

—¿Acaso tenemos cara de damiselas en apuros? —cuestionó Kytzia de forma retórica.

—No necesitamos que ningún hombre nos proteja. ¿Verdad, Serenity? —continuó Akemi mirando a la chica, que se limitó a afirmar.

—¡Así se habla, chicas! —exclamó Mai con firmeza.

Mientras caminaban, se toparon con Seto y Mokuba, quienes venían en la misma dirección que ellos.

—Akemi —murmuró el CEO al ver a su hermana, pero ella volteó la cabeza en otra dirección soltando un bufido despectivo.

—¡Aki! —chilló Mokuba, corriendo alegremente hacia ella.

—Hola, Moki —saludó Akemi, recibiéndolo con los brazos abiertos y una sonrisa cariñosa.

—Akemi, tenemos que hablar —anunció en un tono serio su hermano mayor.

—Moki, dile al señor Kaiba que no tengo nada que hablar con él —replicó la aludida con notorio enojo—. O quizá sí, para acordar los términos de mi renuncia.

—Te estás comportando como una niña mimada, Akemi —resopló Kaiba.

—¡Ya me escuchaste! ¡Renuncio!

—Akemi, ¿por qué estás tan enojada con Kaiba? —preguntó Yūgi con suavidad, acercándose a ella.

Antes de que ella pudiese ofrecer una explicación a su amigo, un motorista surgido de alguna parte pasó entre ellos y agarró a Mokuba. Akemi se arrojó sobre él, forcejeando para que soltara a su hermano. El desconocido arrancó su motocicleta, llevándoselos a ambos con él. Seto no dudó ni un instante en ir tras ellos. Todos los demás siguieron su ejemplo.

Mientras, Akemi y Mokuba fueron llevados a un lugar desconocido para ellos.

—¿Dónde estamos? —cuestionó el menor al despertar de un ligero desvanecimiento en los brazos de su hermana.

—Están conmigo —dijo una voz, y pronto la imagen del niño de cabellos turquesas se presentó ante ambos hermanos.

—Ya lo recuerdo, tú eres quien está detrás de todo esto —refunfuñó Akemi, apretando a Mokuba contra su pecho de manera protectora—. ¿Por qué nos hiciste traer aquí?

—Tranquila, Aki —replicó Noah con una sonrisa burlona—. Yo no soy el villano aquí.

—Entonces, ¿quién lo es?

—Seto Kaiba, por supuesto. Él te trata como basura, ¿no es cierto? —Algo dentro de la chica comenzó a quebrarse cuando recordó la manera en que su hermano había afirmado que ella no era nadie importante—. No es más que un ladrón y un impostor. Robó lo que me pertenece por derecho y pienso recuperarlo.

Memorias prohibidas [Yu-Gi-Oh! - Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora