Esa mañana, el helicóptero privado de la Corporación Kaiba llevó a Akemi a la sede de la empresa Ilusiones Industriales. Por obvias razones, Seto no deseaba tener que tratar personalmente con Pegasus, aunque debía hacerlo por cuestiones de negocios. Por tal motivo, decidió delegar esa tarea en su hermana menor, algo que no hacía feliz a la joven diseñadora. Sin embargo, Amunet había logrado convencerla de que aquello era una muestra de confianza de su hermano hacia ella, por lo que Akemi se enfrentó a su labor con mejor talante. Cargando un maletín repleto de papeles y contratos, la chica fue recibida por Pegasus con su habitual teatralidad.
—Querida Akemi, mira a tu alrededor y dime qué percibes —expuso el empresario de cabellos plateados, sosteniendo una copa con vino frente a él una vez que estuvieron en su despacho.
—Que eres un borrachín —contestó ella con claro fastidio, provocando que Pegasus casi se cayese de su asiento. La joven abrió el maletín, sacó los papeles y luego prendió su laptop—. No sé nada sobre contratos y términos, así que llamaré a mi hermano.
Tras decir esto, estableció una vídeollamada con Seto, que le aclaró muchos puntos de los papeles a firmar por ella en representación de la empresa.
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—Akemi, necesitas contratar a un asistente —comentó Seto una mañana, mientras ella le llevaba a su oficina los nuevos diseños que había elaborado—. Estás sobrecargada de trabajo y eso dificulta que los diseños lleguen a mis manos con mayor rapidez.
Akemi esbozó la sonrisa propia de quien está tramando una travesura casi diabólica.
—Y... ¿Mi asistente puede ser cualquier persona?
—Sí, siempre y cuando sea de tu entera confianza.
—¿No exiges ningún requisito especial?
—Solo que no vaya a robarnos.
La diseñadora se frotó las manos.
—Pues ya tengo a la persona perfecta para cubrir el puesto.
•
Al día siguiente, menuda sorpresa se llevó Seto cuando vio en su empresa a una de las personas más indeseables para él. Lo peor es que estaba sentado tras la mesa de secretaría que daba a la puerta del departamento de diseño. El CEO casi echó abajo la puerta al irrumpir en la oficina de Akemi.
—Akemi, ¿se puede saber qué hace el perro sarnoso de Joey Wheeler en el puesto de asistente? —exigió saber.
—Buenos días para ti también, querido hermano —ironizó Akemi con una sonrisa maliciosa.
—Déjate de tonterías y responde lo que te pregunté.
—Bueno, dijiste que no se necesitaba a alguien especial para el puesto de asistente, así que contraté a Joey para que lleve mi agenda de las tardes.
—¡Para ser tu asistente, necesitas a alguien menos inepto!
Justo en el momento en que Akemi le replicó, Joey estaba entrando a la oficina con unos papeles en las manos.
—Dijiste que necesitaba a alguien de confianza, y no conozco a una persona más confiable y honesta que Joey.
Un rubor acudió al rostro del rubio al oír esto, pero no se atrevió a interrumpir la conversación. Seto manifestaba enojo en cada uno de sus gestos.
—Lo haces por molestarme, ¿verdad?
—¡Claro que no! Lo hago para ayudar a un amigo.
—Akemi... —llamó su atención Joey, haciendo notar su presencia—, digo, jefa. Aquí están los modelos preliminares para la siguiente tanda de diseños.
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Memorias prohibidas [Yu-Gi-Oh! - Fanfic]
FanficDos mujeres de distintas épocas quieren reencontrar a los seres queridos de los que fueron separadas en diferentes circunstancias. Un joven debe rescatar el alma de su abuelo al tiempo que salvaguarda al mundo de los Juegos Oscuros, con la ayuda de...