Acostados ya cada uno en su respectivo colchón, ninguno hizo mención a lo que casi había ocurrido en la terraza. Sin embargo, la tensión y esa conversación pendiente flotaba entre ellos como una nube de humo que pululaba en mitad del silencio. Sin embargo, ninguno se consideró tan valiente como para sacar el tema, así que tras darse un escueto "buenas noches" cada uno se giró hacia un lado y trataron de buscar un poco de la esencia de Morfeo.
James lo consiguió al poco, pero Nathan fue incapaz de cerrar los ojos. A su mente solo venía una y otra vez la imagen de su mejor amigo, excitado, con sus ojos claros pendientes de cada movimiento que él hacía.
Suspiró y apretó las piernas con fuerza para paliar un poco la dolorosa erección que mantenía desde hacía un rato y que, aparentemente, no tenía intención de bajar. Se preguntó entonces, con cierta sorna, qué pensaría Michael si supiera que había estado jugando con fuego... y las ganas que tenía de quemarse. Él, cuya idea acerca del sexo era tan extraña y desconcertante... él, que siempre había renegado de los placeres más puramente físicos.
De hecho, pensó, ni siquiera recordaba el tiempo que llevaba sin masturbarse. Y, sin embargo, ahora le cosquilleaban las manos y el vientre de la absurda necesidad que tenía de aliviarse, de arrancar un poco de ese placer que siempre se había negado y que ahora parecía pulsar en su interior, lentamente.
Finalmente la frustración pudo con él y abandonó la habitación. Al principio sus pasos, inconscientes y guiados por esa necesidad sexual, le guiaron al baño, pero se detuvo a medio camino y decidió salir a la terraza. Allí el aire húmedo y pesado del mar hizo de bálsamo para su inquietud, aunque no la hizo desaparecer del todo. Solo cuando las horas pasaron y su mente cambió de derroteros, su nerviosismo cambió de estadio y le llevó a otros pensamientos más sombríos y preocupantes: la falta de noticias acerca de los casos de Grafham le torturaban en su fuero interno y eso, sumado al silencio del gobierno inglés, consumía su paciencia y aceleraba el mono de heroína que arrastraba desde que saliera de Londres.
Sabía que podía conseguir una dosis allí. Sabía que solo tenía que coger el teléfono y tirar de algunos cables pero, por alguna razón, se resistía a abandonar el cálido refugio que le suponía aquella casa. Por eso se limitó a hacerse un porro con lo que James tenía allí, y mientras masticaba sus preocupaciones sentado en una de las incómodas sillas de hierro forjado, dejó que el tiempo pasara hasta la hora del desayuno.
El resto del día fue extraño, pues ambos eran conscientes de que aquella calma que reinaba en la casa era una quimera, un engañabobos que pretendía darles la tranquilidad que necesitaban para acometer los siguientes días, pues todos eran conscientes de que iban a ser complicados para James. Quizá por eso Margaret hizo un desayuno copioso. Quizá por eso Noelía se esforzó tantísimo con la paella que comieron a medio día. Quizá por eso Rosana, en su inteligencia infantil, no dejó a su tío ni a sol ni sombra. Y cuando la tarde alargó sus doradas sombras y el sol brilló tras las nubes rosáceas, todos se despidieron con la promesa de que no sería un "adiós" si no un "hasta pronto", aunque hubiera un año de silencio de por medio.
Un año que pretendía ser un remedio para la tristeza y la desesperación de James, pues esta parecía crecer día a día, de manera irremediable, aunque se esforzara por esconder los temblores que le recorrían y el mal humor del que hizo gala desde que abandonó el edificio.
—¿Me vas a contar por qué últimamente no pareces en absoluto preocupado por lo que pasa en Londres? —preguntó James, con cierta aspereza, cuando se acomodaron en el taxi que les llevaría de nuevo al aeropuerto.
—¿A qué viene eso ahora, James? ¿Desde cuándo te preocupa lo que haga o deje de hacer?
—Porque no soy imbécil y me doy cuenta de las cosas, aunque no te lo creas. ¿De verdad creías que no me iba a fijar en que no te ha sonado el móvil en estos días? ¿Cuando lo normal es que no dejen de llamarte? ¿Qué pasa, Nath? ¿Qué me escondes? Es algo de la investigación, ¿verdad? ¿Qué coño ha pasado?
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Y vosotros... ¿cómo os conocisteis?
Misteri / ThrillerEl asesinato cometido por Adam Brown supuso que la vida de James cambiara por completo. Lo que antes había sido una vida fácil y feliz se convirtió en una pesadilla que jamás ha conseguido dejar atrás: ni la bebida ni las drogas han conseguido que...