Capítulo 33

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      Faltaba una semana exacta para que el vuelo privado de los gemelos partiera de Japón y Hitoshi estaba que explotaba de sentimientos.

Se lo había tomado bastante bien hasta ese momento, parecía caer más en la cuenta cada día que pasaba, faltaba nada para decirle adiós a su novia por un par de meses. Aquél tiempo sería insoportable, no poder abrazarla, besarla o incluso verla, no sentir sus manos en su propio cabello, disfrutar de su perfume... parecería una tortura china.

Trataba de no estar pensando en aquello, pero se le hacía imposible. Sólo quería verla y estar con ella, al demonio la escuela, la tarea o sus clases físicas con Aizawa, todo eso le valía poco y nada ahora. Quería despertar todas las mañanas con aquellos ojitos púrpuras a su lado, aquella estufa humana que lo ayudaba a mantener el calor hasta la noche más fría, quería ser regañado aquellos días que estaba pesimista. La quería a ella, definitivamente.

Hasta en aquél preciso momento, la tenía sobre él, besándolo con cariño y él sólo podía pensar en cuándo no pudieran hacerlo más.

- Tierra llamado a Shinsou...- aquella pequeña mano se agitó sobre su vista. ¿Siempre había sido tan pequeña y delicada? Era tan blanca y suave... con razón le gustaban sus caricias.
- Te he perdido, ¿No es así?- esbozó una sonrisa divertida, estaba acostumbrada a tener que sacar en algunas oportunidades a su novio de su propio mundo.

- Lo siento... estoy mal.- un nudo en la garganta se le formó y el estómago se le cerró, su cuerpo se tensó, provocándole lo mismo al que tenía encima suyo.

- ¿Qué? ¿Qué te sucede?- aquella sonrisa se había borrado, eso puso más triste al chico.

- Sólo... pasa que...- no podía siquiera hablar correctamente. - No quiero que te vayas, no quiero no verte todos los días. Y es tan egoísta de mi parte pero no puedo evitarlo.- sintió unas lágrimas amenazar con desbordar de sus ojos. - Sé que está mal, que debo ser menos dependiente, pero estos últimos meses fueron de los únicos en al menos diez años que fui realmente feliz, tú eres mi felicidad.- sintió las lágrimas calientes por fin rodar por su rostro y un peso más considerable sobre su pecho.

- Si tú lloras, yo lloro, tonto.- apretaba entre sus puños la camiseta del pelivioleta, sin importarle en lo más mínimo arrugarla, ella tenía un corazón sensible, quizás no llorara tanto, pero todo lo que le pasaba lo sentía a flor de piel. Tampoco le gustaba ver a sus seres queridos llorar, pero ver a su novio llorar le partía el corazón.

Le apretaba con fuerza la cintura, nuevamente con el miedo de que lo dejara en ese mismo instante. Jadeos ahogados salían de sus labios, no estaba acostumbrado a llorar, era algo que toda la vida lo había visto como debilidad, pero con ayuda comprendió que podía ayudarlo y que no era débil por hacerlo.

"Afrontar tus emociones es muy varonil", había dicho una vez Kirishima en su presencia.

- Yo tampoco quiero dejarte, cada día estoy segura que será diferente sin ti, sin que me abraces o me pellizques las mejillas. Pero aprenderemos a vivir así.- levantó la vista, ambos eran tan vulnerables si se trataba del otro... - Y pasarán las semanas y los meses y aquél dolor infernal ya no se sentirá tanto. Hablaremos por videochat, nos enviaremos audios cuando el otro esté durmiendo por la diferencia de horario... tú me hablarás de tus pasantías y yo de mi vida original.- suspiró un momento, limpió sus lágrimas y volvió a hablar. - Siento que esta es mi vida, siento que aquí he vivido siempre, Francia, mis amigos, mis padres, los lujos, todo me parece tan lejano...-

Volvió a desplomarse sobre el pecho de su pareja, soltando un par de lágrimas más, el silencio era su acompañante y no les molestaba. Hitoshi estaba temblando, nunca en su vida se había sentido así, tan expuesto.

Your light (Shinsou y tu) [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora