La luz del sol que atravesaba por la ventana más grande del salón era suave. Se percibía tan afable que sentí la necesidad de envolverme en sus cálidos brazos, quizás eso le daría algo de calor a mi cuerpo.
Hice el cuaderno y bolígrafo a un lado y me abracé a las rodillas, con la cabeza apoyada contra el cristal de la ventana. Quería perderme en en el paisaje, aunque ya no había mucho que ver. La nevada de ese año había sido muy breve, un efímero regalo del invierno antes de mi partida.
Cerré los ojos, obligándome a buscar en lo más profundo de mis recuerdos.
La memoria me transportó al pasado de nuevo. Mi mente me llevaba a esa época muchas más veces de las que deseaba.
Era una mañana como cualquier otra en la escuela, aburrida. Esa ocasión tenía una actuaba fría y distante. No podía dejar de pensar, de imaginarme como el fantasma de Elídan seguía vagando por los pasillos del colegio. Una sensación escalofriante.
Hacia unos años desde que Pamela y yo estudiabamos en escuelas diferentes. Tal vez ella y yo fuimos cercanas solo porque asistímos a la misma secundaria o porque Elídan nos unía y, ahora que ya no estábamos atadas por esa razón, no podía dejar de pensar en que terminaríamos por alejarnos la una de la otra. Era inevitable sentirme sola, aunque no lo estaba. Carter y mi hermana cursaban ya en primer año y en vez de ayudarles a adaptarse yo me concentraba en ignorarlos.
—Lis —habló Carter, abrazándome por la espalda.
—¡¿Qué te ocurre?! —rezongué, molesta, me solté y me giré hacia él.
—Tengo miedo —en su voz temblorosa se notaba que lo decía enserio.
—Un ratón de nuevo —supuse.
Por lo que sabía Carter les tenía fobia.
—No. ¿Crees que un ratón me pondría así? —rebatió. Sus manos temblaban un poco.
—Entonces, ¿qué es?
—Es que... —Estaba ansioso—. Veras... yo.
—¿Qué es? —apremié.
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La flor que huía de la lluvia©
Fiksi RemajaLisseth sabe que las emociones son complicadas y las suyas no son la excepción. Pero jamás imaginó que acabaría en el consultorio de un neuropsiquiatra o, peor aún, atrapada en la mansión de Julián Abeln ni que ahí dentro conocería a esa persona... ...