TOXIC || derek shepherd

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¿Podemos decir ya que soy una completa imbecil?

Ya es oficial, no tengo amor por mi misma.

Como era de esperar estoy delante del edicicio de la quinta con la sexta llamando al timbre del ático, el edifico es altisimo, solo hay un ático, supongo que ocupará toda la planta, y espero que tenga ascensor, como tenga que subir cuarenta pisos me muero, no hago ejercicio, nada, subo por el ascensor en el Four Seasons, y en el hospital más de lo mismo. Ni siquiera contesta, solo abre.

No habrá tenido los cojones de decirme que viniera a la casa que comparte con Addison ¿no?

Busco en los buzones el nombre de Addison y Derek. Encuentro a un tal Christopher Maloney, ruedo los ojos. Veo el ascensor y me encamino hacia él, subo hasta el último piso.

— ¿Christopher Maloney?— Pregunto cuando salgo del ascensor y lo veo apoyado en el marco de la puerta. La caja metálica da a un mini recibidor y a unos metros está la puerta del ático.

— ¿Has mirado los buzones para saber si te había citado en la casa que comparto con Addison?— Me encojo de hombros llegando hasta él.— No soy tan rastrero, Kend.— Entro y cierra la puerta.— Nunca te llevaría a esa casa.

— ¿A no? Y cuando pasamos un fin de semana en vuestra casa porque Addi se había ido a un congreso de Obstetricia o cuando se fue de despedida de soltera una semana en vacaciones y misteriosamente tu y yo desparecimos del mapa y aparecimos en vuestra cama.— Le digo dejando el bolso en el sofá.— No eres un santo, Derek.

— No, nunca lo he sido.— Se acerca a mi.— Pero eso a ti te gusta.— Lleva su mano a mi nuca y acerca mi cara a la suya dejándola milímetros.— Te gusta que sea posesivo, descarado y sexual, te gusta que vaya detrás de ti, te gusta sentirte deseada, y soy el único con el que te sientes así, eres adicta a mi, como yo lo soy a ti.— Roza sus labios con los míos.— Te encanta que te diga esas dos palabras, te encanta saber que me tienes a tus pies, y te encanta poder destruirme con dos palabras o follarme hasta que no te quede energía.— Me mira a los ojos y sonrie arrogante.

— Dilo...— Le pido en un murmuro.

— Te quiero...— Mi mano va a su nuca y estampo sus labios contra los míos. El beso es feroz y salvaje, nuestras bocas no dejan de moverse e intentar satisfacer sus deseos.

Me quito la chaqueta y la lanzo a algún lugar del salón, se quita los zapatos y me da un empujón en los músculos para que enrede mis piernas en su cintura, y es lo que pasa, sus manos poseen mi trasero haciéndome gemir con su tacto.

— Cama...— Solo me hace falta decir esa palabra para que me lleve a donde quiera que esté la habitación.

Me deja en la cama y me quita las botas y los pantalones rápidamente, tiene una técnica increíble. Sonriendo con malicia se empieza desabrochar la camisa con tranquilidad, suelto un quejido reclamandole atención, pero él se dedica a observarme. Si no me lo da él, me lo doy yo.

Bajo mi mano hasta mi entrepierna y la froto contra mis bragas haciendo que de mi boca salgan jadeos, el muy idiota se sigue quitando los pantalones lentamente, así que decido tentarle y meter mi mano en mi ropa interior y hundir mis dedos en mi intimidad, la cual palpita en busca de atención. Mi otra mano va a mi pecho izquierdo y masajeandolo. Derek me obseva, esto le encanta, le encata verme mientras me masturbo, es uno de sus fetiches.

— Sabes que yo lo hago mejor.— Murmura y aparta mi mano para quitarme las bragas y esconder su cara en lo cubría la tela.

— ¡Dios!— Gimo llevando las manos a su pelo para intentar que su lengua roce más a fondo. Es el Dios del sexo oral, los movimientos de su lengua son magistrales, los combina con la penetración continua de sus dedos haciendo que arqueé mi espalda. Succiona mi clitoris haciendome ver las estrellas.

Dios del sexo oral.

— ¿Esto te hace sentir Karev?— Pregunta alejándose de mi feminidad, pero no le contesto estoy demasiado centrada en mi orgasmo.— ¡Respondeme, Kendall...!— Demanda cogiéndome del cuello y acercándome hasta él. Niego con la respiración acelerada.— Quiero oírlo.

¿Como coño voy ha hablar si ahora mismo no sé si estoy respirando?

— No...— Sonrie y me besa, introduce su lengua a la vez que su pene haciéndome gemir.— Derek...— Gruño, llevo mis manos a su espalda para sujetarme, pero por el placer acabo arañando está.

— Ah...— Gruñe. 

No sabes que lo echas de menos hasta que lo dejas por un tiempo y lo vuelves a tener, él es pura adicción, mi adicción.

Le necesito, aunque sea lo más tóxico que he probado en mi vida.

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Que quede calro que es practiacemente lo primero que escribo de este tipo, y estaba en clase, así que voy ha intentar mejoralo a medida que
pasen los capítulos.

¿Pero que os parece?

Por cierto gracias por 1k 🙃😍