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Nueva York. 10.38 p.m. Hogar de los Shepherd-Montgomery.

Derek se mira en el espejo retrovisor, tiene el pelo hecho un desastre, Kendall tiene una extra adicción a cogerlo y a tirar de él, pero le encanta que lo haga así que no se queja, aunque después intente arreglarlo y no pueda. Se percata de la marca en su cuello y sonríe, marcando territorio, como le gusta decir a su amante. Se sube el cuello de la chaqueta levemente y se baja de su amado coche, abre la puerta de su casa, y ve que en el sofá hay una chaqueta, pero no es suya, arriba se escuchan ruidos, deja el maletín y sube intranquilo. Abre la puerta y sonrie un poco al ver lo que está viendo. Su mejor amigo salta de la cama y coge una almohada para cubrirse. El neurocirujano mira a su esposa en silencio y serio.

— No es lo que parece.— Derek suelta una risa irónica.

— ¿No...? Creía que te estaba metiendo la polla en el coño.— Addison abre los ojos, jamás lo había escuchado hablar así.— ¿Entonces qué estabais haciendo? ¿Jugando al parchís?

Estábamos...— Mira a Mark, este no deja de mirar a su amigo serio y enfadado.

— Mi esposa es un prostituta y mi mejor amigo un gilipollas.— A Addi se le llenan los ojos de lágrimas. Derek se da media vuelta y baja las escaleras con ira, pero a la vez con tranquilidad.

— No eres un santo Derek.— Se para en la puerta para ver a su amigo que lleva su ropa interior. Mark se acerca a él.— Llevas siete años tirándote a mi hermana.

— ¿Pero quién sabe eso?— Le pregunta en el mismo tono bajo.— Tu, Kend y yo.— Sonríe con malicia.— ¿Crees que te creerá? ¿Crees que tu hermana te perdonará que la difames así?

— Eres un maldito hijo de puta.— Derek le sonríe.

— Y eso es lo que hace gemir a tu hermana.— Mark intenta matar con la mirada a su ex-mejor amigo.— Buenas noches. Sigue tirándote a mi mujer, porque yo es lo que voy ha hacer con tu hermana.— Le sonríe y sale antes de que Sloan le tiempo a golpearle la cara.

Derek no tarda en subirse al coche y conducir hasta la casa de su chica. Le cabrea que Mark y Addison se hayan acostado, pero a la vez le pone feliz, podrá divorciarse de ella y quedarse con lo que quiera. La pelirroja no creería a su amante, pensaría que es una forma de difamar a su amado esposo.

Sube por el ascensor y abre con la llave que le dio la morena cuando llevaban dos años manteniendo esta extraña relación.

— ¿Mark?— Pregunta desde la cocina, él va hacia allí y sonríe viéndola cocinar.— ¿Que haces aquí?

— Disfrutar de las vistas.— Le dice y sonríe admirando a la preciosa veinteañera que lleva un pequeño pantalón corto y una de las camisetas que lleva dejando aquí por años.

— Ya está listo ¿quieres?— Derek asiente. La comida que hace está deliciosa, tiene un don. Preparan la mesa y se sientan, como habían hecho tantas noches.— ¿Ha pasado algo?

TOXIC || derek shepherd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora