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¿Meta para hoy? Día tranquilo. Lo cual no se va a cumplir, no se por que tengo esas expectativas. Veo como Alex le enseña a una interna la bala que tiene en el pecho, me acerco a ellos, cuando la chica me ve se marcha, parece que infundió miedo a los internos.

— Deberias quitarte eso.— Le digo.

— A las chicas les vuleve locas.— Se baja la camiseta del pijama quirúrgico.

— Eso es un recuerdo de la tragedia que vivió este hospital, hasta que no te la saques nadie va a pasar página.

— Es un recuerdo de que sobreviví a un disparo.— Niego desistiendo y sigo mi camino hacia el ascensor.— ¡Espera, Kendall!— Dice llegando a mi lado, llamo al ascensor.— He oído que mañana vas a drenar un absceso enorme a un veinteañero y no tienes residente ¿me la podrías dar?

— Con esa bala no entras a mi quirófano, y como no te la quieres quitar, creo que mejor se lo doy a Lexie.— Le sonrio.

Entro a la caja metálica, le doy al botón y empieza a subir hasta la planta que le he marcado, las puertas se vuelven abrir, pero ahora mismo necesito que se vuelvan a cerrar, Derek viene hacia mi enfadado, quiero mi día tranquilo. Las puertas empiezan a cerrar pero su mano hace que hagan lo contrario.

— Buenos días, pequeña.— Entra y le da a la planta que quiere ir.— ¿Que tal anoche?

— Muy bien.— Huele mal, muy mal.— ¿Que tal tu noche?

— Estuve ocupado acumulando antecedentes penales.— Me dice.— ¿Sabes que significa?

— Que eres un loco al volante y un imbécil.— Digo sonriéndole.— Apestas a...

— Ya se a que apesto.— Dice irritado.

— Duchate.— Digo poniendo una mueca. Suspira irritado.

Y ¡Boom! Pulsa el botón para que pare el ascensor y de un momento a otro estoy contra la pared del ascensor retenida por sus brazos, ahora que me fijo tiene el pelo hecho una mierda y la ropa arrugada.

— Lo habría hecho si me hubieras sacado de la cárcel anoche.— Dice muy cerca de mi.

— Eres un cuarentón, no puedes depender de mi.

— Dependo de ti en muchas cosas, pequeña, y lo sabes, te encanta jugar con eso.— Mira mis labios y luego a mis ojos.— Pero no soy el único que depende de alguien aquí ¿no?— Trago saliva.— Viniste aquí porque me dispararon y fue la ocasión perfecta para volverme a ver y volver a besarme, pero Mark te dijo que estaba con Meredith, eso no te detuvo, porque de los ciento ochenta y siete tíos que te tiraste durante los cuatro años que estuviste fuera, ninguno te hizo sentir como yo. Viniste y te sorprendiste al saber que tenía pensado pedirle matrimonio.— Sonrie.— Pero en cambio cuando te dije que tenía dudas te alegraste, porque en tu interior sabías que tu eras la duda. Vives con tu hermano porque el apartamento donde vivías era mío, trabajas aquí porque yo estuve ingresado, me deseas porque yo quiero que me desees, me besas porque te provoco, si me muero tu te mueres, si caigo tu caes conmigo, si voy al infierno, tu entras conmigo de la mano. Dependes de mi, como yo dependo de ti y por eso tengo dudas de casarme con Meredith. Me tientas con tu mera presencia, no quieres besarme y eso hace que te dese más, no quieres hacer nada con tu lengua que no sea hablar, pero yo la quiero en otro sitio,— es caliente hasta hecho un asco— quieres estar conmigo pero no quieres ser la otra, me pides mucho, pequeña, pero tu lo sabes, es una prueba, quieres saber si estoy dispuesto a comprometerme contigo sin caer en tentaciones como me pasó con Addison. Pero amor, no puedo caer en la tentación si estoy con ella.— ¿Puede alguien echarme un cubo de agua fría? A ser posible con hielo.

¿Por qué Dios me ha bajado al infierno?

Hace mucha calor.

Se inclina y mi calores vuelven a sus sitio, giro la cabeza y besa mi mejilla. Pongo la mano en su pecho y lo alejo.

— Deja a Meredith y mi lengua hará lo que le pidas.— Le tiento mirándolo a los ojos. Le doy al botón y el ascensor vuelve a funcionar. Escucho su risa.

— En el ático a las nueve.— Niego, noto que se acerca a mi oreja.— Ven y discutiremos los pros y los contras de dejar a Meredith... oh... y lo que quiero que haga tu lengua.— Deja un pequeño beso debajo de esta haciendo que mis nervios florezcan, intento que no se note mi nerviosismo, pero su cercanía me descoloca.

Abrios malditas puertas.

TOXIC || derek shepherd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora