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Vi como Paul se alejaba, después mire a mis compañeras y me encogí de hombros, camine hacía las escaleras y subí hasta la gerencia, la puerta estaba abierta aún así, di un pequeño toque y el señor Robinsón me indico que pasara con un dedo, él estaba en una llamada. Me senté en silencio a esperar que terminara. Minutos después colgó la llamada y guardó su teléfono en la bolsa de su pantalón y me miró con una gran sonrisa y esos intensos ojos verdes.

—Hola Jane.

—señor Robinson…

—Jane— suspiró –te dije que me hablas de tu… puedes decirme Chase.

—no se, es mi jefe y…

—por eso mismo deberías hacerlo, puedo despedirte en cualquier momento— una mirada juguetona atravesó su rostro.

—¿Que?— susurre.

—si claro, si no me llamas Chase te despediré.

—yo… 

—quiero escucharte… empecemos de nuevo— se aclaró la garganta —Hola Jane...— mí miró esperando mi respuesta.

—Hola...— dudé unos segundos —Chase…

—¿Ves? No es tan difícil— sonrío.

—¿Quieres…?— baje la mirada avergonzada.

—mírame Jane, nunca bajes tu mirada— hice lo que me pidió —continua…

—¿Quieres… dar una vuelta por la tienda?

—si, me encantaría.

Baje de nuevo la cabeza, su intensa mirada verde me intimidaba. Se levantó de la silla y me ofreció su mano, la tome dudosa y ahí estaba, esa sensación extraña que me recorría el cuerpo. Ambos salimos de la oficina y lo empecé a guiar por toda la tienda mostrándole cada área de ella. Chase me ponía mucha atención a lo que le decía, no me quitaba la mirada de encima y cada que tenía oportunidad me tocaba la espalda o el brazo, haciendo vibrar mi cuerpo. Terminamos de recorrer los dos pisos de la tienda y después bajamos a la bodega que estaba en el sótano de la tienda.

—¿Quien hace los inventarios de la bodega?— me pregunto Chase mientras caminábamos entre cajas y ropa.

—Sam es la encargada, ella lleva más tiempo aquí… pero me enseñó y yo le ayudo.

—¿Paul sabe esto?

—hee...— baje la mirada —yo…

—esta bien— colocó dos dedos en mi barbilla y levantó mi cabeza para que lo viera —no lo meterás en problemas.

—lo que pasa es que… Samanta se quedaba hasta altas horas de la noche y cuando me di cuenta me ofrecí a ayudarla… no me parecía justo que ella hiciera todo sola…

—y tienes razón… es injusto.

—por favor no regañes a Paul… no creo que haya sido su intención dejarla sola.

—no te preocupes, no le llamaré la atención.

—gracias, eres muy amable...

—mi padre es un hombre muy justo, siempre nos recalca que hay ser justo con los empleados— Chase miraba algunas prendas que estaban colgadas —mi hermano mayor se fue a Los Ángeles, él se hará cargo de las tiendas de ahí… y yo… miro alrededor… las de California.

—debe ser difícil para ti…— me arrepentí rápidamente de mis palabras.

—¿Por qué piensas eso?

—yo...— me moví nerviosa.

—Dime por favor, me gusta que digas lo que piensas.

—Has estado viajando por el mundo y ahora tienes que hacerte cargo de las tiendas… es un cambio drástico.

—si— sonrío —pero los tres sabíamos que algún día nos tocaría hacernos cargo, papá siempre nos lo dijo… así que el cambio no fue tan drástico.

—entonces… viajaste y te divertiste antes de tomar el control de las boutiques.

—si…

Chase se acercó a mí, me colocó su mano sobre mi hombro y sonrió.

—¿Tienes hambre?— me miró a los ojos, su otra mano movió un mechón de cabello y lo colocó detrás de mí oreja.

—hee…— me aleje de él y su mano cayó a un costado de su cuerpo.

—¿Te puedo invitar a comer?

—no… lo siento… tengo novio y no sería correcto.

—lo siento… yo no quería— parecía desilusionado.

—es mejor que subamos…

Chases asistió con la cabeza, parecía avergonzado. Subimos a la tienda, Samanta y Bety nos miraron intrigados, acompañé a Chase a la gerencia, entramos y él volvió a sentarse en el escritorio de Paul.

—¿Puedo ayudarte en algo más?

—si… ¿Me puedes traer los catálogos?

—si claro, en un momento regreso.

—y Jane...— su rostro estaba inexpresivo —siento mucho haberte incomodado.

—no te preocupes— le sonreí —enseguida vuelvo.

UNA SEMANA DESPUÉS

Chases todos los días viene a la tienda y siempre que necesita consultar algo lo hace conmigo, tiene dudas acude a mi. Se supone que Paul es el gerente, pero a él lo ocupa para papeleo. No es que me moleste, solo me sorprende, Chase me cae muy bien, es muy simpático y siempre pide mi opinión o escucha lo que tengo que decir, es algo lindo, jamas alguien me había hecho sentir tan… útil.

—es muy temprano gatita… duérmete— Logan me abrazo por atras y me pego a él, ambos estábamos recostado en la cama.

—Logan, recuerda que ya cambie de turno, entró a las 7— intente safarme.

—no…

—Logan…

—Jane— me tomó de los brazos y me dio la vuelta para quedar frente a él.

—me estas lastimando…

—eres tan débil y estúpida— me soltó —ya lárgate… te quiero aquí a las 4:30 ¿Entendiste?

—si…

Como el dia y la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora