23

616 39 2
                                    

DÍA DOS EN FRANCIA

Chase y yo salimos temprano a desayunar, me llevó al club "La bonne Vie" mi jefe me dijo que me pusiera un traje de baño y arriba un vestido. Cuándo llegamos al club me sentí un poco incómoda, la gente que se encontraba ahí era muy fina y de buena posición. Caminamos directo al restaurante y mi jefe pidió una mesa, sentía que todo el mundo me miraba. El vestido que llevaba era de tirantes y se me veía un poco la espalda, la cual aún tenía algunos moretones. Baje la mirada avergonzada, Chase me miró y me hizo levantar la cabeza. Nos guiaron a la mesa y nos acomodamos, Chase pidió por los dos (ya que todo el menú estaba en francés) poco minutos después nos trajeron el desayuno y empezamos a comer.

–¡Dios! ¡Esto está delicioso!— dije tapandome la boca después de meterme un bocado..

—me alegra que te guste…— sonrío —te ves tan linda cuando comes.

—si, claro...

—¿Algún dia aprenderás a aceptar un cumplido?— me miro serio —yo no le miento a la gente que me importa, de hecho trato de no mentirle a nadie...

—¿Mentiste en la boutique?

—eso es diferente, no estaba lastimando a nadie, ademas ella se lo merecía... No me gusta que las personas se sientas superiores, ella te hizo menos.

—gracias... A veces es dificil no sentirse menos.

—era una mujer asombrosa, el estúpido de tu novio solo bajó tu autoestima... Pero créeme, cualquier hombre se sentiría afortunado de tenerte a mi lado... Como yo.

Chase y yo estábamos sentados frente a frente. Platicamos mientras comíamos, de pronto sentí una mirada, mire detrás de Chase y vi a un hombre muy rubio, cabello rizado y ojos azules como el cielo, cuando me vio que lo observe me sonrió y me guiño el ojo, yo baje la cabeza avergonzada y seguí comiendo. Me sentía un poco incomoda bajo la mirada de aquel hombre, volví a voltear hacia el y levanto su copa haciendo un brindis hacia mi, me sonrio ampliamente y no pude evitar sonreír, parecía un chico agradable.

Cuando terminamos de comer, Chase me guío hasta las albercas y nos sentamos en unas sillas de playa. Chase me platicaba cosas de él, lo que le gustaba hacer en su tiempo libre y cosas así, de pronto el celular de Chase sonó, se disculpó conmigo y se puso de pie para responder la llamada. Me quedé sentada viendo a dos niños que jugaban en el agua mientras sus padres tomaban vino fino. Estaba muy concentrada viendo a la familia que no note al chico frente a mí, era el mismo que había visto en el restaurante. 

—Hola— dijo sonriente tomándome por sorpresa, se sentó frente a mí y me extendió la mano. —Soy Matt

—Jane— tome su mano y él la apretó ligeramente.

—¿No eres de aquí verdad?— sus ojos no dejaban de ver los mios, me inspiraba mucha confianza y no entendía porque.

—hee… no…— nunca he sido buena hablando con personas que no conozco, no importa si sean hombres o mujeres, mis nervios nunca me dejan en paz.

—yo tampoco, estoy de vacaciones ¿Te gustaría tomar algo conmigo?— su sonrisa era muy amplia, era muy guapo, pero no me veía como lo hacía Chase.

—lo siento… Estoy aquí con mi prometido— use la técnica que uso Chase con la chica de la boutique. Matt me caía bien, pero no queria que pensara otra cosa.

—¡Oh lo siento!— se veía avergonzado —pensé que el sujeto que te acompañaba era tu hermano o algo así… en el restaurante no lo vi muy apegado a ti

—tenia tanta hambre que olvide hacerle caricias a mi novio— sonreí amable —nos casaremos en dos semanas, solo vinimos aquí para relajarnos de todo la organización de la boda.

—eres muy simpática, me haces reir.

—¿Y eso es bueno?— jamas me habían dicho que fuera simpática.

—si— sonrío —es importante hacer reir a tu pareja...— se puso serio —tu novio es un hombre afortunado, eres muy hermosa.

—hee... Gracias...

En eso Chase regresó y me vio platicando con Matt, pude ver una mirada de molestia, se acercó a mí y se sentó a mi lado.

—ya volviste amor— entrelase el brazo de Chase con el mio —mira el es Matt, le estaba platicando que nos vamos a casar en dos semanas— Chase sonrió entendiendo el juego.

—un gusto Matt, Chase Robinsón— ambos se estrecharon las manos.

—se ven bien juntos, hacen linda pareja— dijo Matt aun avergonzado.

—gracias…— le dije y besé a Chase en la mejilla.

—bueno… hee… me voy, espero verlos de nuevo por aquí— se levantó —un placer conocerlos.

Matt se fue y yo le dije adiós con la mano, Chase me miró orgulloso y me dio un beso rápido.

—no puedo dejarte sola porque todos los hombres vienen a conquistarte.

—que tonto eres, solo fue uno… muy guapo por cierto— le dije juguetona.

—¿Quieres que me ponga celoso?— fingió enojo.

—un poco— sonreí, de pronto recordé la llamada —¿Quien te llamo?

—hee… nada importante…

—Chase...— lo mire molesta —¿Que pasa?

—era mi padre, no le gusto mucho que me fuera de la boutique cuando recién me acabo de hacer cargo.

—¡Oh dios! Chase… deberíamos regresar— dije triste —no quiero causarte problemas con tu familia.

—no te preocupes… todo estará bien, Lucia me ayudara, hable con ella y le pedí de favor que se encargará de la tienda.

—¿Y ella aceptó? 

—si… aunque no lo creas mis hermanos y yo somos muy unidos… papá se molestó, pero cuando le explique todo en persona me entenderá.

Baje la mirada triste, lo único que quería era no causarle problemas a Chase, me sentiría fatal si por mí culpa llegara a tener un problema mayor. Mi jefe vio mi expresión y me tomó de la cintura colocándome encima de él. 

—por favor… olvidemos esta llamada, no te sientas mal… vamos a divertimos.

—ok…— no quería amargarle el viaje a Chase asi que le hice caso a sus palabras.

—¿Estás lista para tus clases de natación?— me beso la mejilla y acarició mi cabello.

—¡Sí señor!— levante la mano colocándomela en la frente (como saludo de soldado)

Chase empezó a carcajearse, hizo que me quitara el vestido, primero me daba pena, pero después Chase hizo que tuviera confianza. Él también se quitó la ropa, debajo de su short traía su traje de baño. Nos metimos a la alberca, Chase me sostenía de la cintura, empezó a darme instrucciones las cuales seguía al pie de la letra. Casi toda la mañana estuvimos en la piscina, logre aprender mucho, lo más importante (según Chase) era mantenerme a flote. Salimos de la piscina y fuimos por unas toallas, las que habíamos separado en nuestras sillas se las habían llevado. Chase maldijo mientras yo reía, mi jefe fue a pedir otras, mientras yo me senté a esperarlo. Una mujer mayor se acercó a mí, me miró afligida y se sentó a mi lado.

—¿Esta bien niña?— me lanzó una mirada de lastima.

—si…— dije sin entender.

—no tengas miedo, ese chico te lastima, vi tu espalda…

—¡¿Que?! ¡No! Chase no me lastimaría jamás…— empecé a ponerme nerviosa.

Como el dia y la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora