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Llevábamos más de 5 horas de vuelo y Chase aun no me decía a donde íbamos, estaba un poco cansada así que recargue mi cabeza en la Chase y me quede dormida. Anoche cuando Chase se quedó en mi apartamento, me di cuenta de que jamás había dormido así con Logan, ni cuando nos conocimos. Esa conexión y esa sensación de paz no la cambiaría por nada y aprovecharía todas las oportunidades que tuviera para disfrutarla. Más tarde mi jefe besaba mi cabeza y me acariciaba la mejilla.

–despierta hermosa, debes comer algo— su voz era muy suave y dulce, me gustaba que me hablara así.

—¿Qué hora es?— le sonreí y me talle los ojos.

—tarde— sonrío —come— me señaló un plato frente a mí.

—¿Ya comiste?— levante la cabeza de su hombro y me acomode en mi asiento.

—no, en un momento traen mí plato— beso mi mejilla y paso su pulgar por mis labios.

—huele muy bien… ¿Qué es?

—Rissotto… pruébalo, es delicioso, pero no tanto como tu— me dio un  beso corto en los labios.

Por fin, después de casi mas de 10 horas de vuelo llegamos al aeropuerto, estaba muy cansada, me quede sorprendida al ver que era de noche, mire a Chase confundida, el me sonrio y me tomo de la mano para bajar del avión. No podía ver con claridad en donde estábamos, Chase y yo nos despedimos del piloto y la azafata, caminamos a un coche que nos esperaba, entramos en el y éste avanzó por la ciudad.

—Jane— me susurro para que solo yo lo escuchara, colocó su mano en mi muslo —no puedo dejar de pensar que no traes ropa interior.

—lo había olvidado— me sonroje —yo… en mi apartamento… es una regla de…

—si entiendo— puso mala cara.

—¿ya me vas a decir dónde estamos?— cambie el tema, habíamos quedado de no hablar de él y lo estaba arruinando.

—si, estamos en Saint-Cyprien, Francia.

—¡¿Que?! ¡¿Estas bromeando?!— empecé a carcajearme —¡¿Estás loco?! Pensé que iríamos a Las Vegas, Nueva York… me trajiste al otro lado del mundo.

—si— sonrío —¿Qué te parece?— su rostro se ilumino cuando vio mi sonrisa, su mirada brillaba como la luz del dia, se veia hermoso y... Perfecto.

—¿Qué me parece?... Es increíble, jamas en esta vida pense que llegaría a visitar el continente europeo— me lancé a los brazos de Chase y lo bese —gracias— le dije cuando lo solté.

—acá en Francia no soy muy conocido, podremos pasear libremente... llegaremos directamente a una cabaña privada de mi familia, ahí podremos descansar, el área es muy exclusiva y privada, nadie nos molestara, mañana podremos empezar nuestra pequeña aventura ¿Te parece?

—Chase… no se porque haces todo esto, pero, gracias…

Me acosté en su piernas y cerré los ojos, Chase empezó a jugar con mi cabello, realmente estaba muy cansada. A veces, con Chase, me sentía como una niña pequeña a la que se podía mimar. Chase me hacía sentir como nadie más y no quería renunciar a eso, me gustaba. Rápidamente llegamos a la cabaña, bajamos del auto y caminamos a la entrada, Chase me llevaba tomada de la mano.

—espero te guste, hace meses que no la visitamos y debe estar un poco sucia— Chase sacó las llaves y abrió la puerta.

—no te preocupes, yo me acomodo en cualquier lugar.

Chase me señaló que entrara, encendió la luz y casi me caigo de espaldas, el lugar era enorme, los muebles de madera le daban mucha elegancia. La cabaña tenía una enorme sala, comedor, cocina y una perfecta chimenea, al fondo se veía un pequeño pasillo que dirigía a la única habitación que tenía la cabaña, pero lo que me dejó con la boca abierta fue la puerta de madera y vidrio que nos guiaba hasta el mar. La vista era hermosa, se veía todo el mar y se escuchaban las olas cuando topaba con la arena, todo era increíble. Chase cerró la puerta y me guió a uno de los sillones.

 Chase cerró la puerta y me guió a uno de los sillones

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—¿Qué quieres hacer?— sonrío.

—¿La verdad?... Dormir, fue un largo viaje.

—lo se… ven— tomó mi mano.

Caminamos hacia la habitación, Chase cerró la puerta cuando entramos y después se acercó a mí. Me quito el vestido y el sostén, después el se quito la ropa pero se dejo los boxer, con mucha delicadesa me colocó su camisa, cuando termino beso mí nariz y después mis mejillas, camino a la cama y jalo la cobija.

—ven, acustate.

Hice lo que me dijo, me recoste y él se colocó a mí lado. Me pego a su cuerpo, escondí mi cabeza en su pecho y aspiré su aroma. Chase era un hombre muy diferente a Logan, Chase era luz, paz, amor, calidez y lo mejor de todo… Chase era seguridad. Eran como el día y la noche, tan diferentes, tan opuestos. Algo dentro de mí me decía que Chase era el hombre perfecto, pero yo no era perfecta. No merezco nada más que esta aventura de una semana, además Logan es mi novio, siempre hemos estado juntos, no puedo dejarlo nada más así. No soy mujer para Chase, él merece algo mejor.

—¿En qué piensas?— Chase hablo muy bajo.

—en ti… aun no me explico porque haces todo esto por mí…

—la verdad yo tampoco, pero me gusta estar contigo así…— me pego mas a él —quiero aprovechar todo el tiempo que me des…

—tu piel es muy suave— bese su pecho.

—no hagas eso… si sigues no te dejaré dormir.

—ok— sonreí —Chase…

—¿Si?

—eres mi día...

Chase no contestó, beso mi frente y cerré los ojos, poco después nos quedamos dormidos. Creo que Chase no había entendido mis palabras, lo que trate de decirle es que él era mi alegría, mi luz, mi paz. Era mi manera de decirle que se estaba volviendo una parte importante de vida, en tan poco tiempo Chase se había metido en mí piel y se estaba convirtiendo en algo indispensable para mi… Chase era mi día.

Abrí los ojos confundida, miré a todos lados y recordé donde estaba, Chase había desaparecido, me levanté de la cama y mire por la ventana, suspiré al ver el hermoso paisaje, el mar a todo su esplendor. Baje mi vista a mi cuerpo, tenía la camisa de Chase que me llegaba a los muslos. La tomé del cuello y me la acerque a la nariz, era como si Chase me abrazara.

Salí de la habitación y llegue a la cocina, tenía un poco de hambre, así que abrí la nevera en busca de algo, pero no había nada, el sonido de la puerta me hizo voltear hacia ella

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Salí de la habitación y llegue a la cocina, tenía un poco de hambre, así que abrí la nevera en busca de algo, pero no había nada, el sonido de la puerta me hizo voltear hacia ella. Chase entró con una bolsa, me acerqué a él y lo ayudé con ellas.

—buenos días hermosa— me dio un beso rápido —no había nada en la nevera, así que salí por unas cosas— ambos caminamos a la cocina.

—te extrañe— dije de pronto porque era cierto.

Como el dia y la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora