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–niña, vi las marcas… son golpes, los sé porque los conozco, mi padre me golpeaba.

—no señora, se equivoca… yo… tuve un accidente…— tenia que evitar a toda costa que la mujer pensara que Chase me golpeaba.

—no lo creo— miro a todos lados y llamó a uno de los guardias de seguridad que cuidaban el club, él se acercó a nosotros —¿Puede llamar a la policía? Esta chica es golpeada.

—¡¿Que?! ¡No!— me puse de pie y me pare frente al guardia —ya le dije a la señora que tuve un accidente… por favor no llame a la policía.

En eso Chase llegó con las toallas, al verme con la señora y el guardia se acercó preocupado.

—¿Esta bien?— me cubrió con una toalla y me abrazó.

—¿Es usted la pareja de la señorita?— le pregunto el guarda muy serio.

—es mi prometido— me apresure a decir.

—la señora dice que usted golpea a la señorita— el guardia miró a Chase —¿Eso es cierto?

—Claro que no, jamás la lastimaría.

—es un mal entendido— dije al borde de las lágrimas —tuve un accidente de auto, ya se los dije.

—no, no,no— insistió la mujer —esos son golpes de puños, conozco la marcas.

Empezaba a odiar a esta mujer, se que lo único que quería era ayudar, pero estaba haciendo pasar a Chase por un mal momento y me odiaba a mi misma por eso. Me avergonzaba tanto y me odiaba a mí misma, si metía a Chase en un problema jamás me lo perdonaría. Me aferre al abrazo de Chase y comencé a temblar, tenía tanto miedo de que arrestaran a mi jefe.

—por favor— hablo Chase —mi prometida paso por un horrible accidente hace días, por eso estamos aquí de vacaciones… ¿Ustedes creen que si la golpeara la exhibiría por todos lados?— Chase acarició mi espalda —les juro que jamás la tocaría de esa manera, en dos semana nos casamos, quiere que llame a algún familiar o amistad que verifique lo del accidente y la boda.

—no señor— el guardia parecía apenado —no es necesario, perdone la molestia, solo queríamos verificar.

—si… claro…— la mujer parecía muy poco convencida —mejor me voy, si quieres que te pegue haya tu…

La mujer se alejó y el guardia se volvió a disculpar. Chase me seco, ya tenía lágrimas en los ojos, me puso el vestido y después se secó el y se vistió. Todo bajo la mirada de aquella mujer que ahora, después de ver como me trataba Chase, parecía arrepentida. Salimos del club y subimos al auto, yo aún seguía triste, no dijimos nada en todo el camino hasta que llegamos a la cabaña.

—lo siento— dije sentándome en el sillón —te juro que… tenía tanto miedo de que te llevarán preso.

—tranquila…— mi jefe se sentó a mi lado, su rostro no mostraba ninguna expresión.

—prepararé la comida— me puse de pie y vi a Chase suspirar.

Caminé a la cocina y empecé a sacar algunas cosas del refrigerador, escuché que Chase se levantaba del sillón y salía de la cabaña. Al verlo así me puse a llorar, creo que se arrepentía de todo, lo último que quería era causarle problemas. Preparé algo rápido de comer, aunque no tenía ánimos de nada, después de algunos minutos serví los platos y llame a Chase quien aun seguía sentado en el porche de la cabaña. El entró y se sentó, comimos en silencio, no podía ver a Chase sin sentir vergüenza, así que terminando de comer le diría que nos fuéramos de nuevo a casa. Terminamos y recogí los platos y limpie la cocina, Chase se había ido a la habitación, así que fui con él, abrí la puerta y lo vi mirando por la ventana.

—Chase…— dije en voz baja —he decidido irme… solo… necesito dinero para el boleto de avión, te lo pagaré te lo juro.

Chase volteo a verme aun sin expresión, quería saber qué estaba pasando por su mente pero él no me daba ni una seña.

—perdoname… jamas quise que pasara esto— lágrimas empezaron a rodar.

—¿Quieres irte?— por fin habló.

—no, claro que no… pero estás molesto.

—si, estoy molesto, pero no es contigo, es con ese imbécil que tienes por novio— se acercó a mí —estos días había olvidado lo que te hizo, pero esa mujer me lo recordó… tus heridas de las piernas y brazos casi no son visibles, pero aún tienes marcas en la espalda.

—Chase…

—me odio a mí mismo, la primera vez que te tome del brazo ¿Recuerdas? Me dijiste que tu puerta estaba descompuesta— él se tocó la cabeza —fue una excusa estúpida, si yo hubiera puesto más atención él no te hubiera dado esa paliza…

—no Chase, nada de esto es tu culpa— me acerque a él y lo abrace y oculte mi rostro en su pecho —tú eres el mejor hombre que he conocido… me haces feliz y yo…

—quiero cuidarte, protegerte ¿Me dejarás?— beso mi cabeza —¿Dejarás que te cuide?

—si…— levante la cabeza —perdóname… te hice mentir otra vez.

—si— bajo la cabeza triste —pero me he dado cuenta de que por ti hago cosas que nunca hacía.

—Chase...

Chase me guío hasta la cama, me recostó y empezó a besarme, me quito la ropa y después se quitó la suya, de pronto me dio la vuelta y quede boca abajo, empezó a acariciarme la espalda trazando las figuras de mis moretones. Me respiración se acelero, no queria tener sexo con Chase de este modo, Logan casi siempre lo hacía así y a mí me gustaba ver el rostro de Chase. Con cuidado Chase levantó mi trasero, estaba incómoda pero no quería molestar a mi jefe, ya había tenido suficiente con esa mujer en el club el día de hoy. Se metió dos dedos a la boca y después los metió en mí vagina, empezó a meterlos y sacarlos, quería ver su rostro pero Chase estaba muy concentrado. Me abrió las piernas, saco sus dedos de mi interior y colocó su pene en mi entrada, estaba nerviosa, mi jefe me penetró muy despacio, se inclinó y empezó a besarme la espalda. Me relajé ante los besos de Chase.

—eres hermosa Jane— seguia penetrandome —solo mereces besos y caricias…

Sus palabras me tranquilizaron, empezaba a relajarme, escuchar su voz me recordaba que estaba con Chase y no con Logan.

—eres tan dulce nena…

Chase salio de mí y me dio la vuelta, me sonrió y se arrodillo, metio su cabeza entre mis piernas y empezo a lamer mí clítoris, empece a gemir fuerte mientras Chase deboraba mí sexo.

—¡Oh dios! ¡Chase!— me corrí escandalosamente, mi jefe se colocó encima de mí y me penetró, minutos después se corrió dentro de mí.

Más tarde Chase y yo mirábamos televisión, después de un día extraño, decidimos no salir y mejor quedarnos acurrucados en el sillón, prepare bolsas de botanas y refrescos para ver películas. Chase estaba sentado con las piernas estiradas en el sillón y yo estaba encima de él, con mis piernas entre las suyas, mi cabeza estaba en su pecho, él jugaba con mi cabello.

—me encantan que hagas eso— le dije tomando una papa y llevandomela a la boca.

—¿Que?— levanto mi cabeza y me dio un beso.

Como el dia y la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora