Veinte

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El verano estaba en su apogeo, el sol en su punto más alto y la pequeña ciudad escondida entre las montañas estaba llena de vida, los niños jugaban en su jardín, los adolescentes estaban en los parques. Todo el mundo venía de vacaciones.

Y al final de la calle, justo donde empezaba el bosque, había una linda casa. Jooheon había descubierto algo aterrador y fascinante sobre Changkyun. No podía dejar de observarlo y quería darse un puñetazo por ser tan obvio.

-Vamos, di algo -Changkyun estaba medio desnudo, sus pantalones cayendo por sus caderas. Su pecho descubierto, de espaldas a Jooheon, podía ver sus ojos a través del espejo. Algo nervioso intentó darse vuelta pero Jooheon lo detuvo.

-Yo, me... Me encanta -sus dedos recorrieron el camino completo de sus tatuajes y el toque fue como un tirón de corrientes eléctricas por todo su cuerpo. Jooheon estaba fascinado y excitado. Changkyun hacía cosas con él, ¿cómo es que podía verse así con tan solo diecisiete años? Se había dejado crecer el cabello y Joo se había vuelto adicto a tirar de el o de pasar sus dedos por las hebras sedosas cada vez que se besaban.

Changkyun tuvo que controlar a su lobo y el jadeo que estaba en su garganta. Él solo deseaba estar desnudo y frotarse contra Jooheon. Cerró los ojos y trató de pensar en algo feo.

-¿De verdad?

-Si, se ven muy bien y, y creo que te ves muy sexy -Jooheon podía sentir sus mejillas arder, la piel de Changkyun era tibia y tan suave que no podía dejar de tocar. Sus manos tocaron cada centímetro de su espalda, sintiendo la piel de gallina y el suave tirón cada vez que Changkyun se estremecía. Entonces sus dedos rodearon su cintura y Changkyun tenía la respiración de Jooheon en su nuca y sus manos vagaron por su pecho, por su abdomen plano y suave.

Changkyun se recargo sobre Jooheon y ambos se miraron a través del espejo una vez más, hasta que los dedos traviesos de Joo tocaron sus pezones y los pellizcó. Entonces Changkyun cerró los ojos y dejó que Jooheon lo tocara. Sus labios dejando suaves besos en su cuello y esas manos.

Jooheon nunca creyó en las adicciones, siempre se dijo que solo los débiles de mente y carentes de voluntad caían en eso. Él nunca se permitió ningún vicio. No era necesario, apenas podía con la escuela y el clan. Pero ahora, él había caído en cuenta de que su mente, su cuerpo e incluso su corazón habían hecho de Changkyun un vicio, una adicción. Quería a este chico, estaba encantado con absolutamente todo sobre él. Changkyun había logrado lo que él nunca pudo lograr en toda su vida, en tan sólo un mes. Sabía quién era y qué quería, se sentía libre y aunque no estaba seguro del futuro, sabía que quería a Changkyun con él, sin importar nada. Aún si eso significaba huir de su familia. Un leve jadeo de Changkyun lo hizo volver y se dio cuenta de que ahora su mano estaba dentro de los boxers de Changkyun, acariciando su pene duro y húmedo en la punta, comenzó a masturbarlo con más fuerza, como a él mismo le gustaba y los sonidos que salían de su boca iban directo a su propio pene, que estaba siendo aplastado por el trasero de Changkyun, se movía lento y duro. Y Joo tuvo que morder su cuello para silenciarse.

Changkyun ladeo su cabeza y beso a Jooheon, chupando su lengua. Le encantaba porque el pulso de Joo se disparaba como loco - Joo, por favor, por favor.

Ya había intentado convencer a Jooheon de tomarlo, pero nunca llegaban a ese punto. Joo lo hacía correrse con sus manos y su boca pero se negaba a tomarlo por completo.

Jooheon sacó sus manos del cuerpo de Changkyun y le bajó los pantalones por completo, dejándolo expuesto. Y comenzó a arrodillarse pero Changkyun lo detuvo.

-No, no, ya sabes lo que quiero -se giró un poco, solo para mirarlo y su mano tocó el bulto sobre su pantalón.

-Sabes que no podemos, aún.

Blood & You [Jookyun]Where stories live. Discover now