𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟐𝟏

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- Claro, es un amor- Dijo Jimin apretando fuerte sus dientes.- Emmh, pasaré para ver a Jungkook- Dijo con una pequeña sonrisa mientras la señora Jeon le devolvía otra, Jimin necesitaba olvidarse un poco de todo y hablar con Jungkook era lo ideal, pero no tenía ni idea de lo que estaba a punto de ver.

Escuchó la risa de Jungkook, pero también la voz de alguien más...

- Taehyung- Susurró Jimin al entrar a la sala y encontrar a la persona que menos pensaría podría estar ahí.

- ¡Jimin!- Gritó Jungkook emocionado levantando sus brazos, ambos se encontraban sentados en el sofá, Jungkook recostaba su cabeza sobre el hombro de Taehyung y veían muy juntos una película.

- Hola Kookie- Jimin sonrió nervioso, eran tantas cosas, tanto enojo, solo quería salir corriendo y llorar, ¿qué hacía Taehyung aquí? ¿Por qué estaba tan... tan cariñoso con su Jungkookie?

- ¿Qué haces aquí?- Preguntó Jimin cambiando su mirada a una más seria, no quería parecer grosero frente a Jungkook pero quería saber qué hacía ese imbécil junto a su Kookie.

- Taehyung ahora me cuidará también en casa- Dijo Jungkook con una sonrisa.

- Que considerado de su parte- Jimin se quedaría sin dientes si seguía apretando tanto pero era la única forma de mantenerse tranquilo y no explotar gritándoles a todos lo imbéciles que son.

- Te prometo que cuando me sienta mejor y tenga más fuerzas saldremos juntos ¿sí?- Jungkook no dejaba de sonreír por ver a Jimin ahí, era su mejor amigo y realmente lo extrañaba.

- Está bien ¿lo prometes?- Jimin por un momento de olvidó de muchas cosas, le ponía muy feliz ver la sonrisa de Jungkook.

- Lo prometo- Dijo y ambos empezaron a reír sintiéndose adolescentes de nuevo.

- Bueno, debo irme, un placer verla de nuevo señora Jeon- Dijo Jimin antes de abrir la puerta y regresar a su realidad.

[...]

Jimin tomó el pomo de la puerta sin tener el valor para girarlo, su respiración empezaba a acelerarse de nuevo, no había pensando bien lo que diría, no quería entrar y encontrarse con una sorpresa más, su cuerpo y mente ya habían soportado lo suficiente, realmente no se sentía listo, pero Yoongi iba a pagar por lo que hizo.

Sin pensarlo más, abrió la puerta encontrándose con Yoongi sentado en el sofá, inmediatamente volteó a ver la puerta cuando la escuchó abrirse, ambos estaban concientes de lo que habían hecho y del problema que se había causado, pero amaban fingir, amaban aparentar cosas que no eran verdad, amaban mentirse el uno al otro y por eso eran inseparables, simplemente almas gemelas.

- Regresaste- Dijo Jimin tratando de sonar desinteresado mientras se quitaba su chaqueta.

- Te dije que regresaría al apartamento pronto- Yoongi también tenía un semblante muy serio, su voz sonando más gruesa de lo normal y esos finos ojos que no dejaban de ver su alma.

- ¿Y cómo está tu madre? Hace mucho que no la veo- Jimin no veía a los ojos de Yoongi, trataba de mantenerse ocupado buscando algo en la cocina y fingiendo buscar agua en el refrigerador, no quería ver a Yoongi y gritarle.

- Ella está bien- Respondió.

- Me alegro ¿le diste saludos de mi parte?- Los labios de Jimin estaban a punto de sangrar por la fuerza con la que los mordía, su mandíbula estaba tensa y todo el ambiente era muy asfixiante.

- Claro que lo hice, ella también te manda saludos- Yoongi seguía con el juego solo para ver en qué punto la cordura de ambos se caía.

- Que amable, ella es muy tierna, es una lastima que tenga un bastardo como hijo.

-¿Es en serio Jimin? ¡yo no soy el que hace un escándalo por una cosa como esta!- Ahora Yoongi gritaba desde el sofá, se sostenía fuerte de los lados para no salir corriendo y darle una cachetada a Jimin, estaba harto de todos los berrinches y reclamos, de los celos absurdos y excesivos; harto, completamente harto.

- ¿Crees que es un simple escándalo? ¿una simple escena de celos? ¡déjame decirte que no es así!- Jimin aún se encontraba parado en medio de la cocina, desde ahí podía ver perfectamente a Yoongi, no necesitaba acercarse más, tenía miedo de hacerlo, nada bueno saldría de su discusión si Jimin se acercaba para arreglar las cosas.

- ¿Ah sí? ¿entonces qué es? ¿acaso solo sabes expresarte por medio de los celos y los reclamos?- Yoongi se levantó del sofá de un tirón asustando a Jimin pensando que le haría algo peor, sus manos estaban más pálidas de lo normal por la fuerza en la que apretaba los puños, ambos querían gritarse por la misma razón pero no se atrevían.

- ¡Me mentiste! ¡Min Yoongi, te fuiste sin avisar y me mentiste!- Jimin estaba llorando de nuevo, su pequeño cuerpo no podía soportar el simple hecho de saber que su novio le había mentido, las lágrimas ya no lo dejaban ver con claridad, no podía respirar bien y sentía que iba a vomitar en cualquier momento, todo su rostro estaba sonrojado otra vez y no podía parar de llorar.

- Lo siento ¿sí? Pero lo hice para evitar ¡exactamente esto!- Yoongi caminaba despacio hacia Jimin sin quitar sus manos en puños, él también se sentía mal, sabía que nada de esto era bueno para su salud, tenía casi prohibido tener una pelea por sus recurrentes ataques, pero no conocía otra manera de demostrar lo molesto que estaba. Jimin casi nunca lo deja expresarle lo que siente, a no ser que sea gritando.

- ¿Acaso no confías en mí? ¿por qué nunca me cuentas nada? ¡Ahora hasta me mientes! ¿qué más falta?- Jimin hablaba muy rápido por todas las emociones que estaba sintiendo, el llanto no lo dejaba hablar bien pero su enojo era más fuerte, quería gritar, gritarles a todos, tirar todo a la mierda y salir corriendo, pero algo dentro de él aún ama a Yoongi y necesita respuestas.

- ¿Qué más has hecho? ¿También metiste a otro chico? ¿Una chica? ¿Con cuántos más me has engañado, eh? ¡Dime, joder!- La voz de Jimin se hacía cada vez más ronca y grave por el llanto, su garganta dolía demasiado, le era muy difícil gritar y hablar tanto con ese nudo en la garganta, con ese dolor en el estómago, sus manos no dejaban de temblar a un nivel bastante preocupante.

- Jimin...- Yoongi ya estaba a pocos centímetros de su novio, mientras trataba de suavizar su expresión. No podía admitirlo en ese momento pero le dolía mucho verlo llorar, verlo tan desesperado, tan enfadado, pero era un desahogo necesario, sentía que iba a morir en cualquier momento de la desesperación por no poder sacar todo lo que se ha guardado- Te amo, en serio, pero-

- ¡No! ¡Tú no me amas, Yoongi! Decidiste mentirme y hacerme quedar como un imbécil... ¡Y todo para irte con la puta de Jeon Jungkook!- El grito final de Jimin dio paso a una serie de hechos casi traumáticos, su llanto se volvió un grito desesperado, sus piernas dejaron de responder y cayó al suelo desplomándose como una pluma, una pluma sumida en el llanto y la agonía.

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