Cap. 34 una vez más fuimos uno

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Narra Santiago.

Después de la cena dejo a Max en la habitación de Gabriela, y después de eso voy a la mía no la veo por ningún lado seguro sigue abajo, voy al baño y abro la puerta y allí veo a Gabriela en ropa interior, después de todo si pude verla con la lencería que elegí para ella y debo decir que se ve hermosa. Ella me ve algo sorprendida y con algo de vergüenza rápidamente se cubre con la toalla, yo rasco mi nuca.

Santiago: disculpa debí de tocar antes.

Gabriela: no te preocupes fue mi culpa, yo debí de poner seguro, es tu habitación después de todo - noto que seca unas lágrimas las cuales están en sus mejillas.

Santiago: ¿Qué sucede? - ella niega con la cabeza - no me digas que nada porque sé que algo sucede, así que dime.

Gabriela: es que él volvió a llamar, no respondí así que ha enviado mensajes - no dude en acercarme y abrazarla, un abrazo fuerte cálido y tierno, nos separamos lentamente un poco, para mirarnos a los ojos, uno de mis brazos aún no dejaba su cintura mientras que con el libre coloqué un mechón de cabezo detrás de su oreja, para susurrarle.

Santiago: no te preocupes todo va ha estar bien, si quieres podemos cambiar tu número - ella asintió, nuestros ojos se miraban mutuamente y detenidamente, en sincronía bajaron a los labios del otro y sin nada más que esperar nos acercamos lentamente, rompiendo la poca distancia que había, hasta que nuestros labios se unieron en un beso lento y suave, pero conforme pasan los segundos se vuelve más intenso, lleno de necesidad y deseo, ella rodea mi cuello soltando la toalla y provocando que esta caiga.

Gabriela...

Solté la toalla con la mano que la sostenía para enredar mis manos en su cuello, la toalla cayó al suelo dejándome en ropa interior, pero no me importaba. El beso está intenso lleno de necesidad y deseo, sus manos suben a mi espalda, para volver a mi cintura, a mis caderas provocando un sin número de sensaciones en mi, con sus manos me eleva y hace que enrolle mis piernas en su cadera, él camina fuera del baño y nos separamos por falta de aire, juntamos nuestras frentes.

Santiago: por favor no te separes, ni me pidas que me detenga.

Niego con la cabeza por más que quisiera separarme no podría, él vuelve a unir nuestros labios, camina hacia la cama y me recuesta lentamente quedando sobre mi, pero sin dejar su peso para no hacerme daño. Él empieza a desabotonar su camisa y yo lo ayudo, después de quedar sin ella se separa de mi para quitarse el pantalón, después de eso vuelve a su posición para apoderarse de mis labios y luego besar mi cuello, el placer y las sensaciones que me provocan sus besos, sus caricias son extraordinarias e inexplicables. Él se separa de mi cuello para mirarme a los ojos fijamente.

Santiago: quizas duela un poco otra vez, pero intentaré de que no pase.... también quiero que sepas que si me pides que pare, lo hare justo en este momento ¿Quieres que pare? - me pregunto yo simplemente negué con la cabeza.

Él volvió a mis labios, un beso que lo decía todo, luego fue a mi cuello para hacer un camino de besos hasta mi abdomen, sus besos volvieron a mi cuello yo hice mi cabeza a un lado para darle más acceso a el, él paso una de sus manos por detrás de mi espalda, después de que yo la arqueara, para empezar a desabrochar mi sostén. Entre besos y carísimas podría decir que incluso unos pequeños gemidos se fue la poca ropa que quedaba. Santiago se acomodó entre mis piernas.

Santiago: será lento - yo asentí.

Sentí como él empezó a entrar en mi y no puedo negar que dolió un poco. Él acercó nuestros labios y empezó a envestirme, sus movimientos cada vez se volvían más rápidos, mi cuerpo estaba lleno de placer, él besaba mi cuello, mis manos estaban en su espalda quizás y ya lo he arañado, mordí uno de sus anchos hombros, mis caderas se movían al compás de sus movimientos y es que no se podría distinguir quién era quien, ambos nos habíamos vuelto uno. Un sin número de gemidos salían de ambos, incluso hemos gemido el nombre del otro. Después de esa mezcla de placer, sensaciones, caricias, gemidos, y demás ambos llegamos al orgasmo.

Odio, Amor y Venganza (Matrimonio A La Fuerza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora