La luz del sol golpeándome en la cara provoco que abriera los ojos, siento que mi cabeza estallara, y las náuseas son insoportables.
Santiago: supongo que la resaca está insoportable - veo que lo dice mientras acomoda su corbata - puedo preguntar ¿porqué tomaste de ese modo? En qué pensabas cuando te fuiste con ese desconocido ha tomar? - lo dice con calma y sé perfectamente que se está aguantando para no perder los estribos, yo quite las sábanas de encima de mí y me levante, para salir de esa habitación de inmediato, no quisiera ni verlo, al salir de allí azote la puerta.
Gabriela: ¡Ramona! - grite desde arriba, fui a mi habitación de la que nunca debí salir. En verdad la cabeza me va ha estallar.
Santiago: Gabriela te estoy hablando, ¿no piensas responderme? - me reclama al entrar, yo lo ignoro.
Ramona: ¿me llamabas? - pregunta al llegar.
Gabriela: así es Ramona - veo a Santiago de brazos cruzados, sé que está apunto de explotar - ¿podrías recoger todas mis cosas y mudarlas aquí nuevamente? - veo cómo Santiago se incorpora de inmediato - lo haría yo misma, pero debo de ir a la empresa - Santiago y Ramona se miraron sin entender - y por favor necesito estar sola, voy ha ducharme - dicho esto me metí al baño.
Al entrar las lágrimas no se hicieron esperar, escuchaba cómo tocaban la puerta, pero yo decidí ignorar todo eso y entrar a la regadera y así arrancar al menos una pizca de todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Después de ducharme y vestirme, baje y fui al estacionamiento, allí vi a Santiago recostado a su auto con las manos en los bolsillos. Cuando me vio se incorporó, yo cambié mi vista y fui hasta mi auto.
Santiago: Gabriela, Gabriela - lo escuchaba llamarme, pero yo lo ignoro y subí a mi auto, para salir de allí.
Llegue a la oficina y pedí que nadie me moleste, cómo de igual manera decidí cerrar la puerta con seguro. El día transcurría con toda normalidad, a la hora del almuerzo salí y fui a comer algo, quizás y sea la resaca pero la pasta que pedí y que moría por comer me dio ganas de vomitar...... De verdad me había creído el cuento de que Santiago realmente me amaba, en verdad pensé que todas esas cosas lindas eran verdaderas, pero él solo quiso utilizarme. Sentí como una lagrima resbaló por una de mis mejillas, la cual limpie de inmediato. Volví a la empresa y a la hora de salida fui a comprar unas botellas de vodka, de regreso a la casa vi una repostería y no sé porqué carajos, pero las ganas de comerme ese asqueroso pastel de fresas invadían mi cuerpo.
Llegue a la casa con mi pastel en las manos y las bebidas en mi bolso, ya eran las 8:35pm.
Santiago: ¿me trajiste ese pastel a mi? - escucho que me pregunta desde el sofá y es que odio este pastel quizás y por eso lo pregunto, yo lo ignoro y voy a la cocina por un vaso para el alcohol y cubiertos para mi pastel - Gabriela - escuche que me llamo, pero yo lo ignoré por completo y fui arriba, sentí como él me siguió y entro a mi habitación - ¿qué sucede? - me pregunto, qué cinismo tiene, yo sonreí sarcástica.
Gabriela: ¿en verdad quieres saber? Qué tal es encontrarte con la escena de - recordar todo eso hace que todo dentro de mi se revuelva y sienta como algo dentro se rompe, ya he puesto todo sobre la cama - Santiago por favor sal de aquí, yo fui la idiota que volvió a confiar en ti - sentí como mis ojos se humedecen.
Santiago: tú... tú nos viste a....
Gabriela: Así es a ti y ha ella casi revolcándose en tu oficina, ahora ya vete y no me sigas dañando - dije esto con mi voz ya quebrada.
Santiago: yo... lo siento, pero las cosas entre Carla y yo nunca terminarán somos el uno para el otro - dos lagrimas salieron de mi.
Gabriela: ¡Sal! Sal de una buena vez - él solo me miró por última vez para retirarse.
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Odio, Amor y Venganza (Matrimonio A La Fuerza)
RomansaSoy Gabriela y siempre supe que mi vida era un desastre, que siempre estaría marcada por el sufrimiento gracias al rechazo de mi padre. Pero lo que nunca imaginé era de que ni siquiera tuviera el derecho de elegir... Cuando, donde y con quien me cas...