Capítulo 32:

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- me da gusto que te vayas con tus hijas- comenta Magnus, que está en el despacho de su hermano, ambos disfrutando de un café, con la noche sobre ellos y las chicas hablando sobre lo sucedido con Christian mientras terminan de meter en la maleta las pocas cosas que sacaron de ella.

-aunque confieso que me da un poco de envidia no ir con ustedes-

- puedes hacerlo- sigue Alessandro,
- me daría mucho gusto-

- la empresa cabecera está aquí, no te preocupes hermano, tienes una vida que recuperar-

- tú también-

- mi vida esta con ustedes- repone Magnus sonriéndo...

Luego de terminar de  empacar, la primera decisión de las hermanas Blackburn, antes de abandonar Londres es ir a despedirse de una de las pocas personas que se preocuparon por ellas, Cedric Martín.

Cuando llegan a la mansión de los Martín, con Aiden cuidándolas, le envían un mensaje a Cedric y lo esperan frente a la mansión, para evitar llevarle un mal rato a la destrozada Astrid.

Todo está en silencio en el lujoso distrito, donde las casas tienen una gran distancia entre ellas, como si su privacidad fuera demaciado importante.
Cuando el gran portón de rejas negras se abre, Cedric aparece totalmente devastado, pues sólo han pasado dos días de la muerte de su hija,

- chicas, ¿pasa algo?- pregunta Cedric, viendo a Aiden recostado sobre el auto,

- hola- saluda Mackenzie regalandole una sonrisa, - ¿cómo estas?-

Cedric  hace mueca, - aún no ha existido la persona que invente la palabra que describa todo lo que sentimos cuando pasa esto...- niega lentamente con la cabeza, - pero díganme, ¿qué hacen aquí?-

- nos venimos a despedir- habla Elisabeth.

- ¿Despedir?-

- sabemos que Alessandro es nuestro padre- agrega Mackenzie, - sabemos todo y queremos empezar de nuevo-

- me alegra mucho por ustedes- Cedric les regala una media sonrisa, - ¿dónde van?-

- Oxford y espero verte allá- Elisabeth se acerca dándole un abrazo, - gracias- y al instante que se separa de Cedric, Mackenzie repite la acción,

- fuiste un padre para nosotras- agrega Mackenzie.

- no fui el mejor-

- lo fuiste- agrega Elisabeth, - cuídate- y antes de volver a llorar, suben al auto, aún con la mirada cristalina de Cedric sobre ellas...

- ¿ ún están seguras de esto?- pregunta Aiden, conduciendo por las calles de Londres,

- si- habla Elisabeth casi en un murmuro pero es la única que contesta ya que Mackenzie está con la cabeza apoyada sobre la ventanilla del auto.

- ¿encerio?- Aiden mira a Elisabeth pero ladea su cabeza en dirección a Mackenzie,

- claro, es lo mejor, ¿no, Mackenzie?-

La joven apenas desvía la vista hacia su hermana, - si- contesta, aún con sus pensamientos en Demián y el anhelo de arreglar las cosas con Killian...

▶▶▶

A la mañana siguiente, justo a las siete, Magnus acompaña a su familia al aeropuerto. Minutos antes Elisabeth y Mackenzie estaban haciendo cola para subir al avión como todos las demás personas, solo que Alessandro, Magnus, Zac y Aiden estaban esperandolas frente al avión privado de Alessandro. Cuando Aiden las fue a buscar, aún no creían en la posibilidad de viajar en un avión privado, que particularmente es de su padre.

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