Capítulo 47:

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Cuando las jóvenes están a escasos centímetros de llegar a la habitación de Astrid, está sale y se da de frente con las hermanas.

-¿Y ustedes que hacen aquí?- escupe Astrid, como si estuviera sacando de nuevo a la vieja Astrid.

- Queremos hablar contigo- dice Mackenzie, - ¿Que le dijiste a Killian, Aiden y Zac, aquella noche en la cocina?-

Astrid rie sarcásticamente, -¿Encerio? Habla con tu novio-

- Escúchame bien, Astrid- escupe Elisabeth, - vinimos en paz-

La hija de Cedric, parece dejar atrás la pregunta de Mackenzie pero posa sus ojos en ella con otra intención,

- ¿Viste a Demián?- sonrie perversamente,

- no puede ser- habla Elisabeth pero Astrid sigue hablando por encima de su voz,

- él no dejo de verme nunca-

- me alegro- contesta Mackenzie, - que hayan vuelto-

- no, no volvimos porque aún sigue enamorado...de ti- rodea los ojos con fastidio pero sin darce cuenta, Mackenzie no puede responder a eso, tiene un nudo en su garganta que le impide hacerlo.

- uno no elije de quien se enamora- habla Elisabeth.

- Tu no sabes más que nadie ¿no?- sigue Astrid, - te convertiste en amante de Christian...

- oh, no, no te atrevas...

- y lo dejaste porque Liv, estaba embarazada-

- ¿Estaba?- murmura Mackenzie y por unos segundos, Astrid cambia su actitud de víbora venenosa a una una frágil florecilla,

- hace un mes...lo perdió- al pronunciar la última palabra le tiembla la voz pero se repone rápidamente, - tienen el camino libre-

- no pienses esos- agrega Mackenzie.

- lo pienso con toda la razón- la joven se cruza en en el medio de las dos para irce por el pasillo pero Elisabeth la detiene de nuevo,

- no queremos saber de ellos- gruñe Elisabeth que aprieta con fuerza el brazo de Astrid, - contesta, ¿Qué ocultan Zac, Aiden y Killian?-

- Nada que deban saber- una nueva voz aparece. Zac está detrás de ellas, con la frente fruncida,  - ¿Solo llegaron aquí para eso?- escupe, - solo buscan colocarse en peligro ¿Acaso no saben el riesgo que corren?-

- Zac...

- hay que irnos- termina el joven,
- Alessandro está preocupado- y parece que no se va a mover hasta que ellas avancen.
Así que ambas, no tienen más remedio que dejar su tan fría conversación con Astrid para llegar a Zac y bajar las escaleras junto a él. Para su suerte, los Goulart ya no están en la sala, al menos no a la vista de las hermanas cuando abandonan la mansión.
El trayecto de regreso es tan silencioso y pueden ver lo tenso que se ha vuelto Zac desde la salida de la mansión de Cedric. Hasta que llegan, y solo allí antes de salir, la voz de Zac vuelve a la vida,

- Escuche todo lo que hablaron con ella- suelta al fin, -no seré yo quien le oculte cosas a mis amigos pero tampoco seré él que los lastime-

- Zac, estas equivocado si piensas que...

- no pienso nada...

- por favor- interrumpe Mackenzie,
-no se los digas- y por unos segundos se hace un silencio peor al que ya estaba pero la solo idea de que Killian y Aiden sepan todo aquello de los Goulart, de nuevo, las preocupa y saben que Zac piensa igual.

- No prometo nada - termina por decir, saliendo del auto antes que ellas. Por unos escasos segundos, las dos se encuentran con la mirada pero son incapaz de decir algo más. Fueron por una información, que no pudieron conseguir, pero se llevaron otra información que en años hubieran preferido no saber.
A cada una, le afecto por separado lo que pasaba en la vida de los Goulart, lo que paso en estos meses que ellas estaban en Oxford haciendo las pases con Killian y Aiden.
Afortunadamente, cuando entran a la mansión no ven a los chicos, aunque si escuchan sus voces en la cocina, así que aprovechan para dirigirse a sus habitaciones

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