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Capítulo 44:

Los cuatro llegan al hospital totalmente inconscientes y quedan en las manos de los doctores y enfermeros. Mientras que en la sala de espera, los James permanecen demaciados ansiosos por la situación y preguntan a cada ser humano que cruza frente a ellos, sobre los jóvenes pero no reciben nada de información.
Juliana, trato de todas las formas posibles comunicarse con Alessandro y al no poder, envío a su marido a buscarlo a la mansión pero este solo pudo encontrar a una de las mucamas que le dijo que Alessandro se habían ido a Londres junto a Zac.

Dentro del parte médico, Mackenzie tiene su brazo derecho totalmente lastimado, por utilizarlo como escudo cuando las ventanas de vidrio se rompieron ya que estos cayeron en línea recta a su dirección, y para su mala suerte, cuando se produjo la segunda explosión cayó de costado y los vidrios se incrustaron en su brazo hasta que uno le provocó un corte muy peligroso en el costado de su cintura. Por su parte, a Elisabeth, cuando Killian, grito que corrieran, por inercia volteó a ver a Aiden y eso la desestabilizo cuando cayó sobre el duro asfalto de espalda, golpeando duramente su cabeza lo que le provocó una fractura de cráneo, por eso la sangre que salía de su nariz. Mientras que a Aiden y a Killian le fue un poco peor, porque fueron los que más cerca se encontraban de la puerta. La onda expansiva de la explosión le provocó una gran lesión en los pulmones a Killian, por eso la gran dificultad de respirar y al estar inconsciente se ayuda con un tubo y a Aiden no le fue mejor, ya que sufrió una lesión en el abdomen y solo los segundos que estuvo conciente fue para despedir sangre por su boca...

Pasaron tres días, el día siguiente a la explosión, Alessandro llegó a Oxford, sin señal de Magnus pero tenía algo más por cual preocuparse. Hace dos días, Mackenzie y Elisabeth recuperaron la conciencia, los últimos en despertar fueron los guardaespaldas aún convalecientes pero concientes de donde están y como llegaron allí, además que la policía con su interrogatorio no les hace olvidar ni un detalle aunque no hay mucho que decir más lo que vio Mackenzie, una silueta de un hombre alejándose de la casa y cuando dió aviso a sus amigos las bombas explotaron.

Alessandro, no se mueve ni un segundo del hospital y Zac permanece a su lado. El señor Blackburn, colocó seguridad en el hospital, en la casa de los James, de Amy y en su mansión ya que sabía que hay alguien atentando contra él, además, Cedric está con él en Oxford junto a Astrid, parece extraño pero cuando él llegó a Londres lo primero que hizo fue ir a la mansión de los Martín, por Rosie pero claramente Cedric no sabía nada de ella desde hace tiempo y fue en ese momento de conversación sobre lo sucedido con Magnus cuando la llamada de Amy, le dijo que sus hijas estaban en el hospital víctimas de un atentado, así que Cedric decidió venir a ver a las hermanas y por supuesto no estaba dispuesto a dejar sola a Astrid, ambos se quedan en la mansión de los Blackburn y allí permanecen mientras que Alessandro no es capaz de pisar ese lugar si no es con sus hijas de regreso...

Ya está amaneciendo y Alessandro está sentando en una de las sillas, del solitario pasillo del hospital con la mirada fija en el suelo, encorvado hacia adelante, esperando la llegada del doctor que dará de alta a las hermanas, mientras que los chicos permanecerán un día más en observación. Zac, se acerca a él con dos cafés y aún en silencio le cede uno a Alessandro y se sienta a su lado, pero es el señor Blackburn quien decide hablar,

- Me siento perdido- habla con una voz ronca, derrotado, cansado, - la policía no encuentra a Magnus, hace una semana- tensa su mandíbula,
- deje solas a mis hijas- mira a Zac mostrándole las ojeras que surcan debajo de sus ojos, - casi las pierdo, Zac, para siempre-

- Pero están bien- trata de arreglar Zac,

- por poco, ¡por poco maldita sea!- respira hondo para recuperar la tranquilidad, - Mackenzie se había reconciliado con Killian y un maldito entro en la casa en ese momento, ¿Te imaginas, si ellos no hubieran salido?- aprieta su puño, - quien sea que este detrás de esto, quiere destrozar a mi familia- habla fríamente, - pero juro que volveré a ir a la cárcel si toca una vez más a mis hijas- sus ojos se oscurecen varios tonos.