Capítulo 48:

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El mundo se paraliza en el rechinar de los neumáticos de la camioneta  al acelerar, con todos esos hombres armados y con Killian y Aiden adentro.
Alessandro, sigue quieto en su lugar, incapaz de mover un solo músculo mientras que Zac, mira cautelosamente a las hermanas que están comenzando a reaccionar.

-lo...los llevaron- murmura Mackenzie con un hilo de voz,

- ¡¿Qué está pasando?!- ruge Elisabeth con un nudo en la garganta, - ¿Por qué se lo llevaron? ¡¿Por qué?!-

Alessandro está de espalda a ellas pero las mira sobre el hombro, - No lo sé-

- Señor...los guardias- habla Zac.

- llama a la policía, yo hablaré con ellos- se voltea hacia él y lleva su atención a sus hijas, con ojos rojos, llenos de lágrimas, - hijas- se acerca a ellas, -prometo que los traeré de regreso- trata de sonrier, - se los daré todo-

- papá...- Mackenzie insiste a su boca a seguir hablando pero simplemente las palabras quedan estancadas en su garganta además que las sirenas de la policía llenan sus oídos ya que los vecinos, alarmados por el disparo llamaron a la policía.

- entren- suelta Alessandro, secamente...

Las horas pasan y Alessandro fue llevado a la estación de policía junto a Zac y sus hijas para declarar. La mejor escusa que pudo decir Alessandro fue decir que era un socio enojado, inventó un nombre falso y se las arregló para que ese nombre aparezca en su lista de socios en una empresa extranjera y que quizás ellos sean los responsables del secuestro de Magnus, así los mantendrían ocupados mientras que él piensa como rescatar a su hermano y a los chicos...

Cuando llegan a la mansión todo parece estar desencajado, nada tiene sentido, no tiene sentido cruzar el jardín, entrar a la mansión y seguir teniendo ese nudo en la garganta cuando se topan con el silencio cortante por la ausencia de los chicos y por no poder siquiera formular una palabra.

Elisabeth, se deja caer en el sofá, Mackenzie camina hacia el ventanal que deja ver el patio trasero que ahora parece oscuro y frío, mientras que Zac permanece en la mitad de la sala viendo como Alessandro está más derrotado, cansado, tensó y para variar, el timbre de la mansión resuena en cada rincón.

- Yo voy- anuncia Zac, que aun sigue en guardia, con una mano en la cinturilla de sus pantalones donde está su arma y con la otra mano abre la puerta pero solo ve un papel en el suelo y a nadie más, así que recoje el papel y leé una dirección con un mensaje.

"Tengo un papel, un poder, firmalo y llévalo aquí. Esta misma noche"

Zac, levanta su mirada del papel a Alessandro, quien efectivamente lo está viendo a él, sabiendo muy bien de que se trata...

Por otro lado, Killian y Aiden no sabían donde estaban, donde fueron llevados en todo ese recorrido que hicieron apunta de pistola y efectivamente llegaron a la bodega en el cual sospechaban, donde fueron atados con una soga en sus manos, detrás de su espalda y cuando estuvieron convencidos que no serían capaz de valerse de sus brazos, los lanzan con brutalidad dentro de una habitación y cierran la puerta con una risa burlona.
Cuando los dos, se estabilizan, se sientan con dificultad y allí lo ven, Magnus esta sentado, con la espalda apoyada sobre la pared, cansado, con sangre seca en su frente, su pómulo está hinchado, tiene su labio partido, tiene un pequeño  corte sobre su ceja y luce demasiado lastimado.

- ¿Magnus?- habla Aiden, medio sonriéndo por verlo con vida.

- chicos- habla Magnus que traga saliva, ya que su boca está seca,
- ustedes están aquí...

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