Capítulo 4:

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El viaje al apartamento de Killian y Aiden, tuvo su momento de silencio hace como dos cuadras ya que Christian tiene sus ánimos arriba y no para de hablar con la joven, sobre el clima, sobre la calles, sobre todo lo que lo pueda llevar de a poco a un tema central,

- Cedric, ¿sabe que trabajan aquí?-

La joven arquea una ceja con fastidio,
-de nuevo con lo mismo, no somos amigos, te aclaro-

Christian hace una mueca, - ¿por qué eres tan agresiva?-

- ¿por qué te metes en cosas que no son tuyas?-

- buen punto- le regala d una de sus tantas sonrisas amistosas tratando de que vuelva a la vida el ambiente tranquilo pero no dura mucho ya que terminan por llegar al lugar,

- gracias- la joven baja del Jeep y solo cuando tiene los pies en el suelo es capaz de sonrier, - encerio, no debes meterte en la vida de la demás-

- si necesitas algo- sin hacer caso a las palabras de la joven le extiende una  tarjeta donde se puede ver perfectamente el nombre del joven con su apellido y un número, - por favor, no lo dudes-

Elisabeth duda en tomarlo pero por respecto lo hace, - gracias- termina por cerrar la puerta del Jeep pero se percata que el mismo no se mueve de su lugar hasta que entra en el apartamento.

- ¡Ya llegué!- anuncia la joven, dejándose caer en el sofá,

- perfecto- es Aiden quien se para frente a ella, vestido de traje ya que va a trabajar como guardaespalda, al igual que Killian,

- mmm, que vista- le guiña un ojo, -¿ y mi hermana?-

- salió- salta Killian, terminando de abrochar los botones de su camisa,

- ¿salió?- la joven frunce el ceño, - ¿
a dónde?-

- dijo que a trabajar- le lanza la llaves del auto a Aiden, - nos vemos, cuídense- y como si estuviera huyendo sale rápidamente,

- nos vemos preciosa...

- espera- Elisabeth se planta frente al joven, - ¿dónde?-

- Killian y ella tienen sus propios secretos- se encoje levemente de hombros, - llámame si pasa algo- deposita un beso sobre la frente de la joven y se va dejando a la pobre Elisabeth con un mal sabor ya que puede deducir donde está su hermana, el único bar que conocen que abre a las cinco de la tarde y las dejaría trabajar allí, solo que hombres peligrosos se asoman en ese lugar...

Las hipótesis de Elisabeth son verdaderas ya que Mackenzie está de regreso al Bar Black, llevando tragos a las mesas donde hay hombres observando el show que dan las bailarinas o chicas cantando con muy poco ropa.

Cuando la noche termina, Mackenzie toma el autobús de regreso al apartamento pero aun siendo las dos de la madrugada cuando abre la puerta puede ver sentada en el sofá, con los ojos bien abiertos pero una cara fatal, a su hermana,

- Lizzy- murmura Mackenzie,

- fuiste al bar- afirma,

- debes dormir- trata en vano alejarse de la sala y de la conversación pero Elisabeth la sigue hasta la habitación,

- lo prometiste, ese lugar es asqueroso-

- lo sé, claro que lo sé pero debemos salir de aquí lo antes posible. Si trabajamos las dos, lo conseguiremos-

- te ayudaré a buscar un trabajo...

- Lizzy- la joven la toma por los hombros regalandole un tierna sonrisa, - será sólo por un tiempo, te lo prometo-

- dije que yo te ayudaré a buscar un trabajo y punto final-

- Debes trabajar...

- déjame que me encargué pero prométeme una cosa-

- ¿cuál?-

- hoy no regreses-

Con los dedos cruzados detrás, asiente con la cabeza, fingiendo...

Los chicos debieron permanecer más de lo querido con su jefe con un viaje de negocios fuera de Londres y con una llamada notificaron su ausencia a las amigas mientras que ellas siguen lidiando con sus problemas.
Por un lado, Mackenzie sigue repartiendo currículum  casi en vano hasta que su última oportunidad yacía en una casa de familia pero para su mala suerte una mujer llegó primero dejándola afuera, otra vez.
Con la mañana amenazando con terminar, se sentó en los escalones de la última casa tratando de pensar hasta que se percata de una pequeña multitud de personas a una dos casas de allí, hay fotógrafos, hombres con trajes y todo lleva a una cosa, inauguran un hotel.
Ese cuadro le roba toda la atención hasta el punto de ver un rostro conocido, Demián Goulart, está estrechando manos con una gran sonrisa. Aún asi parece nunca perder esa mirada sería,

- ¿cómo te enamoraste de Astrid?- murmura la joven, recordando el fin de semana de cuando eran niños. En un momento, Demián mira a su alrededor encontrándose con la joven sentanda en el pequeño y bajo escalón, - rayos- ruge la joven mirando hacia cualquier lado y levantándose rápidamente de allí pero solo logra caminar una cuadra ya que antes de cruzar la calle escucha esa voz ronca pronunciando su nombre. Con un gran pesar, se voltea dándole una de sus mejores sonrisas,

- holaaa- alarga más de lo normal la última letra,

- hola- Demián sonrie de lado dejando de nuevo a la vista ese oyuelo en su mejilla,
- ¿ todo bien?-

- si, ¿por?-

- te ví sentada allí y...

- ah, estaba descansando- se encoje levemente de hombros para restarle importancia,

Demián asiente con la cabeza, - ¿quieres que te llevé a algún sitio? Ya estoy libre-

- Astrid, te matará-

- ¿qué?-

La joven es la única en reír, - es que tú novia me odia-

- ah sí..

- ¿te lo dijo?-

- lo supuse- ahora es él quien rie, - te llevo-

- no, tengo cosas que hacer- comete el error de agitar la carpeta donde tiene su currículum vitae,

- ¿ buscas trabajo?-

- algo así-

La conversación que Demián tuvo con su hermano vuelve a la cabeza del joven,

- suerte - es lo único se le ocurre decir,

- gracias- la joven da unos pasos hacia atrás para dar por finalizado la conversación, - adiós-

- adiós- murmura Demián saludandola con la mano igual de intrigado que la noche anterior con la información que trajo Christian...

Mientras que Elisabeth pregunto a todo el mundo en la empresa si sabían de algún empleo pero no pudo llegar a nada pero si llego a sus oídos una noticia, "el jefe supremo" llegaría dentro de dos días a la empresa.

Pero ese hombre, el tan esperado por todos, por la prensa y por su competencia, está más preocupado por recuperar su pasado.
Alessandro, con su imperio levantado de nuevo, tiene a sus mejores investigadores detrás de su familia pero con el poco tiempo que lleva fuera de prisión no pudo encontrar mucho.
Su familia, su vida, se le fue arrebatado en el momento que decidió hacer un trato con el que se suponía era su mejor amigo pero este término por degradar su reputación y llevarlo a prisión, primero por un crimen que no cometió pero que luego terminó por hacerlo, para ese tiempo había perdido a su esposa  y a sus dos pequeñas hijas.

Nos leeremos❤

Always You ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora